Las nueve federaciones del Consejo Francés de Culto Musulmán (CFCM) han presentado una Carta de principios acorde a los valores de la República francesa

Un nuevo paso hacia el islam francés

photo_camera PHOTO/AFP - Los musulmanes ofrecen oraciones de Eid al-Fitr fuera de la Gran Mezquita de París el 25 de junio de 2017

Los líderes del Consejo Francés de Culto Musulmán (CFCM) presentaron el pasado sábado un borrador de la "Carta de principios" con la que quieren mostrar al Ejecutivo de Emmanuel Macron los compromisos del islam con los valores de la República francesa. El CFCM trata de dar así portazo a la instrumentalización del islam con fines políticos. 

El borrador fue recibido por el ministro del Interior, Gérald Darmanin, que dio su visto bueno. Las nueve federaciones que componen el CFCM aprobaron de la misma manera esta Carta de principios, que consta de 10 puntos, como paso previo a su envío al presidente francés. Con la unidad, el CFCM ha querido dejar claro que "el islam no es incompatible con la República, ni mucho menos".

Cada una de las federaciones recoge una sensibilidad dentro de la religión islámica, además de estar ligadas a diferentes países. Debido a esta diferente procedencia, las negociaciones y el acuerdo final no han sido fáciles de alcanzar, ya que una de las cuestiones que se trata de abordar es la influencia extranjera sobre los imanes y los discursos que estos imparten en las mezquitas.

Atalayar_Policía Francia

Este paso se enmarca en la política del presidente francés de oposición total al islamismo radical y al separatismo islamista, que se nutre de la influencia extranjera y se extiende a través de imanes claramente radicalizados. El proyecto de Macron buscaba combatir el radicalismo islamista, el yihadismo y el comunitarismo que se lleva a cabo en determinados puntos del país, y que ahonda en la brecha social que existe en el país con una parte importante de la comunidad musulmana. El proyecto fue polémico, ya que puede alentar los discursos de odio y racismo, por lo que las palabras, el tono y los gestos cobran aún más importancia que nunca.

El objetivo es dirigir a este consejo hacia la creación de un Consejo Nacional de Imanes, que sea el encargado de certificar a los clérigos islámicos, vigilar su independencia y velar por el cumplimiento de los principios de esta carta. La carta usa un lenguaje tremendamente ligado a los valores republicanos y recogiendo el dolor que suscitó la muerte de Samuel Paty en octubre del año pasado.

A lo largo de los diez puntos de la carta, se trata de manifestar la compatibilidad del islam con la democracia francesa y los valores que ésta defiende. Señala la plena pertenencia de los musulmanes a la comunidad nacional francesa gracias a uno de los pilares de la República, la igualdad. En ese sentido, inciden en la necesidad de cumplir con la ley, y los principios y reglas de la República como base imprescindible de la convivencia.

Atalayar_mezquita_pantin

La carta ataca al proselitismo, y se muestra contraria a todo uso abusivo de la religión que derive en la violencia y el fanatismo. La carta también llama a la igualdad entre los sexos, y cualquier discriminación e incitación al odio será rechazada de pleno. El sexto punto, uno de los más significativos, es el que alude a la instrumentalización del islam, y a la influencia extranjera. La carta muestra la intención de luchar contra cualquier intento de uso interesado del islam para convertirlo en un arma política, ni permitirán que los lugares de culto sean utilizados para difundir el islam político y el fanatismo.

Por último, realza la figura de los maestros, la importancia de la enseñanza secular y la neutralidad religiosa para garantizar un servicio justo a los ciudadanos independientemente de sus convicciones religiosas, en clara alusión a la muerte del profesor Samuel Paty. Finalmente, la carta recoge la posibilidad de que, si alguno de estos puntos no es cumplido por alguna figura vinculada al islam y si lo piden al menos dos de las federaciones, se abrirá una investigación y, de ser necesario, se impondrá una suspensión de todos los órganos vinculados al Islam en el país.

Aunque esta carta, muy esperada por Emmanuel Macron y una parte importante de la sociedad francesa, es un paso adelante imprescindible y positivo, el CFCM no representa a la totalidad de la comunidad musulmana francesa, ni ejerce control de la mayoría de los lugares de culto en el país, por lo que el trabajo de concienciación no ha hecho más que empezar. Los jóvenes son el principal foco de radicalización y de violencia, debido a los contextos socioeconómicos en los que crecen y donde la falta de oportunidades y la pérdida de identidad son algunos de los problemas capitales. Es ahí donde Francia debe poner más empeño.

