Nuevo revés para la comunidad copta de Egipto. Apenas dos días después del incendio mortal en la iglesia ortodoxa de Abu Sefein, que se cobró 41 víctimas mortales, se ha producido un incidente similar en el templo copto de Anba Bishoy, ubicado en la gobernación de Menia, a poco menos de 270 kilómetros de El Cairo y también a orillas del Nilo. Un cortocircuito provocó un fuego en la planta baja de la iglesia que acabó devorando el interior del recinto, inaugurado en junio de 2019, según la versión del Ministerio del Interior.
En esta ocasión no se contabilizaron víctimas mortales. Solo un feligrés recibió atención médica por la inhalación de humo, pero ni siquiera tuvo que ser hospitalizado ni trasladado. Así lo confirmaron el gobernador de Menia, Osama al-Qadi, y el arzobispo Moussa Ibrahim, portavoz de la Iglesia Ortodoxa Copta. La institución religiosa emitió una nota informativa en la que hacían saber a los fieles que el interior del templo había sido pasto de las llamas, y que había quedado prácticamente destruido.
En torno a las 14.30 hora local del martes se notificó a las autoridades de un incendio en el templo de Anba Bishoy. Según la versión de los responsables de la iglesia y algunos testigos, el fuego se generó como consecuencia de un fallo eléctrico en una sala vacía, cerrada a cal y canto, presuntamente inutilizada. Seis minutos después, cuatro ambulancias llegaron al lugar de los hechos y otros cuatro camiones de bomberos desplazados iniciaron el operativo para controlar las llamas. Efectivos de la Policía y la protección civil, también presentes, acordonaron el recinto y asistieron a los presentes.
A massive fire destroyed a church in Egypt's ?? province of Minya on Tuesday, only days after a fire at a nearby Coptic church killed 41
— Saad Abedine (@SaadAbedine) August 17, 2022
The fire at the Anba Bishoy Church, 273 kilometres south of Cairo, involved no casualties but badly damaged much of the building's structure. https://t.co/rEGUvOlQJe pic.twitter.com/SwTuiLccZT
El suceso se produjo en una zona marcada por la persecución a la minoría copta de la nación norteafricana. Los movimientos salafistas islámicos de corte conservador son especialmente activos en las áreas rurales del Alto Egipcio, una región en la que se encuentra Menia. En esta gobernación, se han registrado en el último año un número elevado de ataques contra la población cristiana ortodoxa, perseguida en todo el país por su fe.
La Fiscalía anunció a través de un comunicado que había puesto en marcha una investigación judicial para esclarecer los hechos, siguiendo el mismo procedimiento que con el incendio de Abu Sefein. El Ministerio Público envió a la iglesia de Anba Bishoy a un equipo para interrogar a los testigos y analizar los restos del incendio. Un grupo de peritos también ha sido enviado a la zona para examinar la estructura del edificio y evaluar los daños.
El martes, Egipto seguía de luto. La muerte en El Cairo de 41 personas, entre las que se encontraba al menos una quincena de niños, conmocionó al país y la comunidad internacional. Las llamas atacaron el templo ortodoxo de Abu Sefein, edificado en el humilde barrio de Imbābah de la gobernación de Giza. El fuego se generó en la segunda planta por la ruptura del generador de energía utilizado por la iglesia para paliar los cortes recurrentes de electricidad. Las tareas de salvamento fueron insuficientes. Testigos citados por Associated Press describieron las escenas de estampidas, saltos por las ventanas y muerte.
El futbolista del Liverpool, Mohamed Salah, donó a las autoridades un montante superior a las tres millones de libras egipcias, el equivalente a unos 153.930 euros, para reconstruir el templo de Giza. No es la primera vez que el astro egipcio, ganador con el conjunto inglés de una Champions League, entrega un donativo para causas sociales en su país, pero se trata de la primera ocasión en que lo hace a la comunidad copta. Salah es musulmán.
A priori, las causas de uno y otro suceso son las mismas: un fallo en la instalación eléctrica. Sin embargo, los miembros de la minoría cristiana ortodoxa sospechan que puede tratarse de un sabotaje o un atentado, por eso han puesto en tela de juicio la versión oficial. Si es cierta, los hechos ponen de relieve las carencias de las infraestructuras utilizadas por la comunidad, asediada por las trabas burocráticas y por el escaso respaldo institucional. Si es falsa, se trata de un nuevo ejemplo de la persecución que sufren en Egipto.
El país norteafricano acoge a la mayor comunidad cristiana de Oriente Próximo. En Egipto se encuentran más de 16 millones de coptos, que representan en torno al 6% de la población. Pero la vida no es fácil para ellos. Según los datos de la ONG Open Doors, Egipto es el vigésimo país más hostil para ser cristiano. La persecución contra los coptos es una práctica habitual, perpetrada por grupos extremistas musulmanes.
El presidente egipcio Abdel Fattah al-Sisi ha defendido en numerosas ocasiones los derechos de los coptos, y ha realizado varios actos simbólicos de cara a la comunidad que han sido recibidos de buen grado, como su visita en Navidad a la Catedral Ortodoxa Copta de San Marcos, el templo más importante para la minoría ortodoxa en Egipto. Al-Sisi ordenó además la construcción de una catedral de la Natividad de Cristo en la nueva capital administrativa de Egipto, que está previsto que sustituya en un futuro próximo a El Cairo.