El documento apunta a los hutíes, la Coalición y las fuerzas del Gobierno yemení como perpetradores de los delitos. También sugiere la complicidad de Irán, Francia, Reino Unido y Estados Unidos

Un informe de Naciones Unidas denuncia crímenes de guerra en Yemen

AP/HANI MOHAMMED - Un rebelde hutí dispara al aire durante una reunión destinada a movilizar a más combatientes en Sanaa, capital y ciudad principal de Yemen

Yemen no es lugar para civiles. En el contexto de guerra del país, un informe elaborado por la Organización de Naciones Unidas (ONU) afirma que se han cometido crímenes de guerra y numerosas violaciones de derecho internacional humanitario en el curso de los últimos cinco años. Prácticamente, no hay actor en el conflicto al que el dedo de la institución internacional no apunte. Las milicias hutíes, la Coalición liderada por Arabia Saudí y las Fuerzas Armadas de Yemen, más los grupos armados que colaboran con cada uno de estos beligerantes principales, quedan señalados. Naciones Unidas les atribuye una larga lista de comportamientos condenables. Además, considera que terceros Estados -Irán, Francia, Reino Unido y Estados Unidos- han actuado con una cierta complicidad, al prestar apoyo logístico y armamentístico.

El texto ha sido elaborado por el Grupo de Expertos Eminentes Internacionales y Regionales, dependiente de la Comisión de Derechos Humanos. Está basado en el análisis una serie de episodios bélicos. Aunque se centra en el periodo comprendido entre julio de 2018 y junio de 2019, también aborda situaciones ocurridas con anterioridad y que, por diversos motivos, no han sido estudiados en el informe publicado el año pasado. La elaboración del memorándum coincide con el comienzo de la 42ª sesión de la Comisión. La Asamblea General reanudará asimismo su actividad próximamente.

El Grupo de Expertos es prolijo y expone los contenidos con detalle. Comienza por desgranar las pruebas existentes para, a su juicio, fundamentar las denuncias por crímenes de guerra. Acusa a los hutíes, la Coalición y el Ejército de realizar bombardeos indiscriminados que han dado como resultado el asesinato de civiles. También les imputa la destrucción de hospitales y patrimonio cultural. Por su parte, los hutíes, dice el informe, han violado la Convención para la Prohibición de Minas Antipersona; se constata el uso continuado de minas antipersona y anticarro con consecuencias letales para la población civil.

Pie de foto: Los hutíes (en la foto) pertenecen a la tradición chií y están apoyados por Irán. Por el contrario, el Gobierno ha sido sostenido por las potencias suníes de la península arábiga

Los tres actores principales son, igualmente, acusados de perpetrar repetidamente violaciones contra el derecho internacional humanitario. Los ataques a infraestructuras críticas -pozos, almacenes de comida-, el bloqueo de puertos y la negación sistemática de la entrada de ayuda humanitaria son algunos ejemplos. Se pone especial énfasis en el empleo del hambre como arma de guerra; aunque recalca que no se puede achacar directamente sobre un actor en concreto, el Grupo de Expertos establece que sí existen indicios claros de esta tendencia, lo que podría acarrear responsabilidad penal por crímenes de guerra.

Derechos básicos como la libertad de expresión, opinión y asociación se han visto, asimismo, deteriorados. La seguridad jurídica es un concepto que brilla por su ausencia: el informe carga las tintas contra los rebeldes hutíes, a los que achaca detenciones arbitrarias, torturas, juicios sumarios y asesinatos extrajudiciales. Se subraya, además, el mayor riesgo que corren las mujeres y los niños yemeníes. Por una parte, el acento se coloca sobre la violencia sexual emprendida por los hutíes y por las Fuerzas del Cinturón de Seguridad. Por otra, este mismo grupo, la Brigada de Gigantes y el Ejército yemení son acusados de haber reclutado niños para engrosar sus filas. El bombardeo de escuelas y su uso como instalaciones militares por diversos grupos armados también aparece reflejado.

