Un artículo del diario The Sunday Times critica el manejo de la crisis por parte de Downing Street. Por su parte, el Gobierno británico ha calificado estas informaciones de “ridículas”

¿Subestimó Boris Johnson la pandemia?

AFP/ DANIEL LEAL-OLIVAS - El primer ministro británico Boris Johnson hace una declaración en Downing Street, en el centro de Londres, el 27 de abril de 2020, tras haber sido hospitalizado con la COVID-19

“Reino Unido perdió cinco semanas cruciales” y subestimó las consecuencias que la pandemia de la COVID-19 iban a tener en la salud de los británicos. Esta es una de las frases con las que el periódico británico The Sunday Times ha descrito, en una investigación, cómo el Ejecutivo británico se enfrentó a la pandemia. Y en un movimiento inusual, el Departamento de Salud de Downing Street seleccionó las acusaciones hechas por el periódico para rebatirlas y describió los elementos de su investigación como “claramente falsas” y “ridículas”.

Por partes, el artículo criticaba la falta de coordinación y de toma de decisiones por parte de la Administración Johnson. Según el texto, el ‘premier’ británico no acudió a cinco reuniones de emergencia del Cabinet Office Briefing Room A (COBRA). Estas reuniones, que suelen estar presididas por el primer ministro y un cuerpo de altos cargos como los jefes de inteligencia y generales, se convocaron para compartir y tratar la información que a mediados de febrero tenían las autoridades británicas y de esta manera preparar al Servicio Nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglés). Pero Johnson, que ahora se recupera satisfactoriamente del virus después de varios días ingresado en cuidados intensivos, no acudió a ninguna de las reuniones.

Un oficial de policía (C) dice a los miembros del público que no se les permite sentarse y disfrutar del sol en la hierba, pero que sí caminar para hacer ejercicio, en el parque London Fields en el este de Londres
Inmunidad para todos

En un primer momento, el Gobierno británico apostó por la teoría de la ‘inmunidad colectiva’, una estrategia defendida por el asesor científico de la Administración Johnson, Patrick Vallance, el cual sostenía que un 60% de la población británica debería contagiarse para así conseguir la inmunidad y poder controlar el virus a largo plazo. 

Los pasos seguidos por Johnson se aferraron a esta teoría arriesgada. El 28 de febrero, cuando se confirmó la primera muerte de un ciudadano británico con coronavirus, el jefe del Ejecutivo británico aseguró que ralentizar los contagios de coronavirus era la prioridad número uno de su Gobierno, un mes después de que se confirmara el primer caso en las islas.

Frente a las decisiones drásticas tomadas por los países en Europa más golpeados por la COVID-19, como España e Italia, de suspender todos los eventos y limitar el movimiento de sus ciudadanos, incluso para ir a trabajar, Johnson apostó por unas medidas mucho menos agresivas, sugiriendo mantener la higiene y de esa manera evitar un parón en la economía británica.

El Asesor Científico Principal de Reino Unido Patrick Vallance habla en la conferencia de prensa diaria sobre el coronavirus en el 10 de Downing Street en Londres, el 17 de abril de 2020

La hoja de ruta de Johnson se sustentaba en la teoría de que, si se conseguía retrasar el pico de la pandemia, el NHS se enfrentaría con mayor eficacia a la enfermedad cuando el clima mejorara, ya que en verano habría más camas disponibles al disminuir el número de personas con enfermedades respiratorias comunes. Pero, para el 12 de marzo, las cifras de contagios y de fallecimientos habían aumentado considerablemente. Es cuando el primer ministro admitió que “muchas familias van a perder a seres queridos antes de tiempo”.

Estas declaraciones propagaron un cierto pánico en la ciudadanía británica, más aún cuando se hizo público un estudio del Imperial College de Londres, en el cual, a partir de un modelo matemático, advertía de que más de 250.000 personas podrían morir a causa del coronavirus si el Gobierno no cambiaba de estrategia. 

Del ‘Vote to Leave’ al ‘Let them die’ 

La decisión de seguir adelante con la inmunidad colectiva, según medios británicos, surgió del asesor principal de Johnson, Dominic Cummings, quien está considerado como la mano que mueve los hilos en la política británica y el gran estratega que estuvo detrás de la campaña para abandonar la Unión Europea.

El artículo del Sunday Times recogió una cita suya el 12 de marzo en la que decía que la inmunidad colectiva “protegerá la economía, y si eso significa que algunos pensionistas morirán, lástima”. Días más tarde, al igual que su jefe, Cummings comunicó que tenía síntomas de la COVID-19 y decidió autoaislarse. Posteriormente, la agencia de noticias británica PA dijo que Cummings y Johnson estaban en contacto a través de videoconferencia. En la última, el asesor cambió su discurso: “Stay Home. Protect the NHS. Save lives” (“Quedaos en casa, proteged la sanidad pública, salvad vidas”). 