Carta de principios para el Islam francés

Nosotros, dirigentes de asociaciones y federaciones, administradores de lugares de culto musulmanes, nos comprometemos con esta carta, tanto como ciudadanos franceses y/o como actores asociativos de la fe musulmana, a respetar todas las reglas establecidas en la presente, llamada "carta de principios". Su propósito es proporcionar un marco para las normas éticas y deontológicas que deben estructurar el funcionamiento del Consejo Nacional de Imanes.

Preámbulo

Proclamamos solemnemente nuestra adhesión a esta carta destinada a especificar los fundamentos de nuestra misión en línea con los valores republicanos. Al hacerlo, reafirmamos desde el principio que ni nuestras convicciones religiosas ni ninguna otra razón puede suplantar los principios que subyacen a la ley y a la Constitución de la República.

No se puede invocar ninguna creencia religiosa para eludir las obligaciones de los ciudadanos.

Esta "carta de principios" tiene por objeto exponer los valores que se han de transmitir y compartir con los fieles, de conformidad con las leyes de la República y la ética islámica.

Artículo 1 - Propósito de la carta

Los valores islámicos y los principios de derecho aplicables en la República son perfectamente compatibles y los musulmanes de Francia pertenecen plenamente a la comunidad nacional. Desde un punto de vista constitucional, todos los ciudadanos, independientemente de su religión, creencias o convicciones filosóficas, son iguales.

Desde el punto de vista religioso y ético, los musulmanes, ya sean nacionales o residentes extranjeros, están vinculados a Francia por un pacto. Esto los compromete a respetar la cohesión nacional, el orden público y las leyes de la República1.

A través de esta carta, los firmantes están escribiendo una página importante en la historia de Francia.

Contribuye a establecer relaciones pacíficas y de confianza entre la comunidad nacional, en su diversidad y pluralidad, y todos los musulmanes que viven en el territorio de la República, ya sean nacionales o residentes extranjeros. Todos los signatarios de esta carta se comprometen, por lo tanto, en un espíritu de respeto y dignidad, a trabajar por la paz civil y a combatir todas las formas de violencia y odio.

Artículo 2 - Misiones

Nuestra misión y nuestro compromiso se derivan de nuestro compromiso con la ciudadanía y nuestra fe.

Llevamos a cabo nuestra misión en el marco de los principios y normas de la República que constituyen la base de la unidad y cohesión de nuestro país.

El principio de igualdad ante la ley nos obliga a respetar las normas comunes y hacerlas prevalecer sobre todas las normas y reglas, incluidas las que se derivan de nuestras convicciones y/o interpretaciones religiosas.

Artículo 3 - Libertad

La libertad está garantizada por el principio del laicismo, que permite a todo ciudadano creer o no creer, practicar la religión de su elección y cambiar de religión.

Así pues, los firmantes se comprometen a no criminalizar la renuncia al Islam, ni a calificarla de "apostasía" (ridda), y menos aún a estigmatizar o llamar, directa o indirectamente, a un ataque a la integridad física o moral de quienes renuncian a una religión.

Esto refleja un respeto por todas las opiniones y expresiones permitidas por la ley y, sobre todo, un principio republicano esencial: la libertad de conciencia.

Dios ha dado a los hombres la libertad de elegir sus caminos y convicciones sin ninguna limitación: "No hay ninguna limitación en la religión" (Corán, 2:256), y la ha convertido en una expresión de su voluntad: "Si tu Señor lo hubiera querido así, todos los que están en la tierra habrían creído. Entonces, ¿depende de ti obligar a la gente a creer? (Corán, 10:99).

El proselitismo abusivo que oprime las conciencias es contrario a la libertad de razón y de corazón que caracteriza la dignidad del hombre.

Convencidos de que el debate es a menudo una fuente de enriquecimiento y un baluarte contra el fanatismo, aceptamos todos los debates y nos oponemos a toda violencia.

Los firmantes se comprometen así a respetar el artículo 9 del Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos. Este artículo consagra la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión.

Artículo 4 - Igualdad

El Islam de Francia es plenamente coherente con el artículo 1 de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano2. Los signatarios se comprometen así a velar por el respeto de este principio en todas sus actividades religiosas.

Esta igualdad también está consagrada en el corpus islámico: "Hemos hecho dignos a todos los hijos de Adán. "(Corán, 17:70)
La igualdad entre mujeres y hombres es un principio fundamental que también se atestigua en el texto coránico: los hombres proceden de la misma esencia o alma original (véase el Corán, 4: 1).

Por consiguiente, nos comprometemos a defender este principio de igualdad de conformidad con las leyes de la República recordando a los fieles, en el marco de nuestra función educativa, que ciertas prácticas culturales supuestamente musulmanas no entran en el ámbito de aplicación del Islam.

