Yemen: la tregua es la mejor oportunidad para la paz, debemos aprovecharla, dice enviado de la ONU
La tregua que se mantiene en Yemen entre el Gobierno y los hutíes desde el 2 de abril pasado es la mejor oportunidad para la paz, afirmó este lunes el enviado especial de la ONU para ese país árabe.
En su informe periódico al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, Hans Grundberg reportó que esta pausa ha dado como resultado una reducción de dos tercios de las víctimas civiles con respecto a los tres meses previos a ella. Las bajas ahora se deben sobre todo a las minas antipersona o a los artefactos que no habían explotado, explicó.
Además, la tregua ha permitido la entrada al país de combustibles que han evitado la suspensión de servicios públicos esenciales como el agua limpia, los cuidados de salud, la electricidad y el transporte.
Sin embargo, la tregua expirará dentro de tres semanas y hay denuncias de que las partes están enviando refuerzos a las principales zonas de combate, entre ellas Ma´rib, Hudaydah y Taiz.
Grundberg señaló que en las últimas semanas se ha registrado una escalada preocupante en la retórica de ambas partes, que cuestionan los beneficios de la tregua.
El diplomático aseveró que estas declaraciones son peligrosas y llamó al Gobierno y a los hutíes a la contención.
“Seamos claros, la alternativa a la tregua es el regreso a las hostilidades y probablemente a una fase intensificada del conflicto con consecuencias para los civiles y la seguridad regional, entre otros efectos predecibles”, dijo.
Recordó que entre los muchos beneficios tangibles de la tregua destaca también la reanudación de algunas obras públicas e inversiones internacionales.
Asimismo, advirtió que a la luz del aumento de los precios del combustible y de la situación económica mundial, aún queda mucho por hacer para asegurar que el combustible, la electricidad y los bienes de consumo estén disponibles y sean asequibles para la población en todo el país.
El enviado indicó que las partes en conflicto han enfatizado la importancia de construir sobre la tregua para abordar las prioridades económicas y de seguridad, y para no perder la oportunidad de paz que proporciona.
“Muchas de esas prioridades coinciden con las planteadas por los diversos grupos de hombres y mujeres yemeníes que he consultados desde marzo”, apuntó.
Grundberg anunció que, en las próximas semanas, hablará con las partes sobre la posibilidad de una extensión más larga de la pausa y un acuerdo de tregua ampliado.
“Esto daría el tiempo y la oportunidad de iniciar discusiones serias sobre la economía y la seguridad, abordar cuestiones prioritarias como los ingresos, el pago de salarios, y avanzar hacia un alto el fuego. Pido a las partes que se comprometan conmigo en estos temas con un sentido de urgencia y flexibilidad”, enfatizó.
En este punto, subrayó la importancia de una participación amplia de la población en las discusiones, incluyendo a las mujeres, los jóvenes y la sociedad civil, para asegurar un acuerdo político sostenible que abarque las aspiraciones y demandas legítimas de todos los yemeníes.
Para terminar su intervención, el diplomático sostuvo que las próximas semanas serán vitales para determinar el camino a seguir.
“La tregua representa la mejor oportunidad que hemos tenido en años para la paz en Yemen y deberíamos alentar y apoyar a las partes para que la aprovechen al máximo en beneficio del país en su conjunto”, concluyó Grundberg.
La subsecretaria general de Asuntos Humanitarios también presentó un informe a los integrantes del Consejo de Seguridad.
Joyce Msuya alertó de que la catástrofe humanitaria que ya se vive en Yemen está por empeorar.
Las necesidades humanitarias en todo el país, incluido el riesgo de hambruna en algunas áreas, podrían aumentar considerablemente en las próximas semanas y meses, abundó.
“La comunidad internacional debe actuar con rapidez y decisión para detener esto”, recalcó Msuya.
La alta funcionaria argumentó que la guerra de Ucrania es una amenaza a las cadenas de suministro que surten los alimentos a Yemen. El país árabe debe importar casi el 90% de los víveres que necesita. El año pasado, poco menos de la mitad del trigo que consume provino de Rusia y Ucrania.
