Tecnología española de vanguardia viaja por tercera vez a Marte con la misión Mars 2020 de la NASA
La Administración Nacional de la Aeronáutica y el Espacio de Estados Unidos (NASA) ha confiado por tercera vez consecutiva en la tecnología que han concebido, desarrollado y fabricado los científicos, ingenieros y empresas españolas para contribuir a la misión Mars 2020 y el vehículo todo terreno de seis ruedas Perseverance.
Con tan solo un mes al frente de la Secretaría de Estado de Defensa, Esperanza Casteleiro no ha querido perderse el importante lanzamiento espacial de la misión Mars 2020, que está programado para despegar el jueves, 30 de julio, a las 13:50, hora peninsular española, desde el Centro Espacial Kennedy, en las proximidades de Miami, en el estado de Florida. La importancia de la misión interplanetaria radica en que pretende encontrar signos de vida microbiana pasada o presente en Marte, para allanar el camino de la presencia humana sobre la propia superficie del Planeta Rojo.
Desde el auditorio del Centro de Astrobiología (CAB), situado en el campus de Torrejón del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), Esperanza Casteleiro asistirá a la retransmisión en directo de la puesta en órbita del vehículo todo terreno Perseverance, donde se aloja la importante aportación científico-tecnológica española a la misión exploratoria de la NASA.
Debido al distanciamiento social provocado por la pandemia de COVID-19, el número de asistentes que van a contemplar junto a Casteleiro la retransmisión en directo desde el CAB se ha visto reducida a alrededor de medio centenar de personas por recomendación del Servicio de Prevención Laboral del INTA.
Así las cosas, la secretaria de Estado de Defensa estará acompañada por el director general de Armamento y Material, almirante Santiago Ramón González, el director general del Instituto, teniente general del Aire José María Salom, el director del CAB, Víctor Parro y un grupo de responsables científicos y técnicos que han hecho posible la aportación española. Llama la atención la ausencia del ministro de Ciencia e Innovación, Pedro Duque, o del secretario general de Investigación, Rafael Rodrigo, de algún modo representados por Javier Ponce, director general del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), organismo del citado ministerio.
Esperanza Casteleiro confía en poder dar la enhorabuena de manera personal por el éxito del despegue al embajador de Estados Unidos en España, Richard Duke Buchan III, que ha sido expresamente invitado.
El interés de las autoridades españolas se debe a dos contribuciones clave. Por un lado, el sistema completo de la antena orientable de transmisión y recepción de datos, cuyo correcto funcionamiento es vital para el éxito de la misión. De 8 kilos de peso y de tan solo unos 30 centímetros de diámetro, su finalidad principal es enlazar de forma directa con la Tierra y enviar los datos científicos capturados por los diferentes instrumentos científicos, así como reportar a los técnicos de la NASA sobre el estado de salud del propio vehículo, todo ello sin necesidad de utilizar satélites intermedios.
Otra de sus funciones es la de recibir instrucciones desde el Centro de Control en tierra para cumplir sus tareas diarias. El contratista principal de tan avanzada antena ‒que debe funcionar en un rango de temperaturas comprendido entre -135ºC y + 90ºC‒, es Airbus Defence and Space España y el delicado mecanismo de apuntamiento de la antena es obra de SENER. Para la responsable de hacerla realidad en Madrid, Ana Olea, “cada dificultad se resolvió satisfactoriamente y la entrega del sistema de antena se completó a tiempo”.
Se da la circunstancia de que la primera señal de vida que enviará Mars 2020 a la Tierra una vez se encuentre en solitario en el espacio será escuchada por oídos españoles. Pero no desde la Estación de Seguimiento de Robledo de Chávela (Madrid), como ocurrió con la sonda marciana Al Amal de Emiratos.
En está ocasión, debido a la rotación de la Tierra, si el despegue tiene lugar a las 13:50 hora peninsular española, la señal será recepcionada por las antenas que la NASA tiene desplegadas en Canberra (Australia) pero que son operadas por control remoto por los técnicos de operaciones de Robledo de Chávela. El contacto se producirá “en torno a las 15:13, hora de Madrid”, han confirmado a ATALAYAR fuentes de la Agencia espacial norteamericana.
El segundo equipo clave español es el denominado Analizador de la Dinámica del Entorno Marciano o MEDA ‒acrónimo de Mars Environmental Dynamics Analyzer‒, uno de los siete instrumentos científicos a bordo del todo terreno Perseverance. El investigador principal de MEDA es el profesor José Antonio Rodríguez-Manfredi, jefe de instrumentación del CAB, organismo conjunto del INTA y el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Con un peso de 5,5 kilos, cuenta con 11 diminutos sensores meteorológicos y ambientales distribuidos en el mástil del vehículo y sobre la estructura principal para medir la velocidad y dirección del viento, la humedad relativa de la atmosfera, delimitar las variaciones de presión sobre la superficie marciana, conocer los parámetros de la radiación solar infrarroja, las propiedades del polvo suspendido, al igual que la temperatura del suelo y del aire marciano.
También incorpora una pequeña cámara para tomar imágenes del cielo marciano y poder determinar la intensidad y el perfil de las tormentas de polvo. Todo ello está gobernado por una Unidad de Control que se encargará de planificar la toma de datos y de establecer el enlace con los ordenadores principales del vehículo.
Especialmente sofisticados son los dos sensores para determinar la velocidad del viento ‒uno de ellos desplegable, cuya delicada estructura ha sido fabricada por la compañía española AVS. También son de gran importancia los detectores de radiación y polvo que funcionan en más de media docena de bandas espectrales. Cinco sensores medirán la temperatura del aire sobre la superficie marciana bajo cualquier circunstancia, tres de ellos instalados en el mástil y dos en la parte delantera del rover
Tirso Velasco y José Moreno han sido el director y el jefe técnico de MEDA, respectivamente, en la sede de Airbus CRISA en Tres Cantos (Madrid). Cada cual en su ámbito, han llevado a buen término el proyecto en sus fases de diseño, fabricación y pruebas de la unidad de control y de los distintos sensores y software de a bordo, al igual que el aseguramiento de la calidad e integración. Ambos coinciden en la dificultad de las mediciones “en un entorno tan hostil y plagado de equipos electrónicos en funcionamiento”.
Con financiación de la Agencia Espacial Europea (ESA) y del CDTI, al desarrollo de MEDA ha contribuido un consorcio internacional. Bajo el liderazgo del CAB, ha participado el INTA, las Universidades del País Vasco y Alcalá, el Instituto de Química Física Rocasolano, el Instituto Meteorológico de Finlandia, la Universidad de Padua (Italia) y varios centros de Estados Unidos. La financiación
Cuando MEDA descienda sobre la superficie de Marte en la fecha prevista ‒18 de febrero de 2021‒, se sumará a las otras dos estaciones meteorológicas y ambientales españolas que allí permanecen en funcionamiento sobre plataformas de la NASA: REMS (Rover Environmental Monitoring Station) que descendió al Planeta Rojo el 6 de agosto de 2012 a bordo del todo terreno Curiosity. Y TWINS (Temperature and Wind for InSight) instalada sobre el laboratorio marciano InSight, que se posó en Marte el 26 de noviembre 2018.
