La ciudad-Estado ha sabido navegar entre los intereses de Estados Unidos y de Rusia y China

Singapur, un gran profesor del juego geopolítico

AFP/ ROSLAN RAHMAN - Vista general del centro financiero de negocios Marina en Singapur

La ciudad-Estado de Singapur se ubica en un punto clave en términos geoestratégicos, pues conecta el océano Índico y el océano Pacífico. Este hecho permite al país desempeñar un papel clave en la geopolítica mundial al tener uno de los puertos más importantes a nivel global, ser un importante centro del comercio mundial, de las finanzas, de la logística, de la innovación y ser una parte fundamental de las cadenas de suministro mundiales.

A pesar de su tamaño, Singapur tiene un significativo ‘soft power’, que reside en su dinámica economía y en su atractivo modelo de negocio. Y desde su independencia, ha sabido jugar con éxito la diplomacia como herramienta estratégica.

Singapur se encuentra en la región del Indo Pacífico, la cual se está convirtiendo en la región económica más importante del mundo desde el punto de vista estratégico, tanto para Estados Unidos como para China. Esto ha desatado una batalla feroz entre ambas potencias para atraer a los países que componen la región a sus respectivas zonas de influencia.

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La economía singapurense tiene una gran dependencia del comercio internacional, por lo que su mayor interés es mantener un sistema económico internacional abierto y libre. Y la guerra comercial entre Estados Unidos y China ya está afectando al comercio mundial y perjudicando la economía singapurense. Por ello, la ciudad-Estado tiene muy clara su política de "neutralidad" en la rivalidad entre las dos potencias, y su objetivo es equilibrar su relación con ambas. No quiere elegir bandos. El ministro de Asuntos Exteriores de Singapur, Vivian Balakrishnan, comentó que la ciudad-Estado "será relevante y útil, pero no se utilizará" en la rivalidad entre Estados Unidos y China.

Estados Unidos

Singapur y Estados Unidos, aunque no son aliados formales, llevan décadas disfrutando de una amplia y profunda asociación. La relación se basa principalmente en la creencia compartida de que una fuerte presencia estadounidense en la región es vital para la paz, la estabilidad y la prosperidad, y se traduce en fuertes lazos económicos y militares.

La política de no-alineación de Singapur empezó tras su independencia en 1965, cuando en plena Guerra Fría, decidió mantener relaciones con EEUU y la Unión Soviética. EEUU consideraba a Singapur como un socio que contribuía a los intereses estadounidenses en su estrategia de contención del comunismo en el sur de Asia. Y, por otro lado, Singapur consideraba a Estados Unidos como un socio que le ayudaba a alcanzar sus objetivos inmediatos de seguridad, construcción de la nación y desarrollo socioeconómico.

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La cooperación económica forjó un fuerte vínculo entre Singapur y EEUU y dotó al neutralismo del Gobierno de Singapur de un fuerte sesgo estadounidense. Hoy en día, la ciudad-Estado es el 17º socio comercial de Estados Unidos.

Volviendo a la Guerra Fría del siglo XXI, durante los días del 22 al 26 del mes pasado (agosto), la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, visitó Singapur y Vietnam. En la ciudad-Estado se reunió con el primer ministro, Lee Hsien Loong, y pronunció un discurso sobre la estrategia estadounidense en el Indo-Pacífico. Este viaje se enmarca en la estrategia de contención de China sobre la región, y se podría considerar como un movimiento simbólico por parte de la Administración Biden, que desea afirmar con asertividad su compromiso con la región del Indo-Pacífico.

Antes de la visita de la vicepresidenta Harris, altos funcionarios estadounidenses, entre ellos el secretario de Estado, Anthony Blinken, y el secretario de Defensa, Lloyd Austin, ya habían visitado a los líderes de Singapur en los últimos meses.

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En su discurso, Harris reafirmó el compromiso del Gobierno estadounidense con la seguridad de la región y el mantenimiento de una presencia económica y de defensa significativas. Reiteró que Estados Unidos rechaza la reivindicación de China sobre el Mar de China Meridional y defiende la libertad de navegación. Sin embargo, afirmó que la política estadounidense no va en contra de ningún país y que no obligará a los países de la región Indo-Pacífica a elegir un bando. Durante la visita se llegaron a varios acuerdos, incluyendo temas de cadenas de suministros, ciberseguridad, cooperación en la adopción de normas internacionales sobre tecnologías emergentes y cooperación sanitaria. Singapur ratificó su compromiso de seguir acogiendo a las Fuerzas Armadas estadounidense y continuar apoyando la presencia militar y diplomática de Estados Unidos en la región con el fin equilibrar la creciente influencia de China en la región.

