A pesar de los múltiples ensayos clínicos que hay en marcha, se cree que una vacuna podría tardar meses en ser desarrollada

¿Una vacuna para el coronavirus?

PHOTO/STR via AFP - Miembros del personal médico llevan a un paciente a un hospital de Wuhan

A medida que el COVID 19 se extiende por todo el mundo, científicos de todo el mundo se esfuerzan para encontrar un remedio lo antes posible. La rápida secuenciación genética del virus llevada a cabo por los profesionales chinos ha posibilitado la puesta en marcha de numerosos ensayos clínicos. Por el momento, la mayor parte ya han sido testados en animales. Profesionales de laboratorios británicos y estadounidenses creen que se podría comenzar a probarlos en humanos en apenas unas semanas, en el próximo mes de abril.

Uno de los focos más importantes de la lucha contra la enfermedad se encuentra en Israel. En este país, miembros de prestigiosas instituciones científicas, tales como el Instituto de Investigación Biológica, dependiente del Ministerio de Defensa, trabajan contrarreloj para desarrollar una vacuna.

A pesar de que se ha especulado con la posibilidad de que el hallazgo fuese cuestión de días, Defensa no ha tardado en salir al paso y templar los ánimos. En un comunicado oficial, el Ministerio ha negado que se esté cerca del descubrimiento. No llevará días, como vaticinaron algunas informaciones aparecidas en prensa, sino que, más bien, se tratará de una investigación que se prolongará durante bastantes meses. Según expertos consultados por el diario Times of Israel, lo más probable es que la vacuna tarde un año en estar lista para su distribución y administración a los ciudadanos. 

Cuando el inyectable esté preparado, países que son, incluso, enemigos tradicionales de Tel Aviv han manifestado estar dispuestos a recibir las dosis correspondientes. Es el caso de Irán, uno de los territorios más afectados por el virus desde que salió de China. “No es permisible comprar y vender a los sionistas de Israel, a menos que el tratamiento sea el único y no haya sustitutivo. Entonces, no habría problema”, concedió este jueves el gran ayatolá Naser Makarem Shirazi, uno de los clérigos más importantes de Teherán. El régimen ha estado pidiendo repetidamente el levantamiento de las sanciones y fondos al Fondo Monetario Internacional para frenar la expansión de la pandemia, que ha infectado ya, al menos, a 10.000 personas en el país.

Cabe recordar que, con todo, el ritmo de desarrollo de la vacuna es, dentro de lo que cabe, bastante rápido. “La mayoría de las vacunas llevan cinco años de investigación para su descubrimiento y otros dos para su fabricación y pruebas”, recuerda al rotativo británico The Telegraph el doctor Robin Shattock, del Departamento de Enfermedades Infecciosas del Imperial College de Londres. “Tenemos la clase de tecnología para generar una vacuna a una velocidad que nunca antes se ha visto”, apostilla.

Desde China, mientras tanto, el panorama que se observa es más alentador. El presidente Xi Jinping ha declarado que lo peor del brote en su lugar de origen ya ha pasado, aunque se mantienen las medidas excepcionales para evitar nuevos contagios importados de otros países.

En Corea del Sur, otro país que se ha visto bastante afectado por la pandemia, el virus también lleva unas semanas remitiendo. Aunque se ha especulado con que allí se ha aplicado un tratamiento que combina el zinc con un difosfato de cloroquina, portales científicos señalan de que no hay la suficiente evidencia científica como para determinar si este tratamiento es realmente eficaz en el descenso de la letalidad del virus.

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