Emiratos Árabes Unidos y otros países del Golfo tratan de contrarrestar la influencia turca en toda la región

Turquía y la polarización de Oriente Medio en tiempos de coronavirus

PHOTO/PRESIDENCIA TURCA - El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, preside por videoconferencia la reunión del Gabinete Presidencial en Huber Villa

La pandemia del coronavirus ha puesto en evidencia la deteriorada relación entre Turquía y las monarquías del Golfo. Esta región, hogar de algunas de las mejores reservas de hidrocarburos del mundo, se ha visto afectada por varias crisis a lo largo de los últimos años. Sin embargo, incluso en la adversidad, la cooperación en varios ámbitos entre las monarquías petroleras y Ankara ha alcanzado niveles desconocidos en las décadas anteriores. El acercamiento gradual entre Turquía y los países del Golfo cambió por completo el contexto geopolítico de Oriente Medio y la política exterior de Turquía hacia sus países vecinos. No obstante, hay crisis que son difíciles de superar y más aún de olvidar. En los últimos años, la polarización se ha convertido en una constante en Oriente Medio, donde Turquía cada vez está más distanciada del resto de los países del golfo Pérsico, como Arabia Saudí o Emiratos Árabes Unidos (EAU).  

Arabia Saudí y EAU han sido dos de los socios económicos más importantes de Turquía durante los últimos años, una alianza que ha sido muy fructífera para Ankara en términos de comercio, inversión y turismo. Las relaciones diplomáticas entre estos dos países son un tándem desequilibrado entre intereses ideológicos y geopolíticos, por un lado, y entre cooperación estratégica regional, por otro. Esta alianza comenzó a deteriorarse en 2017, después de que Turquía ayudase a Qatar, tras el bloqueo impuesto por el grupo de países liderado por Arabia Saudí, y entre los que se encontraban EAU, Bahréin y Egipto. 

Las relaciones empeoraron aún más en octubre de 2018, cuando el Gobierno de Turquía hizo pública una grabación de audio en la que se responsabilizaba a altos cargos saudíes de estar involucrados en el asesinato del periodista Jamal Khashoggi. La difícil situación económica por la que están pasando algunos de estos países y el intercambio de amenazas indirectas – a través del bloqueo de distintas páginas webs, tanto por parte de Arabia Saudí como por parte de Turquía – ha puesto en peligro las relaciones diplomáticas entre Turquía y el resto de potencias regionales.

Las reservas financieras de algunos países como EAU, Kuwait, Qatar y Arabia Saudí les permitirán superar la actual pandemia provocada por la COVID-19. Sin embargo, esta crisis sanitaria llega en un momento crucial para Turquía, donde el distanciamiento entre Recep Tayyip Erdogan y la oposición cada vez es más evidente. La gestión de la pandemia por parte el Ejecutivo de Ankara es similar a la de otros países de la región en donde, en un principio, se dio prioridad a la supervivencia económica. Aun así, Turquía ha asegurado estar preparada para hacer frente a esta pandemia y ha utilizado esta crisis para estrechar su relación con algunos países de Europa, a través del envío de material sanitario. 

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, saluda al ministro de Relaciones Exteriores de Qatar, Sheikh Mohamed bin Abdulrahman al-Thani, el martes 12 de septiembre de 2017

La rivalidad entre las grandes potencias de la región ha quedado relegada a un segundo plano en tiempos de coronavirus. Aun así, tanto Turquía como Arabia Saudí continúan luchando por ejercer su influencia en la región, tratando de perjudicar la reputación y los intereses del otro, a través de la publicación constante de acusaciones o con el bloqueo de determinados medios de comunicación. Así, por ejemplo, Ankara ha acusado a Abu Dhabi de respaldar el intento de golpe de Estado de 2016 contra el presidente Erdogan; mientras que los medios de este país o de Arabia Saudí han llegado a publicar artículos en los que advierten del peligro que sufren los turistas árabes a la hora de viajar a Turquía, según ha recogido Middle East Monitor.  

Ante esta situación, las autoridades saudíes decidieron bloquear hace apenas una semana el acceso a los sitios web de la agencia estatal de noticias Anadolu y del canal árabe de la emisora turca TRT. Por su parte, Turquía ha respondido bloqueando algunas webs estatales de Arabia Saudí o EAU, según ha informado varios medios locales. Sin embargo, durante los últimos años, las relaciones entre los dos países se han ido deteriorando de forma gradual, en parte por este tipo de medidas autoritarias que son consideradas como un ataque a la libertad de expresión.

Logo de la agencia turca de noticias, Anadolu

Este deterioro de relaciones también está presente en otros países de la región como, por ejemplo, Libia o Siria. En el primero de los casos, Arabia Saudí y Egipto apoyan al Ejército Nacional Libio (LNA, por sus siglas en inglés), liderado por el mariscal Jalifa Haftar, mientras que Turquía respalda al Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA, por sus siglas en inglés), con sede en Trípoli y reconocido internacionalmente por la ONU. Algo similar ocurre en Siria, donde Arabia Saudí es un aliado de las milicias que Ankara considera una amenaza para su seguridad nacional. 

En medio de esta crisis, el presidente de Siria, Bachar al-Asad y el príncipe heredero de Abu Dhabi, Mohamed bin Zayed al-Nahyan, han mantenido una reunión telefónica para tratar de reducir el impacto de esta pandemia en la región. Este acercamiento ha sido histórico ya que, según han recogido algunos medios locales, es la primera vez que se produce una comunicación de este tipo desde que comenzó la guerra de Siria en 2011. “He discutido con el presidente sirio actualizaciones sobre el coronavirus. Le aseguré el apoyo de Emiratos Árabes Unidos y su voluntad de ayudar al pueblo sirio”, aseguró el príncipe a través de la red social Twitter. “La solidaridad humanitaria en tiempos difíciles supera todos los asuntos, y Siria y su pueblo no estarán solos”, añadió. 

Sin embargo, Turquía teme que este envío de ayuda humanitaria a Siria con el aparente objetivo de ayudar a la población civil del país tenga un fondo más estratégico. Un investigador del Centre for Research and Globalization considera que “el giro de Emiratos Árabes Unidos en su política hacia Siria sirve a dos propósitos: primero - fortalecer las relaciones con Rusia, segundo - formar un bloque anti-turco”.

Mientras el presidente de Turquía persigue sus ambiciones en la región y en el Mediterráneo oriental, EAU y otros países del golfo Pérsico tratan de contrarrestar la influencia turca y, para ello, han estrechado sus lazos con Arabia Saudí y Egipto. La crisis provocada por la pandemia de la COVID-19 ha cambiado el orden internacional tal y como lo conocíamos hasta ahora y, ejemplo de ello, es la metamorfosis que están sufriendo las alianzas en la región de Oriente Medio.
 

Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato