Entre la profunda crisis económica y las condiciones climáticas adversas que está atravesando el país, muchos niños y niñas han dejado de ir a la escuela

Zimbabue hace obligatoria la escolarización hasta los 16 años

AP/BEN CURTIS - Escuela Primaria de Vimbai en Norton, al oeste de Harare, en Zimbabue

La vida en Zimbabue no es nada fácil, pues como se ha explicado en artículos recientes, el país africano se encuentra sumergido en una grave crisis económica; la peor en una década, y las consecuencias del cambio climático también se ensañan con esta región provocando sequías extremas que desembocan en hambrunas. Como en la mayoría de catástrofes, las principales víctimas son los más jóvenes. 

Entre la profunda crisis económica y las condiciones climáticas adversas que está atravesando el país, muchos niños y niñas han dejado de ir a la escuela, ya que sus familias los necesitan trabajando para aumentar los ingresos. El absentismo escolar en Zimbabue está a la orden del día, especialmente entre las niñas, puesto que la sociedad del país es machista y conservadora y se les inculcan más las tareas de cuidados de la casa; todo ello, sumado a la alta tasa de embarazos en chicas jóvenes, un problema que hace que aparten antes a las chicas del sistema educativo.

El nuevo Gobierno del país pretende cambiar el sistema educativo y han publicado ya en la Gaceta Oficial las nuevas normas. La más relevante es la obligatoriedad de ir a la escuela hasta los 16 años, según recoge Europa Press. De hecho, la ley contempla sanciones económicas (de hasta 230 euros) y penas de cárcel de hasta dos años para los progenitores que no escolaricen a sus hijos menores. Con esta medida, el Gobierno de Mnangagwa pretende reducir el absentismo en las escuelas y potenciar un sistema educativo muy debilitado y azotado por la crisis.

La educación pasa de objetivo a obligación paternal

Así, Zimbabue se pone serio en materia educativa y obliga a los padres y madres a escolarizar a todos los hijos menores de 16 años. Uno de los motivos principales de la falta de escolarización es, sin duda, la falta de fondos de muchas familias, por lo que el Gobierno ha dictaminado que corra a cuenta del Estado tanto las instalaciones, como los materiales y los recursos necesarios para poner todo en marcha. Aunque las tasas académicas corren a cargo de las familias, se ha estipulado que este no sea un motivo de no admisión y se tenga en cuenta la situación económica de cada familia.

Según la nueva normativa “ningún alumno puede ser excluido por el pago de esta estas”. También han aclarado que ni la raza, el género, la religión, tribu, nacionalidad, discapacidad, idioma, ideología política, estado civil, nivel económico o por ser hijo/a de padres solteros es motivo alguno para la expulsión o suspensión de las escuelas. Otro punto importante en este sentido es el tema de los embarazos en chicas jóvenes, condición por la que el Gobierno también ha dicho que no es motivo para expulsar a ninguna mujer de los colegios. 

Con esta reforma educativa se pretende relanzar la educación del país para que tanto niños como niñas tengan garantizado su acceso y estén formados hasta, al menos, los 16 años, sin que tengan impedimentos de ningún tipo para acudir a la escuela. Los datos señalan que alrededor del 60% de los alumnos del país han abandonado las aulas por la falta de fondos de sus familias para pagar las tasas (datos de ZimVac), por lo que esta nueva ley puede suponer un gran cambio en el futuro educativo de los más jóvenes.

Escolares en el primer día del curso escolar, en Kuwadzana, en las afueras de la capital Harare, en Zimbabwe, en esta foto de archivo del 10 de septiembre de 2019
Más de la mitad de la población se encuentra en riesgo de inseguridad alimentaria

Pero, además de los nuevos retos educativos que intenta superar el nuevo Gobierno de Zimbabue, 2020 va a seguir siendo un año muy duro para la mayoría de la población. El país lleva alrededor de un lustro con lluvias irregulares, graves sequías y una disminución notoria de las cosechas, lo que ha hecho que se encarezcan enormemente productos de primera necesidad como el pan, el maíz e incluso el agua, que ya es un bien escaso.

Todo esto ha agudizado más la crisis económica que atraviesa la nación y aumenta el riesgo de una grave hambruna para un gran número de personas. De hecho, se estima que unos cuatro millones de habitantes (la mitad de la población) viven ya con carencias alimentarias. Una situación que puede empeorar y por lo que el Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha solicitado más fondos y más ayuda internacional.

Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato