Erdogan había amenazado recientemente con “limpiar” el lugar. El ataque ha causado la muerte de varios civiles

Turquía ataca un campo de refugiados kurdos en el norte de Irak

photo_camera PHOTO/ Servicio de prensa de la presidencia turca vía AP - El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, habla con el ministro de Defensa Hulusi Akar

La campaña turca contra los kurdos continúa. Después de que el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan amenazase con “limpiar” un campo de refugiados al norte de Irak, las fuerzas aéreas turcas han atacado el lugar. Según el mandatario, el campo en el Kurdistán iraquí proporcionaba refugio a los militantes del PKK, organización considerada terrorista por Ankara.

Rashad Galali, un político kurdo de Makhmur, una ciudad perteneciente a la región de Erbil, ha confirmado la muerte de tres civiles, además de varios heridos. Galiali también declaró a AFP que el ataque turco tuvo como objetivo “una guardería cerca de una escuela”. Este campo de refugiados, apoyado por Naciones Unidas, se creó en la década de 1990 para albergar a los miles de desplazados kurdos procedentes de Turquía. Erdogan, hizo un llamamiento a la organización internacional para que “limpiase” la zona, si no, aseguró que lo haría Turquía “en calidad de Estado miembro de la ONU”.

La embajadora de Estados Unidos en la ONU, Linda Thomas-Green ha expresado su preocupación por el ataque turco contra ciudadanos kurdos. Después de las amenazas de Erdogan, Thomas-Green recordó que “cualquier ataque contra civiles en el un campo de refugiados de Makhmur sería una violación del derecho internacional y humanitario”. No obstante, el Ejército turco ya había atacado anteriormente este lugar. En noviembre de 2019 se llevaron a cabo ataques aéreos cerca del campo de refugiados, aunque solo hubo daños materiales.

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En los últimos meses Ankara ha intensificado sus ataques contra posiciones kurdas, tanto en Irak como en Siria. El ataque contra el campo de refugiados se produjo después de una emboscada contra cinco Peshmerga, combatientes kurdos.

También, a finales de mayo, Ankara ordenó bombardear otros lugares del Kurdistán iraquí. Los ataques afectaron a varias aldeas cristianas, destrozando viviendas e iglesias. Como de costumbre, Ankara argumenta estar luchando contra el “terrorismo” de las PKK. Turquía también ha aumentado sus bases y puestos de control en el norte de Irak, amenazando Sinjar, zona habitada por yazidíes, comunidad que sufrió un genocidio a manos del Daesh. Para intentar contrarrestar la influencia kurda en la zona, Ankara ha decidido reabrir su consulado en Mosul, cerrado desde hace siete años.

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Además de mantener una cruzada militarmente, Turquía también esta destrozando el ecosistema del Kurdistán iraquí y sirio. Con el objetivo de asfixiar la región económicamente, Ankara lleva tiempo reduciendo el agua del río Éufrates. Desde diciembre, el Gobierno de Erdogan ha reducido el caudal del río los países cercanos en un 60%.

“El Estado turco está tratando de causar estragos en la economía de la región al reducir el agua del Éufrates”, explica Mistefa Ito, copresidenta de Kobane, una ciudad siria habitada mayoritariamente por kurdos. Según Ito, Erdogan usa como “arma” el agua para hacer que la zona colapse económicamente. “Los constante ataques contra el noreste de Siria también muestran que Turquía no puede tolerar el proyecto de Administración Autónoma”, añadió.

El Sindicato de Abogados de la Región del Éufrates también ha denunciado las acciones turcas, recordando que la reducción de agua de este río es “un crimen internacional”. “En 1949, la Corte Internacional de Justicia decidió que los países vecinos no tienen derecho a dañarse entre sí. El Estado turco está dejando sin agua a su vecina Siria”, asegura la asociación. 

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