Un ataque suicida con coche bomba contra la retaguardia de un convoy de la operación Barkhane

Seis militares franceses heridos en un nuevo atentado en Mali

photo_camera AFP/MICHELE CATTANI - El Ejército francés patrulla una zona rural durante la operación Barkhane en el norte de Burkina Faso

Las fuerzas francesas de la operación Barkhane han sufrido un nuevo golpe en la zona de las tres fronteras que une Mali, Níger y Burkina Faso. Aunque esta vez no hay que lamentar fallecidos por el momento, seis militares franceses han tenido que ser trasladados al hospital militar de Gao, aunque tres de ellos serán trasladados a otro de la capital maliense a lo largo de la jornada de hoy.

El ataque se produjo este pasado viernes, cuando un coche se dirigía a toda velocidad hacia la retaguardia de un convoy de la operación Barkhane y las Fuerzas Armadas malienses. Ante la inminente amenaza, un vehículo blindado de combate de infantería (VBCI) disparó contra el vehículo, cuando el ocupante activó la carga explosiva que portaba, hiriendo a 6 de los militares, aunque no de gravedad, según el comunicado de las Fuerzas Armadas francesas.

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Este es el tercer ataque sufrido por las fuerzas francesas en apenas un mes. A finales de diciembre tres soldados franceses murieron a causa de un artefacto explosivo improvisado (IED), una de las principales amenazas contra las que este tipo de operaciones tienen que luchar, y que ha llevado al desarrollo de vehículos blindados más seguros especialmente diseñados para minimizar el riesgo de los ocupantes ante estos artefactos.

A principios de enero, otros dos militares franceses fallecían por una explosión durante una misión de reconocimiento. A mediados de esta semana y este mismo viernes en el que ha tenido lugar el nuevo ataque, se producían en Francia los homenajes a los militares fallecidos en los ataques. Los dos primeros ataques fueron reivindicados por el JNIM, la rama de Al Qaeda en esta región, pero todavía no ha habido reivindicación de este tercero.

El número de militares franceses fallecidos en el marco de las operaciones Serval, y posteriormente Barkhane, que se han desarrollado en esta región del Sahel, supera ya el medio centenar, cuando está cerca de cumplirse una década de su presencia. Este coste humano, sumado al económico –alrededor de los 1.000 millones de euros anuales–, es lo que está casi obligando al Elíseo a buscar otras alternativas para mantener la lucha contra el yihadismo en la región.

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Aunque la salida de las fuerzas francesas o, al menos, de una importante parte de ellas no es una realidad en el corto plazo, desde París se siguen buscando aliados en Europa para contribuir al peso de esta lucha contra el terrorismo en un área critica para Europa y para España. De esta forma, a través de la Task Force Takuba, diferentes países europeos están contribuyendo con tropas de operaciones especiales sobre el terreno: Estonia y República Checa, principalmente, pero también se espera que se sumen fuerzas suecas, griegas o italianas próximamente. 

Francia está apostando firmemente por compartir esta carga, aunque bajo su liderazgo, algo que el resto de países europeos, empezando por España, no deberían obviar ni evitar. Del buen resultado de la estabilización de esta región dependerá parte de la presión migratoria que sufrimos, un hecho que también se ha agravado en los últimos meses.

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