Artículo 5 - La Hermandad

La Fraternidad nos compromete desde un punto de vista religioso. Nuestra ética nos invita a observar la benevolencia hacia nuestros conciudadanos, sin distinción.

Rechazamos cualquier discriminación basada en la religión, el género, la orientación sexual, el origen étnico, la salud o la discapacidad y pedimos que cada ciudadano sea respetado por lo que es y por lo que cree.

Todas las formas de racismo, discriminación y odio hacia los demás, incluidos los actos antimusulmanes, antisemitas, la homofobia y la misoginia, son delitos penales. También son la expresión de una privación de la mente y el corazón que ninguna fe sincera puede aceptar.

En defensa de todos los valores enunciados en esta "Carta de Principios", los firmantes se comprometen, de conformidad con las leyes de la República, a rechazar todos los crímenes contra la humanidad.

Dentro del Islam, hay corrientes e interpretaciones que pueden divergir: no hay jerarquía entre ellas.
Los firmantes de esta carta se comprometen a aceptar debatir e intercambiar con sus correligionarios sin descalificarlos por juicios teológicos o políticos dictados por teóricos, ideólogos o estados extranjeros.

En particular, se trata de luchar contra la ideología del takfir (excomunión), que a menudo es el preludio de la legitimación del asesinato. De esta manera, estamos trabajando para evitar la fitna (discordia) y favorecer el intercambio en un espíritu de mutua benevolencia.

De la misma manera, llamamos a la apertura y el respeto a la elección de creencias o religión de nuestros conciudadanos, tanto en nuestros lugares de culto con nuestros seguidores como en nuestras familias: "Hemos establecido un camino para cada uno de ustedes y hemos establecido una regla de conducta para cada uno de ustedes. Y si Dios hubiera querido, te habría hecho una comunidad, pero quería probarte para ver cómo cada comunidad usaría lo que le dio. Por lo tanto, compitan unos con otros en la realización de buenas obras, porque es a Dios a quien todos ustedes regresarán, y Él entonces les iluminará en cuanto al origen de sus diferencias. "(Corán 5:48).

Artículo 6 - Rechazo de toda forma de interferencia e instrumentalización del Islam con fines políticos

La presente "Carta de Principios" tiene el objetivo claramente establecido de combatir cualquier forma de instrumentalización del Islam con fines políticos y/o ideológicos. Los firmantes se comprometen, por tanto, a negarse a participar en cualquier acción que promueva lo que se conoce como "Islam político"3

Luchamos con determinación contra cualquier movimiento o ideología cuyo proyecto desvíe nuestra religión de su verdadero propósito e intente crear relaciones de poder y fracturas en nuestra sociedad.

Así pues, nos comprometemos a no utilizar ni permitir el uso del islam o del concepto de ummah (comunidad de creyentes) para fines políticos locales o nacionales o para las necesidades de un programa político dictado por una potencia extranjera que niegue la pluralidad consustancial del islam.

Nos negamos a permitir que los lugares de culto se utilicen para difundir el discurso político o para importar conflictos que tienen lugar en otras partes del mundo. Nuestras mezquitas y lugares de culto están reservados para la oración y la transmisión de valores.
No se erigen para la difusión de discursos nacionalistas que defienden regímenes extranjeros y apoyan políticas exteriores hostiles a Francia, a nuestro país y a nuestros compatriotas franceses.

El uso indebido de la religión para instrumentalizar el Islam con fines políticos debe ser rechazado enérgicamente y sin reservas.
Afirmamos que la orden política permanece separada de la orden religiosa. Ninguna de nuestras organizaciones, ninguno de nuestros preceptos puede tener como objetivo afirmar en Francia un tratamiento diferenciado para los musulmanes.

Nos comprometemos a que nuestros lugares de culto se financien cada vez más con fondos nacionales. Toda financiación procedente del extranjero procedente de un Estado extranjero, una organización no gubernamental, una persona jurídica o un particular debe ajustarse estrictamente a las leyes en vigor y no da derecho a ningún donante a interferir, directa o indirectamente, en el ejercicio de la fe musulmana en Francia.

Los firmantes deben rechazar claramente cualquier interferencia del extranjero en la gestión de sus mezquitas y la misión de sus imanes.

Artículo 7 - Apego a la razón y al libre albedrío

Los objetivos de una religión contribuyen a los valores universales en los que se basa la humanidad. Los líderes musulmanes, llevan a los fieles a la reflexión y les ayudan a distinguir en las fuentes escriturales lo que es aplicable en el contexto de la sociedad francesa.

Afirmamos que todas las escuelas doctrinales del Islam tienen la misma legitimidad y que corresponde a cada uno de los fieles formarse su propia opinión.

