La operación, que abarca 60 provincias, es parte de una campaña de cuatro años contra la red del clérigo estadounidense Fethullah Gülen

Turquía ordena la detención de 238 militares 

photo_camera REUTERS/CHARLES MOSTOLLER - El clérigo turco Fethullah Gulen 

Turquía ha emitido órdenes de detención para 238 personas, en su mayoría integrantes de las fuerzas militares y de seguridad, sospechosas de tener vínculos con la red que, según el Gobierno turco, estaba detrás del intento de golpe de Estado de 2016, según la agencia de noticias estatal Anadolu. 

La represión desatada tras el fallido golpe de Estado de 2016 se saldó con la destitución y detención de miles de soldados, funcionarios, jueces, fiscales y académicos acusados de mantener vínculos con el movimiento encabezado por el predicador Fethullah Gülen, antiguo aliado de Erdogan, actual rival, y al que acusó de ser el autor intelectual del golpe. 

La operación, coordinada desde Esmirna, se lanzó de forma simultánea en 60 provincias y en el territorio del norte de Chipre bajo control de Ankara, donde hay una fuerte presencia del Ejército turco. 

La operación, fue parte de una campaña de cuatro años contra la red del clérigo exiliado desde hace 20 años en Estados Unidos, Fethullah Gülen. Las pruebas contra los acusados se basan en las declaraciones de otros supuestos seguidores de Gülen detenidos con anterioridad. 

A Gülen, en el pasado estrecho aliado de Erdogan y de su partido, el islamista AKP, se le acusa de haber creado un "Estado paralelo" al infiltrar a sus seguidores en puestos claves de la Administración, la Justicia, el Ejército y la Policía. 

Anadolu afirma que 160 personas habían sido detenidas en las últimas redadas policiales, ordenadas por los fiscales en Izmir. Según esta misma fuente los sospechosos también fueron atacados en el norte de Chipre, donde está desplegado el Ejército turco. 

Entre los sospechosos había 218 militares en servicio, incluidos seis coroneles, tres tenientes coroneles y nueve mayores. 

Desde la asonada, julio de 2016, unas 80.000 personas han sido detenidas a la espera de juicio y unos 150.000 funcionarios, militares y otros han sido despedidos o suspendidos. Más de 20.000 personas han sido expulsadas del Ejército turco por tener supuestamente vínculos con el movimiento “gülenista”, lo que supone que cerca de un total de más de 120.000 funcionarios fueron destituidos por este motivo y unos 50.000 están encarcelados. 

Unas 95.000 personas, la inmensa mayoría civiles, pasaron a prisión preventiva y unas 26.000 todavía se hallan entre rejas, bien condenadas, bien en espera de juicio, según cifras del Ministerio del Interior turco de julio pasado, según la agencia de noticias Efe. 

PHOTO/REUTERS - Fotografía de archivo, un partidario del principal Partido Democrático de los Pueblos de Turquía sostiene un retrato de su exlíder y candidato presidencial encarcelado, Selahattin Demirtas, durante un acto de campaña en Estambul, el 17 de junio de 2018 
La represión desatada tras el fallido golpe de Estado de 2016 

A esta operación contra el estamento militar, se suma el hostigamiento que ejerce el régimen oficialista contra ciertos sectores de la oposición, como el representado por los kurdos.  

Hace tan solo dos días el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) reclamó la liberación del líder pro kurdo Selahattin Demirtas, expresidente del opositor Partido Democrático de los Pueblos (HDP), esgrimiendo que las autoridades turcas violaron sus derechos en el juicio en el que se le acusó de “propaganda a favor de organizaciones terroristas”. 

Demirtas fue encarcelado escasos meses después del fallido golpe de Estado contra Erdogan de julio de 2016, llevando cuatro años encarcelado y enfrentándose a una pena de 142 años de prisión.

Demirtas no es la única figura eminente del HDP condenada, de hecho, el lunes de esta semana se conocía la sentencia de 22 años de cárcel contra su compañera de partido, Leyla Güven, que además es copresidenta del Congreso de la Sociedad Democrática (DTK), una organización que agrupa asociaciones civiles, partidos políticos, organizaciones de mujeres y jóvenes, y comunidades religiosas en el Kurdistán turco. 

Anteriormente ya había sido encarcelada; en el año 2009, cuando era alcaldesa de Viransehir fue condenada a cinco años de prisión por supuesta relación con la Unión de Comunidades del Kurdistán, considerada una organización terrorista por Turquía. En 2018 siendo parlamentaria del HDP, estuvo en prisión preventiva por sus críticas contra una operación militar en Rojava, el Kurdistán sirio.  

El principal partido de la oposición, el Partido Republicano del Pueblo (CHP), liderado por Canan Kaftancioglu, tampoco se libra de la represión de las autoridades turcas y menos aún tras la victoria de sus candidatos en las principales ciudades del país, Ankara y Estambul, en las elecciones locales de 2019. Perder la ciudad de Estambul, el centro económico y social de Turquía con una población de 16 millones, fue la mayor derrota electoral del presidente Erdogan hasta el momento.

PHOTO/AP - Canan Kaftancioglu, líder del CHP turco 

Por otro lado, la ONG Human Rights Watch ha evaluado en su reciente Informe Mundial 2021 la situación que están atravesando el país euroasiático, sosteniendo que esta denuncia se basa en la legislación que ha ido adoptando Turquía para silenciar y perseguir con mayor contundencia a los partidos de la oposición, sus representantes políticos y sus seguidores. 

El Informe Mundial de 2021 de HRW también incide en el deterioro de ámbitos imprescindibles para el correcto desarrollo democrático de un país. En ese sentido, destaca la injerencia que Erdogan está llevando a cabo en el sector de la judicatura, no sólo a través de las purgas que ha realizado, sino también ahora con los cambios en las estructuras de los Colegios de Abogados independientes, dinamitando aún más la situación del Estado de derecho en el país.

Más en Política