El Ejército tunecino ha abierto fuego contra cuatro vehículos “sospechosos” procedentes de su país vecino

Un nuevo incidente de seguridad en la frontera con Libia hace saltar las alarmas en Túnez

photo_camera AFP/FETHI BELAID - Unidad militar especial tunecina de intervención rápida en la trinchera cavada a lo largo de la frontera con Libia, cerca del paso de Ras Jedir

La guerra civil libia, que lleva abierta desde el año 2011, está dejando sentir sus efectos en los países vecinos, en concreto, en Túnez, que ya estaba en guardia ante el recrudecimiento de los combates en el oeste de Libia desde el pasado mes de abril, cuando el presidente del país Kais Saied decretó el incremento del nivel de alerta en toda la zona de separación entre las dos naciones, que se extiende a lo largo de 450 kilómetros.

Según ha informado el Ministerio de Defensa tunecino este miércoles, “las tropas del Ejército en la frontera con Libia dispararon el martes por la noche a vehículos que cruzaron a Túnez”, sin reportar víctimas mortales. “Las formaciones militares que operan en el área de Manzla, en el distrito de Remada (gobernación de Tatouine) detectaron anoche, sobre las 22:00 horas, movimientos sospechosos de cuatro vehículos procedentes del territorio libio, que penetraron en la zona fronteriza de amortiguamiento al nivel de la barrera de arena”, ha explicado el Ministerio en un comunicado recogido por The Arab Weekly. Entonces, los efectivos tunecinos “dispararon tiros de advertencia para obligar a los vehículos a detenerse, pero no hicieron caso de las advertencias. En una segunda etapa, se dispararon contra los neumáticos, y los vehículos decidieron huir”, se señala en la nota.

El tribunal militar de la gobernación de Sfax ha anunciado la apertura de una investigación para esclarecer el incidente, mientras que el Ministerio ha reafirmado que todas las unidades del Ejército nacional tunecino permanecerán “listas con todos los medios legales disponibles para combatir todos los intentos de dañar la seguridad del territorio nacional y para acabar con todos los actos ilegales, como el contrabando, las actividades terroristas y el crimen organizado”. 

Puesto de aduanas de Túnez en el cruce fronterizo de Ras Jedir con Libia

El recrudecimiento del conflicto en Libia, donde se enfrentan el Gobierno de Unidad Nacional (GNA, por sus siglas en inglés), liderado por el primer ministro Fayez Sarraj y apoyado por Turquía, Qatar e Italia; y el Ejército de Liberación Nacional (LNA, por sus siglas en inglés), comandado por el mariscal Jalifa Haftar y defendido por Egipto, Francia y la esfera árabe, sobre todo, en la franja oeste del territorio, supone una amenaza de seguridad para Túnez, en cuanto a que la desestabilización de la zona puede incrementar las actividades ilegales y la presencia de grupos extremistas e insurgentes que hacen del caos que genera una guerra su mejor baza.

La nación tunecina ha detectado varios riesgos al respecto, relacionados con el tráfico ilegal, tanto de drogas, como de armas o de personas. En este último bloque, cabe destacar, por ejemplo, que algunos mercenarios sirios han huido de Libia, donde estaban luchando tras haber sido pagados por Turquía en las filas del GNA, hacia Túnez. La porosidad de la frontera también es aprovechada por los yihadistas que están integrados del mismo modo en las filas del Ejército de Sarraj, y que proceden de algunos grupos terroristas como el antiguo Frente Al-Nusra o Al-Qaeda. “Las preocupaciones en Túnez fueron alimentadas por el envío de mercenarios y militantes islámicos desde Siria por parte de Turquía”, aseguran en The Arab Weekly. Cabe mencionar, en este punto, que el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (SOHR, por sus siglas en inglés) cifra en más de 15.300 los combatientes que ha desplegado Ankara en Libia para apoyar la contienda del GNA. Unos 400 ya han escapado a Europa y se teme que un número similar, o incluso mayor por la proximidad geográfica, hayan hecho lo mismo con dirección a Túnez.

El país liderado por Kais Saied sigue estando alerta ante los rebrotes de terrorismo que continúan produciéndose, en los que algunas de las células implicadas proceden de Libia u obtienen los materiales para atentar allí. Es el caso, por ejemplo, de un ataque que se produjo a principios del mes de marzo, cuando dos yihadistas se inmolaron frente al a Embajada de Estados Unidos en la capital. El explosivo que habían empleado lo habían conseguido en la frontera libia. Los casos más sonados se remontan al año 2015, cuando dos atentados contra el Museo del Bardo y un resort de la playa de Susa acabaron con la vida de casi un centenar de personas. Por ello, al año siguiente, en 2016, Túnez ordenó construir una barrera fronteriza de 200 kilómetros, compuesta por trincheras llenas de agua, bancos de arena y una cerca electrónica, “para evitar la infiltración transfronteriza de yihadistas”, como recuerdan desde The Arab Weekly.