Kiev y Moscú acuerdan el establecimiento de un corredor humanitario y la fijación de un alto el fuego temporal durante la evacuación de civiles

Zelenski propone a Putin un cara a cara: “¿De qué tienes miedo?”

PHOTO/ARCHIVO - El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, en un mensaje a la nación durante la invasión rusa

Vladímir Putin está dispuesto a llegar hasta el final. Así se lo ha trasladado durante una conversación telefónica al presidente francés Emmanuel Macron, quien apuesta a su vez por estrechar el cerco sobre la economía rusa y agotar la vía diplomática para frenar la invasión de Ucrania. Una vía que han secundado este jueves las delegaciones rusa y ucraniana en la ciudad bielorrusa de Brest, próxima a la frontera con Polonia, su segunda toma de contacto desde que comenzara la guerra hace ocho días.

Tres horas de negociación se habrían saldado, según la agencia Reuters, con un acuerdo de mínimos a petición de Ucrania para el establecimiento de un corredor humanitario que permitiera la evacuación de la población civil que reside en los frentes atacados y la fijación de un alto el fuego temporal durante la operación. Y se han citado para un nuevo encuentro, aún sin fecha.

Pero la mesa de negociación no garantiza ninguna tregua, más bien todo lo contrario. La ofensiva militar rusa entra en su octavo día y se recrudece en varios puntos del país después de la caída el miércoles de Jersón, primera ciudad de relevancia, próxima a la península de Crimea, donde el Ejército ruso plantó su bandera tras asediar y bombardear sin descanso contra objetivos civiles. Desde ahí, está previsto que las tropas rusas se dirijan hacia Odesa, bañada por el mar Negro.

Rusia viene concentrando varias embarcaciones en las inmediaciones del puerto, según la inteligencia estadounidense, en un movimiento que deja entrever sus planes para desembarcar y desplegar una incursión terrestre capaz de hacerse con la tercera ciudad más grande de Ucrania y, sobre todo, controlando toda la costa del país. Aunque la parada anterior a este objetivo sería es la ciudad de Mykolaiv, centro administrativo del óblast homónimo, donde ya se han producido ataques.

La ciudad portuaria de Mariúpol, situada a medio camino entre Crimea y el Donbass, es otro de los puntos estratégicos del país. Su control se traduciría en el establecimiento de un corredor que uniera ambos puntos, controlados por las tropas rusas, encapsulando así a las fuerzas ucranianas. La ciudad está siendo sometida al asedio y recibiendo ataques aéreos continuos contra población civil e infraestructuras, y podría caer en manos de Rusia en las próximas horas.

Pero la pieza más codiciada sigue siendo la capital, Kiev, cuya caída en manos de Rusia significaría un punto de inflexión. Sin embargo, el avance entró hace tres días en una fase de letargo ante la incapacidad de las fuerzas rusas a la hora de preparar la incursión terrestre en la ciudad por una precaria logística. El convoy militar de 60 metros permanece a menos de 30 kilómetros de distancia de la plaza de la Independencia, donde hace ocho años se congregaron centenares de miles de personas en el denominado Euromaidán.

Las inmediaciones de la plaza donde se clamaba por un acercamiento efectivo de Ucrania hacia la Unión Europea reciben ahora los ataques aéreos indiscriminados del Ejército de Vladímir Putin. Pero la resistencia ucraniana ha conseguido tejer una estrategia de defensa eficaz teniendo en cuenta su situación de debilidad. Las barricadas colocadas por los civiles, los movimientos de defensa locales y las tropas regulares están dificultando el avance de las fuerzas rusas

Los ánimos se mantienen estables entre las filas ucranianas cuando asciende a 2.000 el número de civiles fallecidos y a un millón la cifra de desplazados. El liderazgo del presidente Volodímir Zelenski, entre otros factores, insufla ánimos a los suyos después del presunto plan frustrado para asesinarle. El presidente ha reconocido este jueves temer por su vida, por la de su familia y por la supervivencia de su tierra, pero ha asegurado que no se rendirá.

“No tenemos nada que perder, excepto nuestra propia libertad y dignidad”, sentenció el presidente ucraniano. “Si alguien piensa que, habiendo superado todo esto, los ucranianos estamos asustados, rotos o nos rendimos, simplemente no sabe nada de nosotros, de Ucrania”. Y pidió a Putin un cara a cara: “¿De qué tienes miedo?”, preguntó Zelenski.

Gomel
Mesa de diálogo

Durante su comparecencia ha cargado además contra el ‘modus operandi’ de Rusia, “destruyendo ciudades y matando a su gente” y ha trasladado que Ucrania sigue recibiendo armas provenientes de sus socios, de “países amigos”. Garantiza su resistencia mientras agota la vía del diálogo enviando a Brest a una delegación encabezada por su ministro de Defensa, Oleksii Reznikov, y exige a la OTAN el cierre del espacio aéreo de Ucrania.

La segunda ronda de conversaciones ha finalizado en Bielorrusia tras una infructuosa primera toma de contacto en la que apenas se produjeron avances. Pero las posturas parecen inamovibles. Putin ha vuelto a declarar dirigiéndose a la nación que considera a rusos y ucranianos “un solo pueblo”. Su objetivo de “desnazificar” y “desmilitarizar” a Ucrania, es decir, neutralizar al país y colocarlo de nuevo bajo la órbita de Moscú, no admite réplica y tampoco parece tener en cuenta las condiciones de Kiev.

Si Ucrania no renuncia a formar parte de la OTAN, Rusia avanzará cueste lo que cueste. Eso confirmaron fuentes del Elíseo después de la conversación entre Putin y Macron, en la que el presidente ruso no mostró ninguna intención de detener la ofensiva y parecía decidido a invadir todo el país. Una hoja de ruta que solo se detendría con un acuerdo lesivo para Ucrania.

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