Tráfico de órganos en Irán: ¡hígado, riñón, córnea!
A lo largo de la plaza Vanak de Teherán, cerca del Hospital Hasheminejad, encontramos las paredes llenas de carteles y grafitis con los nombres y números de teléfono de quienes venden o necesitan algún órgano del cuerpo, o les escuchamos in situ gritar la disponibilidad de estos, como si de vendedores ambulantes de comida se trataran. Así, las vidas, literalmente, se subastan.
En Irán, la pobreza crece de forma imparable, adquiriendo una forma extraña y, a veces, difícil de creer a través de un mercado creciente en el que un grupo de gente intercambia sus vidas por algo de dinero; hígado, riñón, córnea, médula.
El mercado de órganos está legalizado en Irán desde 1996 y tanto el Gobierno como los medios de comunicación y algunos sectores de la sociedad quieren convertir el tema de la donación de órganos en algo cultural. “Hay que trabajar en la cultura de la donación de órganos”, propone un médico del Hospital Moheballi para dejar de ver morir a personas en la cola para el trasplante e impedir que se acuda a transacciones ilegales y “evitar que los niños ingresen en el mercado de la trata de personas”.
Sin embargo, la situación de escasez y la pobreza de una parte de la población provoca que la compra-venta de órganos esté cada vez mas arraigada y sea vista como un medio para subsistir, engordando el comercio al margen de la ley con este “tipo de productos”, con la finalidad de saltarse los tiempos de espera y ajustar el precio a lo que marquen los actores implicados, casi siempre por encima del establecido por el Gobierno. Intermediarios, vendedores y compradores de órganos coinciden en que la compulsión y la necesidad son el origen de la compra y venta de órganos en el mercado negro, y mientras continúe la causa , este negocio seguirá creciendo.
Este negocio, por su condición de ilegalidad, se autorregula y marca sus propias reglas a la hora de determinar el valor del “producto". No fumar, la edad del donante, ser deportista, no tener enfermedades y, sobre todo, el grupo sanguíneo del vendedor, son algunos de los indicadores que establecen el precio de venta de los órganos en este mercado. Si tu tipo de sangre es 0 negativo, el valor de tus órganos, como mínimo, llega a duplicarse.
Yendo más allá y ahondando un poco más en las consecuencias de normalizar este tipo de servicios, encontramos una ligazón inevitable con la trata de personas, sobre todo niños. En Irán son muchos los niños que nacen sin registro oficial, quienes sobreviven trabajando en las calles hasta que son vendidos por traficantes de órganos. 
Una de las personas que solicitaron, mediante compra, un hígado para su hija adolescente, manifestó poder pagar más pero insistió no estar dispuesto a adquirirlo a través de intermediarios, debido a que anteriormente se le presentaron varios casos sospechosos en los que el corredor no estaba abierto a realizar el trasplante en un hospital distinto al pactado previamente ni que fuera operado por un médico de su confianza, además, el donante propuesto no aportaba una identificación genética y familiar fiable.
Si bien hay quien no ve inmoralidad en la donación de órganos por necesidad económica, esta transacción pública de la vida y la salud humana con dinero es una oportunidad de negocio para el mercado negro y una clara muestra de las graves consecuencias de la pobreza que sufre la población iraní.
