Tres porteros y un destino

Por Chema Rubio
Foto: El primer partido de España en el Mundial de Brasil resultó ser un fracaso para la selección nacional
Después del primer partido de España en el Mundial de Brasil, Iker Casillas fue uno de los señalados. El meta del Real Madrid y emblema de la selección tuvo un clamoroso error que le costó a la selección un gol decisivo. La montaña rusa en la que está instalado el portero madrileño desde hace un año y medio le está pasando factura deportiva, el único sitio donde puede defenderse de las críticas, bajo los tres palos. El error ante Holanda fue un calco al de Costa Rica en 2011, las carencias que tiene jugando con los pies las suple de forma magistral con unos reflejos al alcance de muy pocos porteros en el mundo y que le llevaron hace cuatro años a tocar la gloria levantando la Copa del Mundo en Sudáfrica. Esta temporada, su presencia en la selección se basa en 20 partidos, dos de liga, nueve de Copa del Rey y 13 de Champions con un total de 13 goles encajados entre todas las competiciones. 
 
Con la lesión de Víctor Valdés, Del Bosque siguió su línea continuista y subió a la selección absoluta a David de Gea, portero del Manchester United. La temporada ha sido muy dura para el conjunto inglés pero el meta madrileño ha jugado 52 partidos y ha encajado 55 goles. Lo que lleva a la selección con 30 partidos más que Casillas. El último es Pepe Reina, un habitual en las listas de Del Bosque que en los últimos años había sido criticado por su bajo rendimiento en el Liverpool. Esta temporada llega al Mundial de Brasil con 43 partidos jugados y 46 goles encajados. Su lesión le privó de ser titular con Benítez en casi 10 partidos pero su estado de forma esta temporada es indiscutible.
 
La portería de España tiene tres inquilinos y un destino, revalidar el título de campeón del mundo. La convocatoria de Iker Casillas no levanta tanto revuelo por ser quien ha sido en la selección y en el Real Madrid pero muchos se preguntan si este verano era el de su mundial. Los números adelantan muy poca continuidad y la final de la Champions ante el Atlético de Madrid pusieron en evidencia otro de sus grandes errores, las salidas por alto. Ahora, los pies, los mismos que evitaron el gol de Robben en Sudáfrica, ponen en el alambre a Del Bosque, que deberá evaluar las consecuencias de seguir contando con al que un día sentó en el banquillo antes de una final de Champions o seguir confiando en el líder de una selección herida. 

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