Sergei Surovikin, de Chechenia y Siria a Ucrania para infundir el terror ruso

Chechenia y Siria, dos de los territorios donde las Fuerzas Armadas rusas se han empleado en profundidad sembrando el terror en los conflictos bélicos desarrollados allí, fueron los escenarios donde Sergei Surovikin mostró su terrible carácter en el campo de batalla durante las ofensivas militares de Rusia. 

Esas experiencias le valieron una fama de alto mando militar implacable y desde entonces es conocido por algunos como el “carnicero de Siria”. De la etapa de la guerra de Chechenia se le recuerda la promesa de “destruir tres combatientes chechenos por cada soldado ruso muerto”, como recordaban algunos medios de comunicación. En 2017, Surovikin pasó a dirigir la misión rusa en Siria y fue condecorado como Héroe de Rusia, aunque también fue acusado desde algunos sectores por emplear supuestamente tácticas "controvertidas", como el bombardeo indiscriminado contra combatientes antigubernamentales, como informó el medio The Guardian. Según la agencia rusa de noticias TASS, durante la campaña siria fue capaz de tomar el control de buena parte del territorio, las principales comunicaciones de transporte y campos petroleros, entre otros puntos neurálgicos. En noviembre de 2017 fue nombrado comandante en jefe de las Fuerzas Aéreas de Rusia y fue visto por diversas organizaciones humanitarias como responsable de la destrucción desde el aire de gran parte de la ciudad siria de Alepo. Ya a finales de 2017 fue cuando recibió la condecoración como Héroe de Rusia “por el coraje y heroísmo mostrados en el desempeño del deber militar en la República Árabe de Siria".

La designación el sábado de Surovikin como máximo responsable de las tropas destinadas en Ucrania, en sustitución de Alexander Dvornikov, tuvo su traducción prácticamente inmediata en los implacables bombardeos de Rusia sobre la capital ucraniana, Kiev, de este lunes. Rusia no atacaba con misiles la urbe kievita desde el pasado mes de junio y desde la toma de posesión de Surovikin como máximo responsable de la operativa rusa sobre territorio ucraniano es cuando se ha cernido un ataque más abrumador, no solo en Kiev, también en otras ciudades ucranianas como Dnipro, Leópolis o Zaporiyia. 

Los contratiempos del Ejército ruso en territorio ucraniano provocaron el nerviosismo en las filas rusas y en Vladimir Putin, quien tuvo que recurrir a una movilización militar parcial de parte de la población para suplir las bajas y compensar las retiradas en algunas zonas de Ucrania ante el empuje de las tropas ucranianas y quien incluso amenazó con tener un arsenal nuclear suficiente para poder hacer frente a Occidente. Todos estos problemas llevaron a que Putin sustituyese a Dvornikov por Surovikin, quien lleva consigo su fama de brutalidad en conflicto bélico debido a su historial en las guerras de Chechenia y de Siria. 

Junto a los últimos reveses sufridos por el Ejército ruso incluso en zonas de las regiones anexionadas por Rusia, también llegó el ataque al puente de Kerch, una infraestructura básica para Rusia de comunicación con la península de Crimea, lo que también propició la violenta respuesta rusa principalmente sobre Kiev. 

Después de los retrocesos padecidos en el campo de batalla en Ucrania, llegaron las críticas internas por el desarrollo de la guerra y surgieron voces duras contra los cargos militares al mando. Tanto Yevgeny Prigozhin, director de la compañía militar privada Wagner (al servicio de Rusia en escenarios como Libia y la propia Ucrania), como Ramzan Kadirov, líder checheno prorruso implicado también en la guerra de Ucrania, alzaron su voz para criticar duramente la evolución de las tropas rusas sobre el terreno. Toda esta espiral acabó desatando el cambio en la dirección del Ejército ruso en el país vecino. 

Con este panorama, Vladimir Putin vio bien recurrir a Sergei Surovikin, general del Aire que tiene grandes hitos en campañas militares en las que Rusia estaba sufriendo o padecía contratiempos importantes. De esta forma, Surovikin fue nombrado por el Ministerio de Defensa ruso como comandante principal de las Fuerzas de Operaciones Especiales en Ucrania. El propio Kadirov alabó el nombramiento de Surovikin y llegó a decir que "él corregirá los errores de la operación militar” y que “las fuerzas rusas ahora están en buenas manos".

Surovikin no llega de nuevas a la guerra de Ucrania ya que, hasta el momento de hacerse con el mando de las tropas rusas, era el encargado de las divisiones militares del flanco sur en el territorio ucraniano.

Russian Defense Minister Sergey Shoigu appointed Army General Sergey Surovikin to command the joint group of forces involved in a special military operation in Ukraine, Defense Ministry Spokesman Lieutenant General Igor Konashekov told reporters:https://t.co/KymOpZcOP8 pic.twitter.com/S02KwAu67e

— TASS (@tassagency_en) October 8, 2022

Nacido en Novosibirsk, Siberia, hace 56 años, Surovikin ha estado en el Ejército ruso desde 1982 y estudió en el Colegio Superior del Comando de Armas Combinadas de Omsk, la Academia Militar Frunze y la Academia del Estado Mayor. Desde marzo de 2017, Surovikin lideró a las tropas del Kremlin en Siria y posteriormente fue designado para comandar las Fuerzas Aeroespaciales Rusas.

Combatió en Afganistán, Tayikistán y Chechenia, y más tarde en Siria. Desempeñó funciones como comandante del Distrito Militar del Este de Rusia en 2013 y contribuyó al establecimiento de la infraestructura militar en las Islas Kuriles y en el Ártico. En reconocimiento a sus logros militares en Siria, el presidente Putin le otorgó el rango de general en el Ejército.

Surovikin carga con una reputación de crueldad y brutalidad, aunque desde el lado ruso se le ve como un "líder militar duro y exigente".

Según diversos medios como Al-Arab, Surovikin también jugó un papel importante durante los eventos del golpe de Estado de agosto de 1991 contra el último presidente soviético Mijaíl Gorbachov, quien acabó siendo relegado en el poder por Boris Yeltsin, quien luego a su vez acabó siendo sustituido por el actual presidente Vladimir Putin, centrado en devolver a Rusia al foco principal de la política mundial y a rescatar la situación geopolítica de la que gozaba la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) como uno de los líderes globales del mundo junto a Estados Unidos. Durante el golpe de Estado contra Gorbachov, quien era visto desde diversos sectores rusos como el principal causante de la caída de la URSS, Surovikin era capitán y participó en el intento de controlar la capital, Moscú.

Fue arrestado y encarcelado durante seis meses, pero finalmente se retiraron los cargos en su contra bajo el pretexto de que estaba cumpliendo órdenes, en virtud de un decreto de amnistía emitido por el expresidente de la Federación Rusa, Boris Yeltsin.