El Ejército de Yemen, mermado por los combates, se ha servido de grupos armados aliados para combatir a las milicias hutíes

El Grupo de Expertos condena los comportamientos que describe a lo largo del escrito, tachados de “criminales”, y llama al cese urgente de la implicación de civiles en las hostilidades, sea accidental o intencionada. Reclama también una asunción de responsabilidad por los hechos que, considera, no se ha producido hasta el momento. En el plano práctico, Yemen es un Estado firmante del Estatuto de Roma, pero no ha ratificado la convención, de modo que es casi imposible llevar a juicio penal en La Haya a sujetos de esta nacionalidad. La misma circunstancia se da en el caso de Emiratos Árabes Unidos (EAU). Arabia Saudí, por su parte, ni siquiera ha firmado el texto.

En el apartado de rendición de cuentas, se hace una referencia a la responsabilidad indirecta que puede recaer sobre terceros Estados que, como Irán, Estados Unidos, Francia y Reino Unido, han facilitado apoyo económico y armamentístico a los diferentes combatientes. Se cita, además, el Tratado de Comercio de Armas, según el cual se prohíbe la transacción de armas en caso de que se sepa a ciencia cierta que estas van a ser empleadas para cometer crímenes de guerra. Aunque el informe no dicta una acusación formal, sí arroja una sombra de sospecha.

2019 es el sexto año de guerra en Yemen. Actualmente, la Coalición ha detenido temporalmente los bombardeos; Arabia Saudí y EAU han creado un comité para que el alto el fuego sea duradero. Estados Unidos, por su parte, ha buscado vías de negociación directa con los hutíes, sin tener que pasar por la intermediación de Irán. La tregua, sin embargo, no alcanza a parar el combate en muchos pueblos y ciudades. Las hostilidades Ejército-hutíes no son las únicas abiertas: la rama de Al Qaeda en la península arábiga mantiene su presencia en territorio yemení, donde ha crecido al amparo de la confusión reinante. Además, la división norte-sur, heredada de la Guerra Fría, vuelve a estar vigente.

Soldados de la Coalición militar en Yemen apoyada por Arabia Saudí y  Emiratos Árabes Unidos hacen guardia en la ciudad portuaria de Hodeida, una de las más afectadas por la guerra
Oportunidad para el diálogo

En los últimos meses, se han recrudecido las tensiones entre el Ejecutivo de Abd Rabbuh Mansur al-Hadi, que tiene más control sobre el norte del país, y los separatistas del sur, liderados por el Consejo Transicional Sureño (STC, en sus siglas en inglés). Aunque, en principio, ambas partes se alinearon en el mismo bando, las circunstancias han cambiado. Entre medias de las dos facciones, se encuentran las citadas Fuerzas del Cinturón de Seguridad, relacionadas con EAU. La ciudad portuaria de Adén, la segunda en población de Yemen, ha sido su campo de batalla más emblemático de las últimas semanas. Actualmente, está controlada por los separatistas. Los enfrentamientos entre las dos partes, sin embargo, podrían cesar pronto si fructifican las conversaciones de paz que han comenzado en Jeddah (Arabia Saudí).

No existe, como tal, un diálogo directo entre Gobierno y STC; Arabia Saudí está ejerciendo como mediadora entre el líder de la organización separatista Aidarous al-Zubaidi y los representantes oficiales. Quien no está presente es EAU, acusada recientemente por Yemen de apoyar a los separatistas, debido a un bombardeo sobre las Fuerzas Armadas cuando se retiraban de Adén. No obstante, el ministro de Exteriores de Emiratos, Anwar Gargash, en su cuenta de Twitter, se ha mostrado esperanzado de que las reuniones lleguen a buen puerto. Delegados de Yemen en las negociaciones citados por Reuters se han manifestado en la misma línea.

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