Este posible ingreso afecta todavía más a la entrada de la inversión extranjera en el país

Turquía, a las puertas de entrar en la “lista gris” financiera

REUTERS/Murad Sezer - Oficina de cambio de divisas en Estambul, Turquía

Los últimos movimientos financieros protagonizados por Turquía han puesto en jaque al país. Los continuos casos de corrupción además de las vinculaciones con Turquía en la financiación de grupos terroristas y mercenarios han propiciado que dos funcionarios occidentales propongan ingresar a Turquía en una “lista gris”. 

Esta propuesta ha sido emitida por el organismo de control financiero global “por lavado de dinero” así como “financiamiento de terrorismo”. Esta nueva medida hace peligrar todavía más la escasa capacidad de Turquía para atraer capital extranjero, algo que el Gobierno de Erdogan trata de impulsar de forma asidua.

En una revisión organizada por el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) ha recomendado que Turquía debe estar sujeta a un monitoreo especial por parte del Grupo. Este monitoreo pide que se incluya al país en la “lista gris”, una lista que ya engloba a otros 22 países, entre los que están incluidos Marruecos, Siria, Albania, Sudán del Sur y Yemen.

De acuerdo con los funcionarios existen altas probabilidades de que Turquía sea el nuevo miembro que ingrese en la lista después de que un plenario compuesto por 39 miembros respaldara la propuesta. La decisión, sin embargo, será anunciada de forma final el próximo jueves.

Esta medida coincide con una crítica situación económica para Turquía. Junto a esto, la inversión extranjera está cerca de alcanzar el nivel más bajo después de casi 20 años al mando de la presidencia de Recep Tayyip Erdogan. Esta situación es el resultado de la inestabilidad política y las preocupaciones sobre la injerencia política en las medidas económicas. En Turquía, la configuración del propio Estado y el intento de Erdogan por islamizar más el país han sido las causas que han derivado en que la inversión extranjera haya huido del país para paliar el déficit.

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan

En caso de que finalmente Turquía ingrese en la “lista” puede hacer que la Unión Europea aumente su presión para añadir al país a su propia lista de blanqueo de dinero. Además, de acuerdo con GAFI, el ingreso de los países a la lista gris trasmite un “efecto negativo grande y significativo” en las entradas del capital.

Además, el pasado junio el país experimentó una caída de la lira histórica tras debilitarse un 3% y alcanzar 8.8 liras por dólar, algo que debilitó enormemente el valor de la moneda turca. 

El pasado 2019, Turquía ya contó con la advertencia del GAFI, quien expresó que Ankara “entendía los riesgos del lavado de dinero y la financiación del terrorismo” tras encontrar “graves deficiencias” en el país para combatir dichos delitos.

Como respuesta ante los avisos del GAFI, el Gobierno decretó una serie de medidas para paliar estos déficits, sin embargo, no fueron suficientes. Las medidas han sido criticadas fuertemente por los partidos de la oposición y activistas sociales que expresaron que las autoridades turcas habrían empleado las declaraciones de GAFI como “una excusa” para atacar a la libertad de expresión y asociación.

El presidente turco Recep Tayyip Erdogan

Siguiendo esta línea, un funcionario turco expresó al medio Financial Times que era arriesgado comentar algo al respecto antes de la decisión del próximo jueves, pero indicó que “a pesar de las medidas de bloqueo tomadas debido a la pandemia de la COVID-19, Turquía ha cumplido con sus responsabilidades respecto a su legislación”. 

El organismo financiero ya ha expresado que sus discusiones plenarias siguen en marcha pero que las conversaciones que se entablen son estrictamente confidenciales.

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