Por otro lado, es imprescindible mencionar la Estrategia China+1 para un entendimiento más profundo del asunto. La pandemia mundial de COVID-19 y la intensificación de la rivalidad estratégica entre EEUU y China han amplificado la necesidad de reestructurar las cadenas de suministro globales de Estados Unidos. Por ello, la Administración Biden ha establecido la estrategia China + 1, la cual obliga a las empresas estadounidenses con presencia manufacturera en China que también establezcan una base de producción en el Sudeste Asiático.  Esto permite establecer una alternativa adecuada y fiable en una economía de la ASEAN, y así poder progresivamente trasladar a la comunidad empresarial estadounidense de China a las ASEAN.

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Para acelerar el proceso de la deslocalización de fabricación y ensamblaje a los países ASEAN, en la estrategia se prevé establecer una mayor inversión en el Sudeste Asiático en infraestructuras, educación y formación para aumentar la eficiencia de los procesos productivos y la cualificación de los trabajadores de la región.  Es probable que uno de los objetivos de la estrategia China + 1 sea asentar bases de negociación con los Estados miembros de la ASEAN para reducir las barreras políticas y económicas y, de este modo, atraerlos hacia su zona de influencia.

Es por esto por lo que la vicepresidenta Harris discutió ampliamente las cuestiones relacionadas a las cadenas de suministro con el primer ministro de Singapur.  Sin embargo, se ha preferido enmarcar la conversación en la necesidad de facilitar la resistencia y la seguridad de la cadena de suministro en el contexto de la gestión de la pandemia, en lugar de la batalla geopolítica entre Estados Unidos y China.

China

Singapur y la República Popular China disfrutan de una relación especial basada en la afinidad cultural y la estrecha interdependencia económica. La ciudad-Estado fue un modelo de desarrollo para China después de que esta abandonara la autarquía maoísta. Como dato, Singapur formó a más de 55.000 funcionarios chinos.

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China es el mayor socio comercial de Singapur, y, en 2019, Singapur se convirtió en el país con mayor cantidad de Inversión Extranjera Directa proveniente China.  El país se está convirtiendo en un centro de atracción para los gigantes tecnológicos chinos como Tencent, Alibaba y ByteDance - propietario de Tik tok. Sin embargo, la IED china en Singapur sigue siendo relativamente pequeña en comparación con las inversiones acumuladas de Estados Unidos. Por otro lado, Singapur es el mayor inversor extranjero en China desde 2013. Además, ambos países han establecido un programa de trabajo para negociar un Acuerdo de Libre Comercio entre ambos.

Singapur es un gran simpatizante de los proyectos de Pekín como del Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras (BAII) y de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI), a pesar del descontentó estadounidense. Y un tercio del total de las inversiones de China relacionadas con la Iniciativa de la Franja y de la Ruta en todos los países está en Singapur. Al mismo tiempo, la ciudad-Estado es uno de los principales destinos de inversión para las empresas chinas que invierten en el extranjero.

China y Singapur tienen, asimismo, una estrecha cooperación militar. El Ejército Popular de Liberación (EPL) de China y las Fuerzas Armadas de Singapur llevan realizando maniobras militares conjuntas desde noviembre de 2010. Y en octubre de 2019, Singapur y Pekín ampliaron un pacto de defensa que instituyó frecuentes diálogos de alto nivel y ejercicios e interacciones militares a mayor escala en los que participan sus tres brazos militares: el Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea.

Es interesante mencionar que Singapur fue el coordinador del Diálogo ASEAN-China entre 2015 y 2018. Lo que indica que Singapur tienen una figura puente entre China y el resto de las naciones ASEAN.

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Volviendo a la batalla China-EEUU, el más alto diplomático de Pekín, Yang Jiechi, visitó Singapur en agosto y mantuvo conversaciones con el primer ministro. Ahora, el ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, planea visitar Vietnam y Singapur con el fin de reafirmar la influencia de Pekín tras los viajes de la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, y del titular de Defensa en los últimos meses. La gira asiática de Wang también incluye Camboya y Corea del Sur.

La diplomacia china en el Sudeste Asiático ha entrado en una fase de hiperactividad durante el último año, cuyo principal pilar está siendo la diplomacia de las vacunas y sanitaria.

Conclusión

¿Qué podemos aprender de Singapur? A ser diplomáticos. A no cerrarnos las puertas, y saber equilibrar relaciones. Singapur es un buen ejemplo para seguir para la UE y sus Estados miembros, que deben aprender a balancear su relación con las potencias evitando entrar en una guerra que sería perjudicial para la economía del bloque.

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