El ministro de Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu, advierte de que Ankara apoyaría la reanudación de la ofensiva del GNA contra Sirte

Turquía advierte de que no habrá alto el fuego en Libia hasta que Haftar se retire

photo_camera PHOTO/PAVEL GOLOVKIN via REUTERS - El ministro de Asuntos Exteriores de Turquía, Mevlut Cavusoglu

La condición indispensable para firmar un cese de las hostilidades en la guerra civil libia, que lleva abierta desde el año 2011, es que el Ejército de Liberación Nacional (LNA, por sus siglas en inglés), comandado por el mariscal Jalifa Haftar, se retire de Sirte y Al-Jufra, dos enclaves geoestratégicos actualmente bajo su control que Turquía aspira a conquistar con la ayuda de su socio en la contienda, el Gobierno de Unidad Nacional (GNA, por sus siglas en inglés), liderado por el primer ministro Fayez Sarraj. Así lo ha asegurado el ministro de Asuntos Exteriores de la nación euroasiática, Mevlut Cavusoglu, en unas declaraciones en exclusiva al Financial Times.

El responsable de la diplomacia turca ha recordado, en esta línea, que cuando Rusia, aliado del LNA, presentó una oferta de un alto el fuego el mes pasado durante las conversaciones en Estambul, el GNA ya puso sus condiciones sobre la mesa: que los efectivos de Haftar abandonaran la ciudad petrolera de Sirte, en el norte, y Al-Jufra, en el centro, donde se ubica la mayor base aérea del país, y regresaran a las “líneas” que tenían en 2015, esto es, limitados al este del territorio libio. “Ahora depende del otro lado, deberían aceptar estas condiciones previas para un alto el fuego duradero”, ha aseverado Cavusoglu.

“Existe una determinación dentro de la administración con sede en Trípoli [el GNA] de reanudar su ofensiva contra las fuerzas de Haftar si no se retiran de Sirte”, ha añadido el responsable de Exteriores turco. “Ankara puede apoyar esta ofensiva, puesto que la postura del GNA es legítima y razonable”, ha señalado al respecto. 

Las declaraciones de Cavusoglu llegan apenas tres días después de que se conociera que Turquía y Rusia estaban trabajando sobre un cese de las hostilidades “inmediato”, que llevaría incluido el reparto permanente de esferas de influencia. Este proyecto de alto el fuego “impediría que el GNA y Turquía sobrepasen las líneas rojas de Sirte y Al-Jufra”, quedándose bajo control del LNA, a cambio de obtener otras posiciones en el país que todavía se desconocen, según explicó entonces el analista Will Pulido.

Pero el mensaje del ministro turco revela que Ankara no está dispuesta a ceder en sus ambiciones de conquistar los dos enclaves geoestratégicos, sobre todo, después de ser atacada en la base de Al-Watiya, una ofensiva cuya responsabilidad todavía no se ha atribuido. En el bombardeo, Turquía perdió numeroso equipamiento militar y se vio obligada a abandonar las instalaciones, donde había anunciado su intención de construir una base permanente para sus tropas en Libia. La alternativa que han escogido ahora es Al-Jufra, que está defendida por las milicias del LNA prorrusas, lo que representa un importante punto de fricción para las dos administraciones. Y Sirte le interesa a Ankara por sus recursos energéticos, ya que en las últimas semanas se ha conocido que la nación euroasiática aspira a convertirse en el gestor de la energía y del petróleo en Libia, con los beneficios económicos que eso supone. Actualmente, este enclave está bajo la esfera de influencia de Egipto que, cabe recordar, ha amenazado a Turquía con intervenir militarmente en la guerra si Ankara sigue avanzando sobre la localidad.

“Tenemos una acumulación militar de ambos bandos, pero eso no significa necesariamente que habrá una escalada, porque de producirse en Sirte y Al-Jufra, significaría una confrontación directa entre Turquía y Rusia, y no creo que ninguno quiera eso”, explica Wolfran Lacher, investigador del Instituto Alemán de Asuntos Internacionales y Seguridad, en Financial Times. “Pero incluso si Rusia y Turquía lograran un acuerdo sobre una línea de demarcación, la pregunta es si Haftar estará de acuerdo, porque tiene un mayor margen de maniobra con el respaldo de Egipto y Emiratos Árabes Unidos”, expone el analista.

Los planes de Turquía en Libia

“Ankara busca, a través de acuerdos con el GNA, hacer que las empresas turcas adquieran la mayor parte de los proyectos en Libia, especialmente en los campos de la construcción y la energía”, ha revelado Al-Arabiya, que cita a varios funcionarios libios. “El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha encontrado en el conflicto libio una oportunidad para obtener negocios lucrativos referidos a empresas turcas, incluyendo lo que es propiedad de sus familiares y hombres de negocios cercanos a él”, aseguran desde la publicación. 

En este sentido, el medio recoge cómo algunas compañías turcas, vinculadas a Erdogan o al partido gobernante, Justicia y Desarrollo (AKP), han anunciado ya su intención de establecerse en Libia para comenzar sus negocios, como Karadeniz, “una de las empresas más innovadoras que lidera el sector energético no solo en Turquía, sino en el mundo, además de tener operaciones en las industrias de finanzas, bienes inmuebles y construcción naval”, o Karpowership, “la única flota diseñada para satisfacer las necesidades de energía de manera rápida y consistente”, a través de embarcaciones.

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