Dominic Cummings llega al 10 de Downing Street en el centro de Londres para asistir a la sesión informativa diaria sobre la COVID-19 del Gobierno
Nueva estrategia, pero tarde

El repunte de casos y el devenir de la enfermedad en Europa hicieron que Johnson comenzara a hablar de “supresión” en lugar de mitigación del virus. Y el 2 de marzo el mandatario acudió, por fin, a una reunión COBRA. Sin embargo, no fue hasta el día 20 de dicho mes cuando el primer ministro británico ordenó la cuarentena, cerró bares, restaurantes, cines, gimnasios. Tres días más tarde, el 23, el Gobierno tory dispuso del cierre de todos los comercios no esenciales, teletrabajar en los casos que fuera posible y la limitación de la circulación.

Según recoge la BBC, el periodista del The Sunday Times Jonathan Leake uno de los autores del controvertido artículo, señaló el proceso del Brexit como uno de los errores -o “distracciones”- que el Gobierno tuvo, al no escuchar a la comunidad científica por estar más pendientes de las negociaciones de salida de la Unión Europea. “El 26 y 27 de enero fue un tiempo donde el gobierno estaba increíblemente distraído por la salida de la UE [...] el gobierno debió haberle prestado más atención a lo que estaba surgiendo”, recoge la cadena británica.

La gente compra bebidas en una tienda del mercado de Broadway en el este de Londres el 24 de abril de 2020, durante el cierre nacional debido a la nueva pandemia del coronavirus COVID-19

“Boris Johnson se saltó cinco reuniones de Cobra sobre el virus, se ignoraron las llamadas para pedir equipo de protección y se hicieron oídos sordos a las advertencias de los científicos. Los fallos en febrero pueden haber costado miles de vidas”, se lee en la nota del Sunday Times.

Por su parte, The Mirror, un tabloide con gran popularidad en Inglaterra, afirmó que Johnson y su pareja, Carrie Symonds, pasaron casi dos semanas en una mansión de campo, mientras el Gabinete de gobierno celebraba reuniones de emergencia sobre la COVID-19.

Un hombre con una máscara quirúrgica sale de la estación de metro de Brixton, en el sur de Londres, el 23 de abril de 2020, mientras la vida en Reino Unido continúa bajo confinamiento
Respuesta desde Downing Street

Todas estas afirmaciones que recoge el periódico conservador han sido rechazadas por el Gobierno británico, insistiendo en que Reino Unido “estaba tomando medidas y trabajando para mejorar su preparación desde principios de enero”.

En un comunicado en la página web del Gobierno británico, el Departamento de Salud y Centro de Medios de Atención Social aseguraba que “esta es una pandemia mundial sin precedentes y hemos tomado las medidas correctas en el momento adecuado para combatir, guiado en todo momento por el mejor asesoramiento científico”. 

Un hombre con una máscara quirúrgica pasa por los puestos del mercado de Electric Avenue en Brixton, al sur de Londres, el 23 de abril de 2020

En una respuesta inaudita, el texto del Ejecutivo recoge punto por punto lo que ven como “tergiversaciones” y muestra su versión de los hechos. Según las autoridades británicas, lo usual es que el primer ministro no acuda a las reuniones COBRA y que en su lugar sea presidido por el secretario de Salud. 

Además, el artículo del Sunday Times recoge que el Gobierno envió 279.000 artículos de su arsenal sanitario en respuesta a la solicitud de China para luchar contra el virus. En cambio, el Ejecutivo respondió que el equipo dado a Pekín no pertenecía a la reserva y que “proporcionamos este equipo a China a la altura de sus necesidades y desde entonces China ha correspondido nuestra donación. Entre el 2 y el 15 de abril, hemos recibido más de 12 millones de material para la protección personal en el Reino Unido de China”.

Soldados del Regimiento Real Galés vestidos con máscara y guantes paran los coches a la entrada de un centro móvil de pruebas del coronavirus COVID-19 en Salisbury, al sur de Inglaterra, el 26 de abril de 2020

Ante la crítica que lanza el diario británico sobre la actitud de Downing Street de “intentar minimizar la amenaza con una actitud casi indiferente”, el Departamento de salud se defiende y sugiere que, en esos momentos, en el mes de febrero, “se estaba realizando un trabajo extenso y detallado”.

Por el momento, Reino Unido ha contabilizado más de 130.000 contagiados y cerca de las 19.000 muertes, aunque, según una investigación del Financial Times, no se estarían contabilizando todos los decesos por coronavirus, por lo que el verdadero número de fallecidos estaría cerca de los 40.000, siguiendo los datos de la Oficina Nacional de Estadísticas. Según el diario económico, el Gobierno británico solo tiene en cuenta a los fallecidos que habían sido diagnosticados como positivo por COVID-19 en hospitales, sin tener en cuenta a los muertos en residencias o aquellos que aún no habían sido diagnosticados por medio de los test.

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