Túnez prorroga un mes el estado de excepción para hacer frente al terrorismo

Paco Soto

Pie de foto: Policías tunecinos patrullando tras un atentado terrorista.

Túnez decidió prorrogar un mes el estado de excepción -o de emergencia-, que el presidente de la República, Beji Caïd Essebsi, decretó el pasado 24 de noviembre tras un atentado cometido por Daesh en la capital contra un autobús que transportaba a miembros de la Guardia Presidencial. Un total de 12 militares murieron en este atentado. Según informó la agencia de noticias tunecina TAP, el portavoz de la Presidencia del país, Moez Sinaui, hizo saber el pasado domingo a través de un comunicado oficial que la decisión fue tomada por el jefe del Estado “tras consultar con el primer ministro y el presidente de la Cámara de Representantes (Parlamento)”. El estado de excepción da poderes excepcionales a las fuerzas de seguridad del Estado para combatir con mayor eficacia a los grupos terroristas yihadistas que actúan en el país. En este sentido, las fuerzas policiales y militares tienen capacidad para limitar el movimiento de la población, controlar los medios, cerrar salas de espectáculos, bares y cafeterías o prohibir manifestaciones o huelgas susceptibles de derivar en desórdenes públicos. Aunque la medida prorrogada es de carácter excepcional, Túnez decretó el estado de emergencia después de la caída del dictador Zine el Abidine Ben Ali, en enero de 2011, y lo mantuvo durante tres años y medio.

Varios atentados

El pequeño país norteafricano, que está construyendo un sistema democrático donde se ha integrado el principal movimiento que se reclaman del islam político, Ennahda, sufrió varios atentados terroristas en 2015. Los dos más sangrientos ocurrieron el 18 de marzo contra el Museo Nacional del Bardo, en la capital, donde perdieron la vida más de una veintena de personas, y el 26 de junio contra un complejo turístico de capital español ubicado a la ciudad costera de Susa, en el que fueron asesinados 38 turistas extranjeros. En el atentado contra el Museo Nacional del Bardo murieron dos turistas españoles.  

El objetivo de los grupos terroristas vinculados a Daesh y otras corrientes yihadistas en Túnez es desestabilizar políticamente el país y evitar que la transición democrática siga por buen camino. Una parte importante de la población tunecina está a favor de las medidas de excepción adoptadas por las autoridades para acabar con el terrorismo, pero algunos colectivos de defensa de los derechos humanos ponen en cuestión su eficacia y temen que acaben siendo un freno a la evolución democrática. Amnistía Internacional (AI) señaló que “a los tunecinos se les pide que escojan entre seguridad y derechos y libertades, pero ellos quieren las dos cosas”. El presidente tunecino decidió levantar el toque de queda y el estado de excepción a mediados del año pasado, pero el pasado mes de diciembre prolongó la segunda medida hasta el 21 de febrero.

Bombardeo estadounidense

Según fuentes de la lucha antiterrorista, unos 3.000 tunecinos combaten en las filas del yihadismo en países como Siria, Irak y Libia. El viernes de la semana pasada, aviones de combate estadounidenses atacaron un campo de entrenamiento de Daesh en Libia; según un responsable libio, la mayoría de las 49 personas muertas “llegaron hace un mes o quizá menos de Túnez”. Un responsable militar estadounidense afirmó que el ataque aéreo provocó “probablemente” la muerte de uno de los cuadros militares de Daesh, Noureddine Chouchane, tunecino de 36 años y presunto responsable de los atentados contra el Museo Nacional del Bardo y el complejo turístico de Susa el año pasado.

Objetivo España

El yihadismo tunecino también es un peligro para España y otros países europeos. Los expertos en la lucha antiterrorista consideran que la participación de España en la coalición internacional contra Daesh ha elevado las posibilidades de sufrir un atentado, ya sea perpetrado por una célula yihadista o por algún denominado ‘lobo solitario’. Aunque la mayoría de los yihadistas detenidos por las fuerzas de seguridad en España son españoles y marroquíes, no se puede descartar la participación de ciudadanos de nacionalidad tunecina en actividades terroristas en el futuro. En los últimos años, algunos atentados terroristas cometidos en Túnez han sido financiados por yihadistas en España. La conquista de España es uno de los objetivos de Daesh y en el pasado, Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) amenazó con llevar a cabo atentados terroristas contra España o sus intereses en el Magreb.

El auge de Daesh

La actividad de Daesh en Túnez, país que inició la denominada ‘Primavera Árabe’ en 2011, tiene su lógica. Como señala en un artículo Ignacio Álvarez-Ossorio, coordinador de Oriente Medio y Magreb de la Fundación Alternativas y profesor de Estudios Árabes en la Universidad de Alicante: “La violenta irrupción del EI en territorio tunecino no debería sorprendernos. Durante la dictadura de Ben Ali se practicó una política de tolerancia cero contra cualquier corriente islamista. El resultado fue la ilegalización de la moderada Ennahda y la persecución de los grupos salafistas, así como la erradicación de las formaciones radicales situadas en la órbita de Al Qaeda. Tal situación llevó a muchos yihadistas a buscar refugio en el exterior del país combatiendo en Afganistán e Irak”.

Así las cosas, según Álvarez-Ossorio, “la apertura política benefició a los salafistas, una rama ultraortodoxa y puritana del Islam suní que pretende replicar en toda la geografía árabe el modelo socio-religioso imperante en Arabia Saudí, un país donde las libertades públicas están severamente restringidas. Mientras la Unión Europea se mantenía en un discreto segundo plano, algunas petromonarquías del Golfo intervinieron de manera activa para truncar la transición de Túnez hacia la democracia”. Por ello, recalca el investigador, “el EI buscaría descarrilar la transición democrática tunecina y, sobre todo, destruir toda colaboración entre el laico Nida Tunis y el islamista Ennahda”.

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