Los incidentes ocurrieron el pasado lunes en el partido Bulgaria-Inglaterra de clasificación para la Eurocopa de 2020

Seis detenidos por los cánticos racistas en Bulgaria

photo_camera AFP/ NIKOLAY DOYCHINOV - El delantero inglés Raheem Sterling (R) discute con el centrocampista búlgaro Wanderson durante el partido de clasificación para la Eurocopa 2020 del Grupo A entre Bulgaria e Inglaterra en Sofía, el 14 de octubre de 2019

Después de los bochornosos cánticos racistas lanzados desde las gradas en el partido de fútbol que enfrentó el pasado lunes a Bulgaria contra Inglaterra, correspondiente a la fase de clasificación para la Eurocopa 2020, han empezado a llegar las detenciones. Hasta seis radicales ha arrestado la Policía búlgara por estos lamentables hechos y se espera que el número se incremente en las próximas horas. 

El encuentro disputado por las selecciones búlgara e inglesa tuvo que ser suspendido en dos ocasiones por los gritos xenófobos lanzados por aficionados radicales del país del este de Europa contra los jugadores de raza negra del combinado visitante: Mings, Sterling y Rashford. Llovía sobre mojado porque para este evento ya se habían cerrado dos gradas como castigo a los cánticos racistas que habían tenido lugar durante el encuentro que enfrentó con anterioridad a los locales contra la República Checa.

El estadio nacional Vasil Levski de Sofía volvió a ser en esta ocasión escenario de un espectáculo rechazable y denunciable. Nuevamente la imagen de la afición y el fútbol búlgaros volvió a quedar en entredicho. 

Cabe destacar que se había tomado además la determinación de emplazar en esos graderíos la pancarta de la UEFA (Unión de Asociaciones de Fútbol Europeas) con el lema ‘Respect’ (Respeto), algo que se saltaron ‘a la torera’ los aficionados más radicales del país eslavo. 

El partido en cuestión acabó con un demoledor 0-6 a favor del equipo inglés y, en un acto de justicia poética, el primer gol que abrió el marcador fue de un jugador de raza negra como Marcus Rashford. De esta forma, el delantero del Manchester United dio una respuesta a la altura de las circunstancias a los descerebrados que profirieron los cánticos racistas. 

Antes de la media hora de juego, ya con 0-2 en el luminoso, el árbitro croata Ivan Bebek detuvo el partido durante cinco minutos ante la profusión de los primeros gritos racistas. Este es el primer paso del protocolo establecido por UEFA para estos casos. La siguiente fase es la de enviar a los jugadores al vestuario, pero no se llegó a tanto cuando los cánticos volvieron a resonar desde las tribunas. El colegiado habló con los jugadores y se prosiguió el juego; aunque, eso sí, el capitán Ivelin Popov sí tuvo que acercarse los aficionados ultras para pedir calma. El partido siguió su curso y terminó con la goleada, que completaron Sterling, Barkley y Kane. 

El centrocampista inglés Jordan Henderson celebra el gol de Ross Barkley durante el partido de clasificación para la Eurocopa 2020 del Grupo A entre Bulgaria e Inglaterra en Sofía, Bulgaria, el 14 de octubre de 2019

Junto a los lemas racistas, en diversas imágenes de televisión se vieron incluso saludos nazis, lo cual aumentó más la indignación internacional. Llegados a este punto, el presidente de Bulgaria, Rumen Radev, condenó los hechos y quiso mejorar la imagen de su país en este sentido recordando que su país salvó a 50.000 judíos durante la Segunda Guerra Mundial. 

El Ministerio de Exteriores búlgaro también citó a la embajadora de Reino Unido para emitir disculpas oficiales y para remarcar que la nación búlgara no es racista.

Desde Inglaterra arreciaron las críticas por estos comportamientos reprobables y los medios británicos cargaron las tintas contra lo acaecido en el estadio Levski.

Los tabloides ingleses han hablado de “Vergüenza” e “Idiotas, por ejemplo, dentro de los titulares más duros emitidos por los rotativos británicos. Algo ante lo que quisieron poner cierta paz las autoridades búlgaras. 

Tras estos lamentables hechos, el propio presidente de la Federación de Fútbol, Borislav Mihaylov, acabó dimitiendo por el lamentable espectáculo sucedido en el Levski de Sofía. Además, a través de un comunicado, el seleccionador búlgaro, Krasimir Balakov, se disculpó con los jugadores ingleses y con todos los que pudieron sentirse ofendidos.

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