Se han recrudecido los combates entre las tropas leales al Gobierno, los hutíes y las fuerzas separatistas del Cinturón de Seguridad

Yemen se desangra por las tensiones en el golfo Pérsico

photo_camera REUTERS/FAWAZ SALMAN. - Un miembro de las fuerzas respaldadas por EAU está de guardia mientras los partidarios de los separatistas del sur de Yemen se unen en Aden, Yemen, 6 de agosto de 2019.

La ciudad portuaria de Aden, localizada en el suroeste de Yemen, se ha convertido en un auténtico campo de batalla en las últimas semanas. Además de haber sido escenario de dos ataques terroristas el pasado 1 de agosto – uno de ellos cometido por Daesh contra una estación de la Policía que dejó 13 muertos y el otro llevado a cabo por los hutíes contra un desfile militar de las fuerzas del Cinturón de Seguridad, provocando, al menos, 36 víctimas mortales – ahora se han comenzado a recrudecer los enfrentamientos entre los separatistas sureños y las tropas del Gobierno yemení de Abd Rabbuh Mansur al-Hadi. 

Según varios testigos consultados por la agencia Efe, las fuerzas de la llamada Protección Presidencial, afín al Ejecutivo reconocido internacionalmente, han intercambiado disparos con los efectivos del Cinturón de Seguridad, un cuerpo respaldado por Emiratos Árabes Unidos (EAU), pues este país ha formado y entrenado a más de 90.000 tropas, de las cuales, una parte estaría integrada en este contingente – se estima que cerca de 13.000 efectivos-.  

Del mismo modo, se habrían producido explosiones continuadas y se habrían lanzado cohetes que habrían impactado contra las viviendas de la zona, sobre todo, en el céntrico barrio de Crater. Uno de los testigos con el que ha podido contactar Efe, asegura, además, que los choques habrían comenzado a concentrarse en los cuarteles de Jabal Hadeed, donde los bandos habrían desplegado tanques y vehículos militares con el objetivo de controlar el área.

Desfile de graduación de nuevos efectivos en Aden, Yemen, el 1 de agosto de 2019.

Cabe recordar, en este punto, que la ciudad de Adén está controlada por el Gobierno y, por ello, recientemente, ha sido blanco de los ataques de los hutíes. De hecho, según la cadena leal a la rebelión hutí, el atentado del pasado 1 de agosto fue “una preparación para un movimiento militar contra las regiones controladas por el Gobierno”, entre las que se incluye Aden.

Ahora, con la involucración del Cinturón de Seguridad, tres bandos se estarían disputando la gobernanza de la ciudad: el Gobierno, los hutíes, y los efectivos del Cinturón de Seguridad, pues estos últimos respaldan al separatista Consejo Transicional Sureño, que aboga por la secesión. El vicepresidente de dicho órgano, Hani bin Buraik, llamó este miércoles a sus tropas a movilizarse contra el Gobierno, tras un atentado cometido este miércoles contra el funeral del comandante del Cinturón de Seguridad, Munir al-Yafee – también conocido como Abu al-Yamamah –, que había perdido la vida en la ofensiva lanzada por hutíes en el que murieron otros 35 efectivos durante un desfile militar. 

Durante el acto fúnebre, en el que se dieron cita de forma masiva partidarios de la secesión del sur de Yemen, así como los líderes del Consejo Transicional Sureño y altos comandantes militares, los guardias del palacio presidencial de Al-Maashiq, ubicado en el barrio de Crater, abrieron fuego contra las personas presentes en el funeral, según denunció el Cinturón de Seguridad, ocasionado la muerte a 11 miembros del Consejo Transicional. Tras ello, los enfrentamientos se reavivaron violentamente en las inmediaciones del banco nacional, la corporación del agua y el hospital de Aden, dejando, al menos, un civil muerto y un menor herido, como recoge la agencia de noticias de Aden. 

La situación es tanto inquietante como alarmante. Según expone International Crisis Group, estos eventos “amenazan con llevar al sur de Yemen a una guerra civil dentro de una guerra civil, lo que profundizaría la que ya es la peor crisis humanitaria del mundo y dificultaría el logro de un acuerdo político nacional”.

