Un paisaje de Van Gogh nunca antes exhibido será subastado este mes
Una pintura escondida durante mucho tiempo, obra de Vincent van Gogh, se subastará en una venta conjunta en Sotherby’s y Mirabaud Mercier este mes. Se estima que este cuadro que se ha mantenido en la misma colección privada francesa durante más de un siglo se venderá por entre 6 millones y 9,7 millones de dólares (entre 5 y 8 millones de euros).
Esta obra, ‘Escena Callejera de Montmartre’, no había sido exhibida públicamente; sin embargo, ha sido documentada y ha aparecido en siete catálogos. El artista pintó la obra en 1887, durante una estancia de dos años en París donde convivía con su hermano Theo en la Rue Lepic.
En un comunicado de Claudia Mercier y Fabien Mirabaud, propietarios de Mirabaud Mercier dijeron que les cautivó de inmediato el trabajo al verlo por primera vez. Además, propusieron a los clientes, descendientes de los primeros propietarios, una asociación con Sotheby’s para maximizar el grupo de compradores y colaborar en una estrategia de marketing. Antes de la venta del 25 de marzo, la pintura se exhibirá en Ámsterdam, Hong Kong y París.
“Son pocas las obras comparables del período de París que han salido al mercado. Elegimos una estimación conservadora y atractiva”, dijo un representante de Sotheby's Paris. En 2019, estos vendieron una obra titulada ‘Gente Vagando por París’ en París, de Van Gogh, por una suma de 9,7 millones de dólares en Nueva York.
“Muy pocas pinturas del período de Montmartre de Van Gogh permanecen en manos privadas, y la mayoría de las series ahora se encuentran en prestigiosas colecciones de museos de todo el mundo”, dijeron Aurélie Vandevoorde y Etienne Hellman, directores senior del Departamento de Arte Moderno e Impresionista de Sotheby's en Francia.
Vincent van Gogh da testimonio con esta obra de su primer contacto con una nueva ciudad, París, capital del siglo XIX. Asimismo, muestra su primera relación con el arte de los impresionistas y las vanguardias que lo llevaron a abandonar los tonos oscuros de sus primeras obras para desarrollar una nueva paleta.
En este periodo de Van Gogh, la influencia de grabados japoneses en su obra aumentó y pintó bodegones, retratos y paisajes urbanos con estilo impresionista y postimpresionista. Esta época del artista se basaba en el estudio, la renovación y la experimentación.
En ‘Escena Callejera de Montmartre’, Van Gogh elige representar uno de los lugares más famosos de Butte Montmartre, el Molinillo de la pimienta (Moulin Debray), ubicado dentro de los muros del Moulin de la Galette. Este fue construido alrededor de 1865 y fue destruido durante la construcción de la Avenue Junot en 1911. El molino se representa aquí desde el Impasse des Deux Frères, con la entrada al recinto del Moulin de la Galette coronada por linternas decorativas y un carrusel visible detrás de la madera.
La obra es también una inmersión fascinante en Montmartre a finales del siglo XIX, cuando los molinos, que ya no funcionan, se convirtieron en atracciones turísticas y lugares de ocio donde los parisinos se reunían para beber, bailar y relajarse. Muestra una representación viva y original de un distrito de París que sigue siendo un lugar mítico para generaciones de artistas.
Gracias a los contactos de su hermano, trabajó en Boussod&Valadon. una pequeña galería sucesora de Goupil, en el Boulevard de Montmartre. Donde conoció a otros pintores impresionistas como Monet, Renoir y Pisarro. Fue en estos años cuando conoció a Paul Gauguin, quien sostiene un papel importante en la historia de Van Gogh y el corte de la oreja. 
Es en París donde Vincent intenta darse a conocer exponiendo en la propia casa de su hermano Theo, en la tienda de Pére Tanguy, en el café Tambourin, en el Restaurant du Chalet, y en el teatro Libre de París. En la primavera de 1888 Theo consiguió que se expusieran algunas obras del artista en el Salon des Independantes, con lo que su obra comenzó a ser conocida por un público más amplio.
Sin embargo, París acaba agotándole ya que se le presentaron preocupaciones familiares y sociales (relaciones con pintores, largas discusiones sobre arte, abuso de la bebida, entre muchos otros). Por ello, sintió la necesidad de cambiar de aires y buscar un lugar más tranquilo donde poder pintar en plena naturaleza todo el año.
