Teléfonos virtuales, la última arma de los yihadistas para no ser detectados por la Policía
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El presunto yihadista detenido en Gijón por la Comisaría General de Información de la Policía Nacional tenían una obsesión: que su actividad virtual no fuera detectada por los servicios antiterroristas.
Para ello, hacía uso de teléfonos virtuales, una técnica hasta ahora nunca detectada por los miembros del Estado Islámico. Pero, ¿qué son y cómo se utilizan estos dispositivos?
Un número virtual es un número de teléfono que no está físicamente asociado a una linea telefónica, sino a un servidor de Internet, esto es, a una cuenta SIP o VoIP, la cual puede ser conectada a un PBX-IP, un teléfono IP, un ATA o un softphone. De ese modo, una llamada entrante a ese número virtual, ingresa a cualquiera de esos dispositivos donde se encuentre registrada la cuenta SIP.
Es decir, que el usuario puede mandar mensajes e incluso realizar llamadas con total anonimato y recibirlas bien en un teléfono móvil, en el correo electrónico o a través de un software.
Gratuitos y solo te piden el email (que puede ser falso)
Existen cientos de compañías en Internet que ofrecen estos servicios. Muchos de ellos son gratuitos, aunque solo contemplan la opción de mandar mensajes. Otros se contratan por una cantidad que ronda los 5 euros al mes y cuyo pago se hace a través de Paypal o incluso tarjetas de prepago, lo que hace que el usuario sea más difícil de rastrear. En general, basta con darse de alta en una de estas compañías con una cuenta de correo electrónico, que puede ser falsa, sin tener que introducir ningún dato personal más.
Además, el número de teléfono puede corresponder a un país distinto al que vive el usuario, sin que ello suponga un coste adicional para los envían o reciben mensajes.
Servidores instalados en el extranjero
Así, a menudo, estos servidores están instalados en el extranjero, lo que dificulta el trabajo de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado ya que si consiguieran asociar un número virtual a una persona concreta, tendrían que solicitar una comisión rogatoria a ese país para poder acceder a los contenidos enviados por el sospechoso.
El sistema que los yihadistas tienen montado en Internet es complejo, dotado de una gran infraestructura y oculto bajo unos niveles de encriptación difíciles de descifrar para quienes no tengan las llaves de ese mundo de delincuencia.
Por ello, los servicios de inteligencia están realizando una gran inversión tecnológica para poder acceder a las comunicaciones de estos grupos, cuyo único objetivo es atentar en España.