Desfile de graduación de nuevos efectivos en Aden, Yemen, el 1 de agosto de 2019.
El conflicto de intereses de Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí

Como se ha expuesto anteriormente, Emiratos Árabes Unidos entrena y apoya a las fuerzas del Cinturón de Seguridad, que se configura como el ala militar del Consejo Transicional Sureño. Los efectivos operan en las regiones de Aden, Lahij y Abyan – escenario, también, de un reciente atentado el pasado 2 de agosto cometido por Al Qaeda – y se han enfrentado tradicionalmente a las organizaciones terroristas yihadistas y a la milicia hutí.

Con los nuevos enfrentamientos declarados entre el Cinturón de Seguridad y las fuerzas progubernamentales de Abd Rabbuh Mansur al-Hadi, Emiratos Árabes Unidos estaría luchando en los dos bandos, pues cabe recordar que el Ejecutivo yemení cuenta con el respaldo de la coalición internacional liderada por Arabia Saudí y en la que también participa EAU.

Sin embargo, cabe destacar que, de acuerdo con una información en exclusiva publicada por Reuters, el país del Golfo ya había tomado la determinación de reducir su presencia militar en Yemen. En la práctica, esto se ha traducido en que EAU ha retirado parte de sus tropas que habían sido desplegadas en Aden y la costa occidental de Yemen. Según tres diplomáticos consultados por Reuters, la decisión se habría producido porque “Abu Dhabi prefiere tener sus fuerzas y equipos a mano si la tensión entre Estados Unidos e Irán aumentara todavía más, lo que supondría tener la amenaza más cerca de casa”. 

El país del Golfo había anunciado, el pasado 8 de julio, que cambiaría “el enfoque prioritario de la estrategia militar” hacia un ámbito más diplomático, por lo que reduciría el número de tropas desplegadas en la región. Por aquel entonces, funcionarios de Riad se habrían entrevistado con sus homólogos emiratíes para disuadirlos, sin éxitos, de la reducción de efectivos. En la línea con lo anterior – el enfrentamiento entre los separatistas y el Gobierno –, un alto funcionario de EAU preguntado por Reuters sobre los últimos acontecimientos aseguró que esto no implica que dejarán “un vacío en Yemen”, ya que siguen “comprometidos con la coalición militar” dirigida por su país vecino, Arabia Saudí.  

No obstante, Foreign Policy sí establece una relación entre los enfrentamientos de esta semana y la decisión emiratí: “EAU está dejando atrás el posible conflicto entre las milicias que nutrió en las zonas que tenían”. “Si el estancamiento conduce a la partición de Yemen, los intereses generales de EAU se verían comprometidos, puesto que habría un Yemen meridional independiente controlado por políticos y militares pro-EAU”, reza la publicación, algo intolerable para el Gobierno reconocido internacionalmente secundado por la coalición.

Además, esto reflejaría “la política interna de la coalición anti-hutí de Yemen, unida contra un enemigo común pero fragmentada y carente de una identidad compartida”, pues revelaría, en este sentido, “los diferentes intereses de Riad y Abu Dhabi, porque, aunque las dos partes en Adén reclaman el pleno apoyo de la coalición, las fuerzas leales a Hadi cuentan con el respaldo de Arabia Saudí, mientras que EAU respalda al Consejo Transicional y al Cinturón de Seguridad”, explica International Crisis Group. Esta organización expone, asimismo, que “la lucha en Adén no es el primer enfrentamiento entre las fuerzas respaldadas por Arabia Saudí y EAU en Yemen, pero si continúa, podría ser la más destructiva”, ya que “si las tensiones en Adén no se pueden aliviar, el riesgo es alto de que se extiendan a otras partes del sur”. 

International Crisis Group recuerda que lo que ha mantenido unidas a los dos países del Golfo durante este tiempo y ha permitido un equilibro estable ha sido “el imperativo de derrotar a los hutíes”

Ante este escenario, la única reacción oficial ha provenido del ministro de Exteriores emiratí, Anwar Gargash, quien en su cuenta de Twitter ha publicado que “es necesario hacer un llamamiento a la calma”. 

Más en Política