Sudán acusa a Etiopía de un ataque contra sus fuerzas
Etiopía y Sudán son dos vecinos cuyas relaciones son más bien complicadas. Desde que estallara el conflicto en Tigray, ACNUR contabiliza más de 40.00 refugiados etíopes que han cruzado la frontera a Sudán. Ambos países mantienen relaciones tensas, sobre todo, en lo que a sus fronteras se refiere. Sudán ya ha denunciado en varias ocasiones ataques contra civiles y militares en la frontera. Desde el gobierno sudanés, además, han pedido al país vecino que respete los acuerdos fronterizos.
Sudán vuelve a acusar a las fuerzas de Etiopía de un ataque contra militares y civiles en su territorio. Esta ofensiva se produce pocos días después de que una comisión parlamentaria acusara al Ejército sudanés de apoyar a los rebeldes de la región de Tigray.
"El martes por la noche, mientras nuestras fuerzas regresaban a su base después de inspeccionar la zona alrededor de Jebel Abu Teyyor, dentro del territorio sudanés, fueron emboscados por fuerzas y milicias etíopes. El ataque resultó en pérdidas de vidas humanas y equipo", han explicado desde el centro de Medios Militares del ejército Sudanés en una declaración el miércoles.
Este comunicado no especifica el número de fallecidos, pero fuentes militares han confirmado al Sudan Tribune que la emboscada se ha cobrado la vida de un oficial y tres soldados, además de herir a otros doce.
El ejército sudanés manifestó que sus tropas rechazarán enérgicamente cualquier ataque al territorio sudanés y anunció el despliegue de sus fuerzas para impedir que "las partes en el conflicto de Etiopía utilicen los territorios sudaneses en sus ataques".
Por su parte, el primer ministro sudanés Abdallah Hamdok emitió el miércoles por la noche una declaración en la que expresaba el apoyo de su gobierno al ejército tras el ataque de Etiopía. "El Consejo de Ministros afirma su apoyo y su postura con las fuerzas armadas", dijo Hamdok; el Gobierno "afirma su confianza en la capacidad de nuestras fuerzas armadas para proteger las fronteras del país y repeler cualquier agresión", dijo además en lo que parecía un llamamiento al apoyo popular al Ejército.
El conflicto en Tigray es cada vez más patente en Sudán, las tensiones internas en Etiopía, han ido dispersándose hasta llegar al país vecino, que ya soporta la gran presión por los refugiados que huyen de la guerra. A la presión migratoria se le suman los ataques en su frontera por parte de éste que acusa a Sudán de apoyar al Frente Popular para la Liberación de Tigray (TPLF).
El actual primer ministro, Abiy Ahmed, líder del Frente Revolucionario Democrático y Popular, y que paradójicamente fue ganador del Nobel de la Paz en 2019, llegó al poder en 2018 y prometió reformas y elecciones libres, liberó a los detenidos políticos, e hizo la paz con Eritrea. Abiy Ahmed se levantó como la gran esperanza del país, capaz de unir a las diferentes etnias bajo un mismo mando.
Pero poco a poco esa gran esperanza se fue disipando, como respuesta al aplazamiento de las elecciones por la COVID-19, el Frente Popular para la Liberación de Tigray (TPLF) decidió llevar a cabo unas elecciones por su cuenta en la región y atacó una base militar del ejército etíope. Ahmed declaró, entonces, la guerra a este territorio del norte del país el pasado noviembre, desde entonces el país se encuentra sumergido en una espiral de caos y violencia.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) estima que unos 12.000 niños, algunos de ellos sin padres o familiares, se encuentran refugiados en Sudán en campamentos, donde "las condiciones para estos niños son extremadamente duras" y valora que en los próximos días y semanas "más de 200.000 personas" podrían cruzar desde Tigray a Sudán.
