Todo apunta a un error técnico de almacenamiento de armamento por parte de la milicia chií próxima a la esfera de Irán

Un depósito de armas de Hizbulá explota en Líbano

Smoke rises in a fire in the village of Ain Qana in southern Lebanon

Un cargamento de armas perteneciente a la formación chií de Hizbulá, muy vinculada a la República Islámica de Irán, explosionó en Líbano este martes debido a un fallo técnico de almacenamiento, según indicó a la agencia Reuters una fuente próxima a los acontecimientos. 

El suceso ha acaecido en la localidad de Ain Qana, enclavada al sur del territorio libanés y próxima a la ciudad portuaria de Sidón, y ha dejado diversos daños materiales y una espesa nube de humo que se visibilizaba a varios kilómetros de donde ha ocurrido exactamente la deflagración. Aunque los primeros informes no han detallado personas heridas o afectadas por el estallido sucedido. 

Un propio integrante de la entidad libanesa de Hizbulá confirmó la existencia de la explosión, sin aportar más detalles. Poco más se ha podido desprender del entorno del grupo chií, que rápidamente se ocupó de controlar la zona para evitar la filtración de información a medios de comunicación. Mientras, la emisora local Al-Jadeed sirvió imágenes de televisión retransmitidas en las que se podían apreciar los daños ocasionados en infraestructuras de la zona. 

Cartel del líder de Hizbulá en Líbano, Hassan Nasrallah, a la entrada del pueblo de Ain Qana, Líbano, el 22 de septiembre de 2020

Este preocupante e inquietante estallido llega siete semanas después de la gravísima explosión múltiple que se produjo en el puerto de Beirut, provocado por la detonación de casi 3.000 toneladas de nitrato de amonio conservado en condiciones inapropiadas para este tipo de material.  

La explosión mató a más de 190 personas, hirió a 6.500, dejó a más de 300.000 sin hogar y causó importantes desperfectos a decenas de miles de edificios en la capital libanesa. Todavía no está claro qué causó el incendio inicial que terminó provocando la explosión de los productos químicos y hasta ahora nadie ha sido responsabilizado. Dos días después del desastre, las autoridades de Líbano anunciaron la detención de 16 personas; además de los detenidos, hubo un número indeterminado de personas bajo investigación igualmente. Entre los arrestados estaban varios altos cargos de la autoridad portuaria de Beirut debido a su presunta responsabilidad en el almacenamiento y mantenimiento deficiente de la carga guardada.

La investigación posterior apuntó a que la principal hipótesis era que las 3.000 toneladas de nitrato de amonio que se acumulaba desde hacía seis años en uno de los almacenes del puerto de Beirut ardieron por las precarias condiciones de seguridad en el lugar.

Civiles y miembros del Ejército libanés se reúnen cerca del lugar de una explosión en la aldea de Ain Qana, en el sur del Líbano, el 22 de septiembre de 2020

A esto hay que añadir los cuatro incendios que ha sufrido el sur capitalino en las dos últimas semanas, el último de ellos originado supuestamente en una fábrica de pinturas. Además, del alijo de fuegos artificiales encontrado en el puerto de Beirut hace cuatro días. 

Hizbulá vuelve a situarse en el centro de todas las miradas por su posesión de armamento en grandes cantidades y su conocido vínculo con el régimen iraní, señalado por gran parte de la comunidad internacional como una amenaza para la seguridad de Oriente Medio por su actitud de confrontación, por sus lazos con países beligerantes como Turquía o Qatar y por las dudas sobre el desarrollo de su programa nuclear supuestamente ligado a su industria armamentística. Muchos analistas coinciden en apuntar a Hizbulá como un agente al servicio de los intereses del régimen de los ayatolás para poder interferir en los asuntos internos del Estado libanés.

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