El Ministerio de Defensa turco ha explicado que el objetivo de esta operación es “garantizar la seguridad del pueblo turco”

Turquía bombardea posiciones kurdas en el norte de Irak

PHOTO/REUTERS - Un F-16 Fighting Falcon de la Fuerza Aérea Turca

Al menos 81 posiciones rebeldes kurdas en el norte de Irak han sido bombardeadas este domingo por el régimen turco, en una nueva “operación antiterrorista” denominada Claw-Eagle y apenas tres días después de que el jefe de los servicios de inteligencia de la nación euroasiática, Hakan Fidan visitase Irak para reunirse con políticos y otros altos cargos de este país, según han informado varios medios locales y el propio Ministerio de Defensa turco. 

A través de la red social Twitter, este organismo ha explicado que los aviones de combate utilizados en esta operación habían destruido las cuevas donde se refugiaban los rebeldes, así como algunas de las principales bases kurdas en el norte de Irak; concretamente en Sinjar, Qandil, Karacak, Zap, Avasin-Basyan y Hakurk. En total, esta operación – en la que se han utilizado armas y municiones de producción nacional -- ha ido dirigida contra al menos 80 objetivos.  

“Mientras planificaban y ejecutaban la operación, las fuerzas turcas tuvieron mucho cuidado de proteger la vida y la propiedad de los civiles, así como el medio ambiente”, ha explicado el Ministerio en declaraciones que han sido recogidas por el medio Daily Sabah. En esta misma declaración, el Ministerio de Defensa ha descrito este ataque como “un gran golpe contra los terroristas” que viven en estas regiones. 

UAV Bayraktar TB2

El ministro de Defensa Hulusi Akar y el mando de las Fuerzas Armadas turcas fueron los encargados de dirigir esta operación desde el Centro de Control del Mando de la Fuerza Aérea; operación en la que también se utilizaron vehículos aéreos no tripulados (UAV) y aviones de reabastecimiento de combustible. Akar ha felicitado a los pilotos encargados de llevar a cabo este ataque y les ha dado las gracias por realizarlo “de manera segura”. 

El Ministerio ha afirmado que los aviones “tuvieron el máximo cuidado de no dañar a los civiles y regresaron a sus bases al finalizar el ataque”. Al acabar la operación, Akar ha asegurado que los refugios donde “los terroristas (refiriéndose a los rebeldes kurdos) planeaban atroces ataques a nuestro país” han sido destruidos. Por su parte, el jefe del Estado Mayor, el comandante de las fuerzas terrestres y sus homólogos del ejército del aire y naval han estado entre el personal encargado de dirigir esta operación, cuyo objetivo era “garantizar la seguridad del pueblo turco y las fronteras del país, neutralizando al PKK y otras organizaciones terroristas que han estado intensificando su hostigamiento contra Ankara durante los últimos meses”, según la información a la que ha tenido acceso el digital Daily Sabah. 

Las Fuerzas Armadas de Turquía realizan este tipo de operaciones en el norte de Irak con relativa frecuencia, al considerar que el PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán)  tiene “escondites” en esta región. El PKK – quien, por el momento, no ha hablado de este ataque -- es considerado organización terrorista por naciones como Turquía, Estados Unidos o la propia Unión Europea. Este partido cuenta con el apoyo de algunas facciones kurdas de Irak; sin embargo, no está respaldado por las autoridades de la región autónoma del Kurdistán iraquí. El conflicto entre este partido y Turquía ha causado la muerte de miles de personas desde que comenzó en 1984. 

El ministro de Defensa turco Hulusi Akar

Este ataque se ha producido después de que Hakan Fidan visitase Irak, según varios medios locales como Al-Arab quien ha señalado que “el jefe de la inteligencia turca hizo una visita secreta a Bagdad, durante la cual se reunió con varios funcionarios iraquíes en relación con el inicio de la primera ronda de diálogo entre Irak y EEUU, para desarrollar las relaciones diplomáticas entre los dos países”.  

En esta misma línea, el digital Middle East Monitor ha destacado, tras consultar varias fuentes presentes durante este encuentro que “Ankara está tratando de explotar las relaciones que Fidan tenía con el primer ministro iraquí Mustafa Al-Kazemi cuando era jefe del servicio de inteligencia de su país, para asegurar sus intereses en Irak, que está reorganizando sus prioridades económicas en asociación con los EEUU”. 

Los ataques contra las posiciones kurdas en Irak se han intensificado al mismo tiempo que han aumentado las protestas en el país; sobre todo después de que la pasada semana, el Partido Democrático del Pueblo (HDP) anunciase que llevaría a cabo distintas marchas entre el 15 y el 20 de junio para protestar por la anulación de las inmunidades parlamentarias de los diputados Leyla Güven y Musa Farisoğulları. El partido ha insistido en que continuará manifestándose contra las “innumerables injusticias” contra los políticos kurdos y la sociedad civil, a pesar del riesgo de exponerse a detenciones. 

Todo ello, varios días después de que la Fiscalía turca ordenase la detención de 275 militares por “supuesto golpismo”.  Desde el golpe de Estado de julio de 2016, más de 19.500 miembros de las Fuerzas Armadas de la nación euroasiática han sido expulsados del Ejército, mientras que cientos de personas como periodistas, abogados e incluso investigadores han sido detenidos por sus presuntos vínculos con la cofradía del predicador Fethullah Gülen, acusado por el régimen de Erdogan de estar detrás de la asonada que cambió la historia de Turquía en 2016. 

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