La guerra en Ucrania ha obligado a Europa a buscar nuevos socios energéticos con el fin de reducir la dependencia de Rusia. Argelia se ha perfilado como un posible aliado en esta materia y ha llegado a acuerdos con países como Italia. No obstante, a pesar de la necesidad europea de encontrar nuevos mercados, numerosos analistas han advertido sobre Argelia y el posible uso que podría hacer del gas con el objetivo de conseguir sus metas políticas.
Recientemente, una eurodiputada también ha alertado acerca del “uso de suministros energéticos por parte de Argelia como arma política”, algo que, en palabras de la política “tiene consecuencias directas para los ciudadanos de la Unión Europea”.

Susana Solís Pérez, del grupo Renew Europe, ha preguntado a la Comisión Europea si continúa considerando a Argelia un socio fiable en lo que respecta al suministro de energía. Asimismo, ha consultado a la institución europea si considera la posibilidad de que Argel “actúe a instancias de Rusia para agravar la crisis energética”.
Solís Pérez recuerda que, después de que Argelia rompiese relaciones diplomáticas con Marruecos en agosto de 2021, el Gobierno de Abdelmadjid Tebboune decidió no renovar el contrato de operación del Gasoducto Magreb-Europa (MGE). Esta tubería, que une a Argelia con España y Portugal a través de Marruecos, costó unos 2.300 millones de euros.

Su cierre “redujo la cantidad de gas que recibía Europa y contribuyó a aumentar los precios de la energía”, señala la eurodiputada. Igualmente, Solís Pérez ha aludido a la crisis diplomática entre Argelia y España después de que el Gobierno de Pedro Sánchez considerase la propuesta marroquí para el Sáhara Occidental como la base “más seria, realista y creíble”.
Argel respondió a este giro político incrementando el precio del suministro de gas a España a través del gasoducto Medgaz. “Este aumento de precios se ha sumado a las dramáticas consecuencias que las erráticas políticas económicas y energéticas del Gobierno español están teniendo sobre las personas”, indica Solís Pérez. Argelia también impuso restricciones al comercio con España durante casi dos meses.

No es la primera vez que desde el Parlamento Europeo advierten sobre Argelia. A mediados de noviembre, 17 eurodiputados expresaron su “profunda preocupación” por los lazos “cada vez mayores” entre Argelia y Rusia. Igualmente, reconocieron su “asombro” después de que Argel se abstuviese a votar las resoluciones de Naciones Unidas que condenan la invasión rusa en Ucrania. Los eurodiputados recordaron que Argelia se unió a países como Siria al votar en contra de la expulsión de Rusia del Consejo de Derechos Humano de la ONU.
De acuerdo con los políticos europeos, estas decisiones demuestran “el apoyo de Argelia a las aspiraciones geopolíticas de Moscú”, así como su “doble rasero”. Rusia es el principal proveedor de armas a Argelia, hecho que también destacan los eurodiputados. Argel se encuentra “entre los cuatro principales compradores de armas rusas en todo el mundo”, añaden. En 2021 ambos países llegaron a un acuerdo militar valorado en más de 7.000 millones de euros. Esta alta suma de dinero, tal y como subrayan ayudará a “la maquinaria de guerra rusa en Ucrania”.

Los vínculos entre Argel y Moscú también han sido condenados por varios miembros del Congreso de Estados Unidos, quienes además piden sanciones contra el régimen argelino basándose en la Ley de Contrarrestar a los Adversarios de Estados Unidos a través de Sanciones (CAATSA). A través de esta orden federal, Washington sanciona a países que lleguen a acuerdos de defensa o inteligencia con ciertas naciones, como Corea del Norte, Irán o Rusia.
“La creciente relación de Argelia con Rusia representa una amenaza para todas las naciones del mundo”, escribió la republicana Lisa McClain el pasado mes de septiembre en una carta dirigida al presidente Joe Biden firmada por un grupo de congresistas, incluidos demócratas. El senador republicano Marco Rubio también ha presionado al Gobierno para que apruebe un paquete de sanciones contra Argel.