Sudáfrica planea elecciones generales para mayo

Alex Erquicia

Pie de foto: El presidente sudafricano Cyril pronuncia su discurso anual sobre el estado de la nación, en el Parlamento sudafricano. Photo by Rodger BOSCH / AFP

El presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, busca avanzar en su misión de estabilizar el país en medio de los desequilibrios que imperan. Durante el discurso sobre el estado de la nación ante el Parlamento ha presentado sus planes para el resto del año que incluye la celebración de elecciones generales el 8 de mayo, la intensificación en la lucha contra la corrupción y el intento de propulsar la azotada economía sudafricana. Para ello la decisión de partir en tres entidades distintas la empresa estatal de Eskom, la mayor generadora de energía en el continente africano, será el punto de partida y el mayor reto que afrontará en su búsqueda de legitimarse en el poder y recuperar la confianza entre los sudafricanos, y los inversores, hacia el país.

El actual jefe del Estado, Ramaphosa, reemplazó a Jacob Zuma (2009-2018), hasta entonces vicepresidente, como el máximo mandatario del país hace un año, tras ser nombrado por el Parlamento al ser el único candidato tras la renuncia de Zuma. Su salida prematura, acosado por varios escándalos de corrupción y defenestrado por su partido, fue forzada, en parte, por Ramaphosa, líder del partido gubernamental Congreso Nacional Africano (ANC, por sus siglas en inglés). El nuevo presidente asumió una presidencia interina que le obligaba a convocar elecciones generales. A la espera de que la Comisión Electoral Independiente confirme la fecha del 8 de mayo como las elecciones, se espera que la Alianza Democrática (DA, por sus siglas en inglés), la principal fuerza opositora, seguida del grupo de izquierda Luchadores por la Libertad Económica (EFF, siglas en inglés), se presenten a las elecciones que medirá el clima político en el país. 

La lucha contra la corrupción, una de las promesas de Ramaphosa, es una de las prioridades de su gobierno, algo que subrayó en su discurso. En enero del año pasado Ramaphosa nombró una Comisión Judicial de Investigación para la "captura del estado" (state capture), el concepto utilizado en Sudáfrica para la corrupción gubernamental, conocido como la Comisión Zondo.  Se refiere a la investigación a altos cargos por supuestas ilegalidades en la concesión de contratos públicos y de malversación de fondos públicos. En su discurso mencionó que las revelaciones de la Comisión son profundamente turbulentas y "revelan la profundidad y magnitud de los delitos que desafían los cimientos de nuestro estado democrático." Prometió apoyar la Justicia y los procesos penales de miembros de alto rango del ANC, su propio partido, al que le ha causado importantes daños a su reputación. 

El tema que muchos esperaban era sus declaraciones sobre la economía, el país tiene una alta concentración económica, y acerca de la empresa pública Eskom. "Eskom está en crisis y los riesgos que representan para Sudáfrica son grandes", dijo Ramaphosa. En estos momentos tiene grandes problemas operacionales, financieros y estructurales, aseveró luego de afirmar que la contribución de esa entidad a la economía nacional es demasiado importante y podría golpear las ambiciones de desarrollo económico y social. Por ese motivo ha ideado un nuevo modelo de negocio para la empresa que consiste en separar las actividades de la empresa (generación, transmisión y distribución) en tres entidades públicas diferentes bajo el conglomerado Eskom Holdings. "La seguridad del suministro de energía es un imperativo absoluto. Eskom está en crisis y los riesgos a los que expone a Sudáfrica son grandes", dijo un relajado Ramaphosa. Pese a ser una señal hacia inversores, el gobierno no ha ofrecido detalles de su ejecución. La empresa estatal se está ahogando en una deuda de alrededor de 420 mil millones de rand (31 mil millones de dólares) y se espera que pueda perder más de mil millones de dólares al año durante los próximos dos años, según la edición africana de Forbes. En su discurso Ramaphosa también prometió aumentar el número de turistas, explorar la venta de participaciones en empresas estatales consideradas no estratégicas y aumentar la producción agrícola mediante reformas agrarias aceleradas. 

Ramaphosa necesitará demostrar sus capacidades para lograr la confianza de los sudafricanos, y restaurarla en el país, que se enfrentarán a las sextas elecciones generales y provinciales desde el fin del apartheid y la llegada de la democracia en 1994 y votarán al que será su presidente por un mandato de cinco años. 

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