El presidente argelino fue recibido por su homólogo tunecino en el inicio de su visita oficial, poco después de que el Gobierno de Argelia anunciase un préstamo de 265 millones de euros

Tebboune viaja a Túnez en una visita oficial

photo_camera AFP/HO/SERVICIO DE PRENSA DE LA PRESIDENCIA - Abdelmadjid Tebboune y Kais Saied

En el marco de una renovada actividad diplomática que compense la ruptura de relaciones con Marruecos, durante las últimas semanas el Gobierno argelino ha recibido a varios jefes de Estado y altos cargos extranjeros. Entre ellos se encuentran algunos como el presidente italiano, Sergio Mattarella, o el proclamado presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas. 

Ahora, con el objetivo de afianzar sus relaciones bilaterales con la República de Túnez, el presidente argelino, Abdelmadjid Tebboune, ha viajado oficialmente al país por invitación de su homólogo tunecino, Kais Saied, en una visita de dos días. Este encuentro se desarrolla en la línea del "fortalecimiento de los profundos lazos de fraternidad que unen a los dos pueblos hermanos y la ampliación de las áreas de cooperación a un nivel cualitativo que refleje la sintonía y voluntad común de los líderes de los dos países y sus pueblos", según expresaba la Presidencia de Túnez en un comunicado.

Tebboune fue recibido con todos los honores, en el Aeropuerto Internacional Túnez-Cartago, donde le esperaban varios altos funcionarios del Estado, junto al jefe de Gobierno, Kais Saied. Tras ello, la comitiva se trasladó al Palacio Presidencial de Cartago, donde ambos mandatarios mantuvieron una ronda de conversaciones cara a cara, que se saldó con la firma de 27 acuerdos bilaterales que ponían de manifiesto la “convergencia de visiones” entre ambos mandatarios. 

“Estos acuerdos de asociación se refieren a una amplia gama de áreas que incluyen justicia, instituciones públicas, comunicación, medios de comunicación, industria y pymes, medio ambiente, comercio exterior, cultura, asuntos religiosos, energía, formación profesional, pesca, empleo, infancia, ancianos, jóvenes, deporte, educación y salud”, informaba el Gobierno de Túnez.

El presidente de Túnez, Kais Saied
Un préstamo millonario

A lo largo de los últimos meses, los encuentros entre dirigentes de ambos países se han intensificado, debido, en gran medida, al interés de Argelia por mostrar su disponibilidad y solidaridad para con el pueblo tunecino. Así, el Gobierno de Argel ha colaborado con Túnez para dar solución a sus últimos grandes problemas: la crisis económica, la situación sanitaria relacionada con la pandemia, y la crisis política que se ha agudizado desde el pasado mes de julio.

Hace tan solo unos días, Argel anunciaba la concesión de un préstamo de 300 millones de dólares (alrededor de unos 265 millones de euros) al Gobierno tunecino, que se enfrenta ahora a la que podría ser su peor crisis económica desde su independencia en 1956. La deuda pública del país se ha duplicado a lo largo de los últimos diez años, situándose cerca de los 30.000 millones de euros. De hecho, la situación se ha agravado especialmente desde el año 2020 a causa del impacto de la COVID-19 sobre una economía “frágil” y sustentada sobre un tejido de pequeñas y medianas empresas, tal como explicó Samia Charfi Kaddour, consejera en materia económica para el Gobierno de Túnez. 

El préstamo argelino llega en un momento en el que Túnez enfrenta numerosas dificultades para obtener préstamos del exterior, como consecuencia de las continuas rebajas de sus calificaciones soberanas y del crecimiento de su deuda interna. 

Unas semanas atrás, el Fondo Monetario Internacional (FMI) informó de la solicitud de un crédito por parte del nuevo Gobierno tunecino; el cuarto préstamo solicitado por el país magrebí en los últimos diez años. Sin embargo, la autoridad económica internacional parece no tener intención de intervenir en el territorio hasta ver las soluciones propuestas para la actual crisis política, y considerar si estas se encuentran dentro de lo que han denominado como “enfoque inclusivo”. 

El presidente argelino Abdelmadjid Tebboune
Convulsión política 

A toda esta situación se suma, además, la crisis política desatada en el país desde la adopción de “medidas extraordinarias” por parte de Kais Saied el pasado 25 de julio. Hasta el día de hoy, el mandatario tunecino ha decretado el cese del primer ministro, la suspensión del Parlamento de manera indefinida y la congelación casi total de la Constitución de 2014. De este modo, el mandatario Saied pasó a concentrar, casi por completo, todo el poder del país. La medida fue calificada por la oposición, fundamentalmente el partido islamista Ennahda, como un “golpe de Estado”.

Pasados dos meses de la destitución del Ejecutivo, Saied sorprendió a la nación nombrando como primera ministra a Najla Bouden Romdhnane, la primera mujer tunecina en ostentar el cargo. Sin embargo, esto no rebajó las tensiones en el territorio, donde los enfrentamientos entre el presidente y sus detractores continúan.

Así pues, la visita oficial de Abdelmadjid Tebboune, en el seno de esta inestabilidad política, coincide con la convocatoria –el día 17 de diciembre– de concentraciones y manifestaciones por parte de los opositores de Saied. Además, estos actos coinciden también con el 11 aniversario del comienzo de las revueltas que acabaron por derrocar al expresidente Zine El Abidine Ben Ali, al inicio de la Primavera Árabe.  

No obstante, en la línea del respaldo mutuo entre los dos líderes, se espera que durante estos días Tebboune reafirme su apoyo al Gobierno tunecino, que se enfrenta ahora a nuevas acusaciones por parte de los miembros del G7 contra la política de Kais Saied, así como al comunicado conjunto emitido por los embajadores de Reino Unido, Alemania, Estados Unidos y la Unión Europea, entre otros, llamando al “respeto de las libertades” en el país. 

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