Con la intención de abrir sus puertas el próximo año, el Gran Museo Egipcio se ha convertido en el más grande del mundo

Una construcción faraónica: El Gran Museo Egipcio

PHOTO/AFP - Trabajos de construcción a la entrada del Gran Museo Egipcio (GEM), actualmente en construcción, en Giza, en las afueras suroccidentales de la capital, El Cairo

La pandemia de la COVID-19 ha retrasado todos los planes de grandes inauguraciones, como la del Gran Museo Egipcio. El presidente egipcio Abdelfatah al Sisi ordenó el pasado abril que se aplazara la apertura del gran museo hasta 2021. Aunque la apertura de esta instalación estaba programada para 2011, el retraso en la construcción y la inestabilidad que desde ese año vive el país ha demoraron su puesta en marcha durante prácticamente una década. 

Se trata del museo más grande del mundo. Con 490.000 metros cuadrados, tiene el tamaño de una gran terminal de aeropuerto. El propio ministro de Antigüedades y Turismo egipcio, Khaled al- Anany, lo ha denominado como la “Cuarta Pirámide”. Esta imponente construcción, albergará más de 100.000 piezas de egiptología, entre ellas 3.500 reliquias del famoso “faraón niño” Tutankamón.

Es esta galería, la que recoge las reliquias de Tutankamón, la atracción estrella del museo. Además de los tesoros de oro, como máscaras, diademas, ataúdes, carros y joyas, los visitantes podrán ver más objetos cotidianos, como los bastones del faraón, taparrabos, juegos y cajas de comida con semillas de cilantro y bayas de enebro, por ejemplo. Japón ha sido uno de los principales patrocinadores del museo, a través de la Agencia de Cooperación Internacional de Japón, que a través de prestamos por valor del 75% del costo, ha formado a cientos de conservadores egipcios.

El Gran Museo Egipcio tiene una importancia capital para el país. El general Moftah, encargado de la supervisión del a construcción del museo, dijo que lo que espera el presidente Al Sisi de este edificio es “la perfección". La economía del país del Nilo ha estado muy golpeada en los últimos años, primero por las inestabilidades políticas y sociales que desembocaron en las grandes revueltas de 2013 y ahora tras la crisis de la COVID-19, el sector turístico ha sido el gran damnificado. Egipto es un país que depende del tercer sector y necesita urgentemente que los turistas regresen. Moftah espera que el museo atraiga a entre dos y tres millones de visitantes el primer año, con la esperanza de que se llegar hasta los ocho.

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