Ankara tirará dos cables de unos 1.750 kilómetros de longitud, mientras Atenas continúa buscando apoyos en la comunidad internacional

Turquía comienza sus exploraciones en busca de hidrocarburos en el Mediterráneo oriental

AP/IBRAHIM LALEI - El buque de investigación de Turquía, Oruc Reis.

Turquía ha cumplido su promesa. Ankara ha tomado la decisión de seguir buscando hidrocarburos en las aguas del Mediterráneo oriental y ha anunciado el inicio de las actividades de prospección sísmica realizadas por el buque Orus Reis. El ministro turco de Energía y Recursos Naturales, Fatih Donmez, ha afirmado este miércoles que el país del Bósforo comenzará sus prospecciones a pesar de la oleada de críticas y advertencias internacionales, que piden a Turquía que cancele sus acciones cerca de la isla de Kastelorizo, alegando que socavan la paz y la seguridad en la región. 

“Paso a paso en el Mediterráneo. El Orus Reis ha comenzado la prospección sísmica “; ha señalado Donmaz a través de la red social Twitter. “Los cables sísmicos se han bajado al Mediterráneo para realizar el levantamiento sísmico”, ha agregado mientras anunciaba que estas prospecciones pueden continuar hasta el próximo 23 de agosto. 

El ministro turco de Energía y Recursos Naturales, Fatih Donmez, anunció el inicio del buque de prospección sísmica "Oruç Reis" para trabajos de prospección sísmica en el Mediterráneo oriental

Los últimos movimientos por parte de Turquía han envenenado las aguas del Mediterráneo oriental y han desencadenado una serie de reacciones por parte de Grecia, Chipre y Egipto. El intercambio de amenazas se ha intensificado después de que Ankara firmara un acuerdo con el Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA) libio para demarcar las fronteras marítimas.  Grecia pidió a Turquía que “no cruzará ninguna línea roja” ni infringiera los derechos soberanos de Atenas. Sin embargo, Ankara ha hecho caso omiso a esta amenaza y ha comenzado las prospecciones en el Mediterráneo. 

La importancia estratégica de esta región siempre ha estado presente ya que, por un lado, es la puerta hacia el Mar Rojo a través de Egipto y, por otra, la entrada hacia Europa. El descubrimiento de grandes depósitos de gas por parte de Israel, Egipto y Líbano en 2009 ha abierto una nueva herida en la zona.  El ministro de Asuntos Exteriores griego, NIkos Dendias, ha indicado este miércoles que se reunirá el viernes en Viena con su homólogo estadounidense, Mike Pompeo, en el marco de un maratón diplomático organizado por Atenas para movilizar a la comunidad internacional sobre las disputas greco-turcas, según ha informado el digital Al Arab. “Las conversaciones se centrarán en los acontecimientos en el Mediterráneo oriental a la luz de la escalada de provocación turca”, ha señalado el ministerio de Exteriores en un comunicado. 

Ankara ha hecho este anuncio un día después de que Pompeo llegase a Europa para dar comienzo a una gira de cinco días por Europa Central, para tratar algunos temas, como el auge de China o la tecnología 5G.  La Unión Europea celebrará este viernes un Consejo de Asuntos Exteriores extraordinario para tratar este tema. El alto representante de la UE para la Política Exterior, Josep Borrell, ha convocado este encuentro tan solo un día después de que el Gobierno griego se lo solicitase. En este complejo escenario, Israel ha anunciado su “total apoyo y solidaridad” a Grecia en sus zonas marítimas. 

Mapa de localización de la isla griega de Kastellorizo, cerca de la costa turca

Mientras tanto, el mundo continúa pendiente del buque Oruc Reis. Según ha señalado el titular de Energía, la intención de Ankara es tirar dos cables de unos 1.750 kilómetros de longitud para explorar en busca de hidrocarburos, exacerbando aún más las tensiones en la región. 

Esta espiral de inestabilidad comenzó el pasado viernes, después de que Grecia y Egipto firmaran un acuerdo para delimitar sus ZEE, en respuesta al documento firmado entre el GNA y Ankara. En respuesta, el país liderado por Erdogan anunció la reanudación de las actividades de exploración que había suspendido en julio, a petición de Alemania, como un gesto de buena voluntad para buscar un diálogo con Grecia. La guerra dialéctica que enfrentaba a Ankara y Grecia se ha trasladado este miércoles a las aguas del Mediterráneo oriental, poniendo en peligro la estabilidad de la región. 
 

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