Sudán prohíbe la mutilación genital femenina
Se trata de un cambio en materia de Derechos de las mujeres sin precedente. La mutilación genital femenina (MGF), que comprende la escisión total o parcial de los órganos genitales femeninos o cualquier otra lesión de estos por motivos no médicos, ha sido oficialmente abolida en el país africano.
El trabajo que continúa a la aprobación de esta enmienda a la legislación penal que se hizo el 22 de abril es, sobre todo, social y de concienciación porque se trata de una práctica muy arraigada socialmente y, por lo tanto, se necesita acabar con los mitos milenarios que ponen en riesgo la vida de las mujeres a través de creencias misóginas y patriarcales.
Se espera que Sudán obre igual con respecto a otras políticas necesarias para proteger a las mujeres y las niñas en casos de delitos como la violación conyugal y el matrimonio infantil, que aún no están tipificados en el Código Penal.
Según cifras de la ONU, aproximadamente el 87% de las mujeres y niñas sudanesas entre las edades de 14 y 49 años han sufrido alguna forma de mutilación genital femenina en general, más de 200 millones de mujeres y niñas vivas actualmente han sido objeto de la MGF en los 30 países de África, Oriente Medio y Asia, por lo que las activistas sudanesas feministas celebran este paso al frente que, por más que no sea suficiente para su erradicación, es un antes y un después en materia de derechos hacia la igualdad efectiva y el fin de la vulneración de los derechos de las mujeres.
Criminalizar una práctica que vulnera los derechos de la infancia y de las mujeres y atentan contra la integridad física es imprescindible en una sociedad que quiera evolucionar en materia de Derechos Humanos.
Las condiciones en las que se practica la mutilación genital (con cuchillas y a veces cosiendo con aguja e hilo) son deplorables y carecen de higiene, lo que desemboca a menudo hemorragias graves, problemas urinarios, infecciones o a veces incluso en la muerte de la niña, por alguna de las causas anteriores.
Las niñas que sufren esta práctica (cuya edad suele estar comprendida entre el periodo de lactancia y los 15 años) y que sobreviven a ella más tarde pueden tener quistes, infecciones severas, complicaciones del parto y aumento del riesgo de muerte del recién nacido en el caso de quedarse embarazadas.
El momento en el que deben tener relaciones sexuales no es menos dañino, pues sufren un dolor intenso dado que tienen el orificio vaginal cosido y, en determinadas zonas de África, se atribuye la función a una mujer de la aldea el cortar con un chuchilla la zona cosida para que la recién casada pueda tener relaciones sexuales. En las zonas en las que se practica la ablación se considera una forma de dignificar a las mujeres, para que puedan casarse, pues se considera que estas nacen impuras.