Adaptando armoniosamente estas fuentes universalistas a las realidades de nuestro país, queremos permitir a cada musulmán conciliar su práctica religiosa y su compromiso cívico para vivir en paz y serenidad.

También nos comprometemos a luchar, a través de la enseñanza y la pedagogía, contra las supersticiones y las prácticas arcaicas, especialmente las que pretenden ser "medicina profética" y que ponen en peligro la vida de los creyentes maltratados.

Artículo 8 - Apego al laicismo y a los servicios públicos

La neutralidad religiosa, uno de los principios del laicismo, impuesto a los agentes con una misión de servicio público, tiene como objetivo garantizar un servicio equitativo a los ciudadanos independientemente de sus creencias religiosas y combatir el proselitismo religioso.

Los usuarios, por su parte, no están sujetos a esta neutralidad, pero se les exige que, en su expresión religiosa, respeten el orden público establecido por la ley.

En particular, recordamos el papel esencial del maestro en nuestra sociedad y la importancia de la escuela, que debe ser preservada de los males que afectan a la sociedad. En caso de conflictos o desacuerdos, se buscará primero el diálogo y, como último recurso, los tribunales están facultados para arbitrar las controversias.

Con el fin de preservar la paz y la armonía civil, pedimos el respeto de todos los ciudadanos y, en particular, de aquellos que llevan a cabo una misión de servicio público y de interés general.

Artículo 9 - Lucha contra el odio, la propaganda y la desinformación antimusulmana

Los musulmanes en Francia y los símbolos de su fe son con demasiada frecuencia el blanco de actos hostiles. Estos actos son obra de una minoría extremista que no debe confundirse con el Estado o el pueblo francés.

Por consiguiente, las denuncias de presunto racismo de Estado, como todas las posturas victimizadas, equivalen a una difamación. Alimentan y exacerban tanto el odio antimusulmán como el odio a Francia.

La difamación y la propagación de información falsa son delitos. Su prohibición es un requisito moral: "¡Oh tú que crees! Si un pervertido te trae noticias, compruébalo, no sea que dañes a gente inocente por ignorancia y luego sientas remordimiento" (Corán, 49:6).

En nuestro país, que con demasiada frecuencia es blanco de una propaganda que lo denigra, millones de creyentes acuden pacíficamente al servicio religioso de su elección y millones más se abstienen de hacerlo libremente. Esta realidad, que nos parece normal, no es, por desgracia, la de muchas sociedades del mundo actual.

Hacemos un llamamiento para que se eviten los libros, folletos, sitios web, blogs, vídeos, que propagan ideas de violencia, odio, terrorismo o racismo en cualquier forma. Las corrientes extremistas se basan en conceptos belicosos4,  incitando a la violencia y a la secesión en discursos que dañan tanto a la sociedad francesa como a la imagen del Islam y de los musulmanes.

Estamos trabajando para educar a los jóvenes para protegerlos de los autoproclamados imanes que transmiten tal visión del Islam.
Favorecemos el corpus francés y francófono para permitir una mejor asimilación de los conceptos por parte de los musulmanes de Francia y una mayor transparencia del discurso. Rechazamos cualquier discurso del extranjero que tenga por objeto, en total ignorancia de las realidades de nuestra sociedad, crear discordia y dividirnos.

Artículo 10 - Respeto de la Carta

Los firmantes son conscientes de que esta carta los compromete conjunta y solidariamente. Aplican sus principios y valores en sus respectivas asociaciones.

Si al menos dos federaciones consideran que se ha cometido una infracción de la presente carta, podrán decidir abrir una investigación, cuyo contenido definirán. Tras este procedimiento contradictorio, se establecerá una infracción si es reconocida por al menos dos tercios de las federaciones, mediante una declaración escrita de motivos.

Esto lleva a la exclusión del infractor de todos los organismos representativos del Islam de Francia.

Notas a pie de página

  1. Como recuerda el artículo 17 del Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos, nadie puede justificar un derecho legítimo a "dedicarse a cualquier actividad o realizar cualquier acto tendente a la destrucción de los derechos o libertades reconocidos en el Convenio".
  2. "Todos los hombres nacen libres e iguales en derechos". 
  3. Por "Islam político", esta Carta se refiere a las corrientes políticas y/o ideológicas comúnmente conocidas como Salafismo (Wahhabismo), Tabligh y las relacionadas con el pensamiento de la Hermandad Musulmana y las corrientes nacionalistas afines.
  4. No se incluyen en la definición conceptos como: al-wala wa-l bara (alianza y repudio), takfir wa-l hijra (anatema y exilio), dar al-harb wa dar al-islam (territorio de guerra y territorio del Islam), etc.
     

Más en Sociedad