Tanto la República Islámica como el país sudamericano están sancionados por Estados Unidos y la comunidad internacional y han buscado apoyo en materia comercial para paliar los efectos de las sanciones

Un nuevo buque iraní carga en Venezuela materia prima para el programa de misiles de Teherán

photo_camera PHOTO/REUTERS - El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro

Cargado de minerales fundamentales para el programa de misiles. Así partía la semana pasada un buque con bandera iraní desde Venezuela tras haber desembarcado antes alimentos en Caracas, informó la agencia Reuters en base a tres fuentes, que no pudieron determinar quién era el cliente de la carga de alúmina ni dónde estaba destinada.

Este es el último indicio de los lazos entre dos países sujetos a sanciones de Estados Unidos. El ‘Golsan’, un buque de carga general con capacidad para transportar 22.882 toneladas, llegó a Venezuela en junio cargado de alimentos para abastecer a la cadena de supermercados iraní que se estableció en el país sudamericano.

Aunque la televisión estatal venezolana afirmó que la carga que había en el buque iraní era fruta (“mangos y piñas”), el sistema de monitoreo marítimo Refinitiv Eikon y Marine Traffic muestra cómo el buque se dirigió a La Guaira después de cargar en el puerto material de la empresa venezolana de bauxita y alúmina CVG Bauxilum y partir hacia Irán el 19 de agosto.

La alúmina es un polvo extraído del procesamiento de la bauxita, que es un ingrediente clave para la fabricación de aluminio. Según Reuters, citando a un exfuncionario del Gobierno iraní y documentos relacionados con la instalación, la República Islámica ha estado produciendo polvo de aluminio durante años para usar en su programa de misiles en una instalación secreta establecida por la Guardia Revolucionaria (cuerpo de élite del Ejército persa). El aluminio proveniente del procesamiento de la alúmina es un elemento clave para el programa de misiles balísticos.

El buque ‘Golsan’ es propiedad de Mosakhar Darya Shipping Co y está administrado por Rahbaran Omid Darya, ambas compañías con sede en Teherán y que desde 2018 sufren el bloqueo de las sanciones interpuestas por la Administración de Donald Trump.

No está muy claro cómo el régimen de Nicolás Maduro ha pagado estas transacciones, aunque funcionarios estadounidenses señalaron que Irán habría cobrado sus bienes con oro de las reservas de Venezuela.

Esta última entrega se produce pocas semanas después de que Washington anunciara que había incautado cuatro buques cisterna de combustible pertenecientes a Irán que se dirigían a Venezuela. 

Entre finales de mayo y junio, los buques con bandera iraní ‘Fortune’, ‘Forest’, ‘Faxon’, ‘Petunia’ y ‘Clavel’ arribaron a Venezuela con una carga de 1,5 millones de barriles de combustible y aditivos para hacer frete a la escasez de gasolina que enfrenta Venezuela, el país con mayores reservas petrolíferas del mundo.

Una vista general de una terminal de carga en el puerto de La Guaira, Venezuela
Dátiles en los barrios de Caracas

A finales de julio, la cadena de supermercados iraní Megasis abrió sus puertas en varias ciudades venezolanas. Según el diario estadounidense The Wall Street Journal, el empresario iraní Issa Rezaie, también viceministro de Industria está detrás de esta cadena de supermercados. El diario publicó que Rezaie lleva tiempo dirigiendo empresas propiedad de la Guardia Revolucionaria Iraní, cuerpo militar al que EEUU cataloga de organización terrorista.

La llegada de estas tiendas son un pulso más a Washington y a las sanciones impuestas por Trump. El Gobierno norteamericano acusa a la República Islámica de apoyar al terrorismo y desestabilizar Oriente Medio y al presidente venezolano, Nicolás Maduro, de ocupar el poder de manera ilegítima.

La relación entre Caracas y Teherán se remontan a los tiempos de Hugo Chávez, pero la mala situación económica y social de Venezuela ha hecho que Nicolás Maduro vea en el régimen de Hasán Rohaní un aliado.

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