Exigen la caída del régimen militar argelino y la anulación de las elecciones presidenciales previstas para el 12 de diciembre

Una veintena de arrestos en el 41 viernes de protesta contra el régimen en Argelia

AP/TOUFIK DOUDOU - Una pancarta en árabe que dice: “El pueblo argelino toma su propia decisión”, en una imagen de archivo de una reciente protesta en Argelia

Miles de personas salieron el viernes a la calle por 41 semana consecutiva para exigir la caída del régimen militar argelino y la anulación de las elecciones presidenciales previstas para el 12 de diciembre pese al incremento de los arrestos.

Un incremento de la represión que se produce a escasas dos semanas de los comicios y en medio de campaña electoral marcada por las llamadas al boicot del movimiento popular de protesta popular (Hirak) y varios episodios de enfrentamientos y violencia como el que esta semana ocurrió y que dejó varios heridos en un mitin del exprimer ministro Ali Benflis.
Benflis es uno de los cinco candidatos que concurren a la cita, ninguno de los cuales pertenece al Hirak, y uno de los favoritos junto al también exprimer ministro, Adelmejid Tebboune, que se sitúa el primero en los pronóstico de los expertos.

Tanto Benflis como Tebboune y el resto de los candidatos, y en particular el jefe del Ejército y nuevo hombre fuerte del país, general Ahmed Gaïd Salah, fueron hoy el blanco de las protestas de los manifestantes, que volvieron a desbordar las callees como hacen cada viernes desde el pasado 22 de febrero.

En un ambiente festivo, los miles de personas congregadas en Argel marcharon al grito de "poder asesino", "mano a mano, juntos hasta obtener la independencia" o "no queremos un nuevo al régimen militar, lárgate ya Gaïd Salah", uno de los hombres que a finales de marzo pasado lideró la presión política para forzar la renuncia del presidente Abdelaziz Bouteflika al pedir su inhabilitación.

La marea humana desbordó las principales arterias del centro de Argel, en particular la avenida Didouche Mourad en dirección a la Gande Poste, vigilada como todo el recorrido por un enorme dispositivo de seguridad con más de un millar de agentes antidisturbios, gendarmes, policías y agentes de paisano reforzados con vehículos de la Policía militar.
Por primera vez, los vehículos bloquearon gran parte de las aceras en previsión del "tsunami humano" al que ha llamado el Hirak de aquí a las elecciones del día 12.

Horas antes, cerca de una veintena de personas fueron detenidas en los aledaños, según confirmó a Efe una fuente de Seguridad.

En una resolución aprobada el jueves, el Parlamento Europeo condenó "enérgicamente las detenciones arbitrarias e ilegales, así como la prisión, los ataques e intimidación de periodistas, sindicalistas, abogados, estudiantes, defensores de los derechos humanos y de manifestantes pacíficos".

En repuesta, el Gobierno argelino denunció una "injerencia flagrante en sus asuntos internos" y un "desprecio" de las instituciones argelinas.

"El Parlamento Europeo, por instigación de un grupo heterogéneo de diputados, osó tomarse la libertad de decidir sobre el proceso político en curso en nuestro país, en el momento en que los argelinos van a elegir, como cualquier democracia y con transparencia, un nuevo presidente de la República", precisó en un comunicado el Ministerio de Asuntos Exteriores.

"Queréis elecciones sin pueblo y nosotros queremos nuestras Argelia sin vosotros traidores" era este viernes una de las múltiples respuestas en la calle en forma de pancarta al comunicado del ministerio.

"No a la prolongación del sistema deficiente a través de las elecciones, sí a una transición seria", "el pueblo rechaza en masa las elecciones" eran algunas otras visibles en otras ciudades del país como Oran, Mostaganem, Sidi Bel Abbes, Blida o la Cabilia.

Los manifestantes reclamaron, asimismo, la liberación de los cientos de ciudadanos detenidos desde el pasado mes de junio, entre los que figuran importantes figuras del Hirak como el héroe de la guerra argelina Lajdar Buregaa o el activista político Karim Tabbou.
También fueron detenidos, juzgados y condenados a prisión el hermano de Bouteflika, Said, al que se suponía el verdadero poder en la sombra, y el general Mohamad Mediane "Tawfik", jefe de los influyentes servicios secretos durante 25 años, al que se consideraba el sucesor.

La campaña de "manos limpias" impulsada por Gaïd Salah tras la renuncia del mandatario también ha llevado a prisión a otros miembros del llamado "clan Bouteflika", en su mayoría militares de alto rango, empresarios y políticos.
 

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