En busca de la liberación del oponente Navalny, los rusos han salido a las calles en contra de su sentencia

Una nueva ola de manifestaciones en Rusia se salda con 5.300 detenidos

photo_camera PHOTO REUTERS/Maxim Shemetov - Policías rusos golpean a manifestantes en una concentración de apoyo al opositor Alexei Navalny en Moscú

Al menos 5.300 personas fueron detenidas en 88 ciudades, en especial en Moscú (1.800) y San Petesburgo (1.176), según la organización OVD-Info que se especializa en el seguimiento de las manifestaciones. Señalan que es un cifra récord en la historia de la Rusia moderna. Según la Unión de Periodistas Rusos, al menos 60 miembros de la prensa han sido arrestados.

Los partidarios de Alexei Navalny se manifestaron el domingo 31 de enero durante una jornada de movilización para pedir la liberación del opositor encarcelado. Se experimentó una creciente tensión con las autoridades rusas y la policía que desplegó un amplio dispositivo. Además, se ha cerrado el acceso al centro de varias ciudades para evitar reuniones no autorizadas de los protestantes.

Los manifestantes originalmente pretendían reunirse frente a la sede del Servicio Federal de Seguridad (FSB), los grupos se dirigieron al centro de detención donde está encerrado Navalny, pero no tuvieron éxito y volvieron al centro de Moscú. 

A primera hora de la tarde, el equipo de Navalny anunció el fin de la manifestación en Moscú. La esposa de Alexei Navalny, Yulia Navalnaia, fue detenida por la policía cuando acudía a participar en el mitin, según informan varios medios de la oposición.

Por su parte en San Petersburgo, se reunieron casi 2.000 personas en una plaza del centro que fueron dispersadas por las fuerzas antidisturbios y la policía realizó varios arrestos. 

En Novosibirsk, la tercera ciudad más grande de Rusia, los medios independientes “Taiga” estimaron el número de manifestantes en más de 5.000, una de las mayores manifestaciones antigubernamentales de los últimos años.

La mayoría de los aliados cercanos de Navalny fueron puestos bajo arresto domiciliario el viernes 29 de enero por los tribunales rusos, dos días después de una serie de registros que se dirigieron principalmente a la casa de su esposa y las instalaciones de su organización, el Fondo de Lucha contra la Corrupción.

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El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, denunció en Twitter el uso continuo de tácticas brutales por parte de Rusia contra los manifestantes pacíficos y periodistas por segunda semana consecutiva. Asimismo, pidió a las autoridades rusas que liberasen a Navalny y a sus seguidores. 

“Lo que vemos hoy no tiene nada que ver con proteger los derechos o luchar por una vida mejor. Lo que estamos viendo hoy es una provocación”, respondió el enviado de derechos humanos de Vladimir Putin, Valeri Fadeev. “La enorme injerencia de Estados Unidos en los asuntos internos de Rusia es un hecho, como la promoción de información falsa y llamadas a participar en acciones ilegales por parte de plataformas de internet controladas por Washington”, dijo en Facebook el canciller Sergei Lavrov.

El canciller de la Unión Europea, Josep Borrell, en Twitter deploró las detenciones masivas y el uso desproporcionado de la fuerza. 

Navalny regresó a Rusia el 17 de enero después de meses de recuperación en Alemania de un envenenamiento del cual acusa al presidente Vladimir Putin. Pidió a los rusos que saliesen a las calles a través de su blog. El sábado pasado se dieron las primeras reuniones de decenas de rusos de todo en todo el país que resultaron en más de 4000 arrestos y la apertura de 20 causas penales.  

Se llevan a cabo en el contexto de la comparecencia de Navalny ante los jueces, programada para la próxima semana. Desde su regreso a Rusia, el oponente ha sido objeto de una multitud de procedimientos legales por motivos políticos. El oponente se enfrenta a alrededor de dos años y medio de cárcel por la violación de las condiciones de una sentencia condicional de tres años y medio de prisión que se le impuso en 2014.

Anteriormente las autoridades habían advertido a los partidarios de Navalny que los manifestantes podrían ser procesador por “disturbios masivos” si los mítines terminan en violencia. Roskomnadzor, el gendarme de telecomunicaciones ruso, anunció que iba a sancionar a las redes sociales por “dejar mensajes alentando a los menores a manifestarse”.

Las protestas también se han dado por la difusión de una investigación del oponente que acusa a Putin de beneficiarse de un enorme palacio valorado en más de mil millones de euros a orillas del Mar Negro. El presidente ha negado las acusaciones y las relaciona con el lavado de cerebro de los rusos. La televisión pública ha transmitido imágenes que muestran la construcción de la residencia, pero lejos del lujo descrito por el oponente.

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