Sudán ya tiene nuevo Gobierno
Tal y como estaba previsto, el primer ministro de Sudán, Abdalá Hamdok, ha nombrado al nuevo Gobierno que debe afrontar esta segunda etapa de transición. A raíz de los acuerdos del pasado octubre entre el Gobierno y los grupos rebeldes, una de las prioridades de Hamdok, era necesario incluir a algunos de sus representantes en un nuevo Gabinete. Hamdok disolvió así a su Gobierno el domingo y ha presentado ya al nuevo.
Este nuevo Gobierno está formado por 25 personas, propuestas casi todas ellas por los grupos armados firmantes del acuerdo de paz y los partidos políticos, tres de ellos tienen un carácter independiente y un cuarto ha sido nombrado por la sociedad civil. Cinco de los ministros del Gobierno anterior han mantenido su cartera: el ministro de Defensa, Yassim Ibrahim; el ministro de Justicia, Nasr al-Din Abdel Bari; el ministro de Recursos Hídricos, Yaser Abbas; el ministro de Asuntos Religiosos, Nasr al-Din Mufré; y el ministro de Educación Superior, Intisar Saqairon.
Según los acuerdos al menos un 25% del Gobierno debía provenir de los grupos rebeldes, y también había una cuota asignada a mujeres, aunque ésta no ha sido cumplida. Son sólo cuatro las mujeres que ocuparan puestos en este nuevo Gabinete, una de ellas nombrada por uno de los grupos armados. Estarán al frente del Ministerio de Transportes, del Gobierno Federal, de Energía y Petróleo y del Ministerio de Asuntos Exteriores, puesto que ocupará Mariam al-Sadiq al-Mahdi, hija del ex primer ministro Sadiq al-Mahdi.
El partido con más representación es el de la Umma, con cuatro carteras. Mientras que el Partido del Congreso Sudanés, la cuota de militares -Interior y Defensa-, el Movimiento Justicia e Igualdad, y la Alianza Unionista tendrán dos cada uno. Uno de los nombramientos del Movimiento Justicia e Igualdad, que estuvo vinculado a Omar al-Bashir, ha sido controvertido. Se trataría de Gibril Ibrahim, encargado de las Finanzas y la Planificación Económica, un ámbito clave para el futuro del país, pero que muchos analistas cuestionan que sea capaz de manejar con solvencia.
Además de la citada mujer al frente del Ministerio del Gobierno Federal y del hombre encargado del Ministerio de Finanzas, los ministerios que ocuparán los grupos rebeldes serán los siguientes: Ministerio de Recursos Minerales, con Mohamed Bashir Abu Nemou, del Movimiento de Liberación de Sudán - Minnawi; el Ministerio de Ganadería, con Hafiz Ahmed Saleh Abdel Nabi, del Frente de Fuerzas Revolucionarias; el Ministerio de Desarrollo Urbano, con Abdalá Yahia de la Alianza de las Fuerzas de Liberación de Sudán; y, por último, el Ministerio de Desarrollo Social, con Motasim Ahmed Saleh, que al igual que ministro de Finanzas, pertenece al Movimiento Justicia e Igualdad.
Este nuevo Gobierno debe conducir en el plazo de 36 meses hacia unas elecciones. Durante este tiempo, debe acometer una serie de reformas de vital importancia, especialmente en el apartado económico. El país está sumergido en una crisis económica que ha desatado una nueva ola de protestas en Jartum. Sudán está trabajando para cancelar los 70.000 millones de dólares de su deuda, algo que oprime enormemente su economía. Hamdok ha anunciado también que la Agencia Internacional para el Desarrollo pretende invertir 1.700 millones de dólares en el país.
Hamdok también pretende atraer más grupos rebeldes a los acuerdos de paz, pues ni el Movimiento de Liberación del Pueblo de Sudán, ni el Movimiento de Liberación de Sudán se sumaron en su momento al acuerdo. Continuar con las negociaciones es otro de los objetivos marcados para esta nueva etapa. En el apartado económico, el Gobierno tratará de estimular su sector petrolífero, con una inversión de 300 millones de dólares para doblar su producción. Otros de los sectores a los que prestará especial interés es el de la agricultura y la electricidad. "Estamos cerca de darle la vuelta a la situación económica", expresó con optimismo el primer ministro. Se espera que este martes el Consejo de Socios de la Transición dé el visto bueno a este nuevo Gobierno, y que las reformas puedan ponerse en marcha.
