Serio peligro ambiental en aguas de Yemen por un petrolero abandonado

Raúl Redondo

Pie de foto: Un petrolero abandonado desde hace cuatro años en Yemen, con más de un millón de barriles de crudo en su interior, podría explotar en cualquier momento.

Alarma entre la comunidad internacional por el vertido de consecuencias impredecibles que puede originar un petrolero que lleva ya cuatro años abandonado en aguas de Yemen, país que sufre desde 2015 una cruenta guerra civil que está asolando la nación.La Organización de Naciones Unidas (ONU) ha alertado sobre esta peligrosa situación, ya que el navío transporta en su interior un millón de barriles de crudo y está experimentando un deterioro preocupante por la falta de mantenimiento.

Debido al conflicto armado en territorio yemení, protagonizado por los rebeldes hutíes que pretenden socavar el Gobierno establecido, el buque Safer FSO ha estado inmovilizado durante estos últimos cuatro años en las proximidades del puerto de Ras Isa. Con el paso del tiempo, el casco de la embarcación se ha ido deteriorando y se prevé la posibilidad más que real de que se produzca un desastre ambiental fatal. 

En este sentido, Mark Lowcock, secretario general adjunto de la ONU para Asuntos Humanitarios, afirmó, ante el Consejo de Seguridad del organismo supranacional, que se planteó enviar una misión para evaluar la situación del pecio, aunque, en un principio, sin éxito por la falta de los permisos necesarios. Lowcock indicó que las milicias hutíes se han dedicado a “demorar” el procedimiento de intervención a pesar de las peticiones iniciales que hubo para solicitar asistencia de cara a solucionar el asunto, que se vuelve cada vez más peligroso debido a la posibilidad de que el barco termine explotando con el millón de barriles de petróleo en su interior. Se entiende que el grupo rebelde chií no permite el rescate de la embarcación al considerarla una especie de ‘botín flotante’, adquirido durante la contienda yemení. Los cálculos indican que, del comercio de toda la carga del buque, que es propiedad de la empresa petrolera estatal Yemen Oil and Gas Corporation, se podría obtener un beneficio cercano a los 70 millones de euros. 

Pie de foto: Mark Lowcock, secretario general adjunto de Asuntos Humanitarios y Coordinador del Socorro de Emergencia (OCAH). REUTERS/DENIS BALIBOUSE

El desastre natural en el entorno del mar Rojo sería de gran magnitud y, de producirse, significaría un problema medioambiental de primer orden. Se estima que la desgracia para el medio ambiente sería aún peor que la que se produjo en la catástrofe del vertido protagonizado por el Exxon Valdez en la zona de Alaska, en la cual se cubrió de negro la costa de este estado norteamericano. 

“Si el petrolero se rompe o explota, podríamos asistir a la contaminación de toda la costa del mar Rojo”, resaltó Lowcock, quien también advirtió que “dependiendo de la época del año y las corrientes de agua, el vertido podría alcanzar desde Bab al-Mandeb hasta el canal de Suez, e incluso localizaciones tan alejadas como el estrecho de Ormuz”. Precisamente, el estrecho de Ormuz es la principal área de paso del comercio mundial de petróleo, y, de verse afectado, se generaría además un inconveniente añadido, junto a la propia debacle ambiental. 

La situación del millón de barriles de petróleo dejados a la deriva suscita el temor más que posible de una explosión. "La mayor inquietud es el aire en el tanque de almacenaje. Si el crudo se asienta, incluso en instalaciones flotantes donde el agua ayuda a regular la temperatura, la superficie del aceite expuesto al aire se oxida con el tiempo, un proceso en el que las moléculas del aceite se descomponen y se combinan con las moléculas. El resultado es calor y un compuesto inflamable, con el mismo efecto por el que los trapos empapados en aceite se queman espontáneamente en un lugar con escasa ventilación", ha explicado un detallado informe del Atlantic Council, publicado por el diario El Mundo. En este apartado, los petroleros buscan evitar un riesgo de reacción química manteniendo el nivel de oxígeno por debajo del 11%. “Por encima de este nivel, el tanque se vuelve inflamable y puede convertirse en una bomba gigante. Tras cuatro años sin mantenimiento, el barco ya no es seguro”, se ha asegurado en el mismo informe.

Pie de foto: Imagen del petrolero.

El petrolero permanece varado desde hace cuatro años, tras los bombardeos llevados a cabo por la coalición árabe liderada por Arabia Saudí, que interviene en defensa del Ejecutivo yemení y contra los chiíes hutíes, los cuales están sustentados, por su parte, por Irán, principal enemigo saudí. Desde 2015 se llevan a cabo cruentos combates en Yemen, lo que ha convertido a este país del golfo Pérsico en una suerte de territorio devastado que protagoniza lo que la propia ONU ha definido como “la mayor crisis humanitaria del planeta”, ante la hambruna que se vive en la nación más pobre de la península Arábiga.

Ante los intentos por parte de los rivales hutíes para continuar entorpeciendo cualquier intento de intervención para solucionar la problemática, el Gobierno legítimo de Yemen, reconocido por gran parte de la comunidad internacional, lleva semanas solicitando la urgente revisión del buque y que se controle la carga que transporta. 

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