Pibe, qué te pasa

Raúl Redondo

Pie de foto: Lionel Messi con la selección de Argentina. REUTERS/DYLAN MARTINEZ

Lionel Messi volvió a jugar un nuevo partido con Argentina tras una ausencia prolongada después de haber disputado el último Mundial de Rusia el verano pasado, en el que el combinado albiceleste cayó en octavos de final ante Francia, que se convertiría en el ganador final del torneo, y lo hizo con una nueva decepción tras la derrota cosechada en partido amistoso en el disputado en el Wanda Metropolitano de Madrid 1-3 ante Venezuela, una de las selecciones de menor nivel actualmente en Sudamérica.

El astro argentino llevaba 265 días sin competir con su selección a modo de descanso tras la última cita mundialista y el regreso no pudo ser peor para el jugador del Barcelona. Derrota dura ante una selección inferior después del mal papel argentino en el pasado Mundial.

Tras este episodio, se volvieron a cargar las tintas contra el desempeño del delantero argentino con su combinado nacional, sobre todo en comparación con las grandes actuaciones que sigue teniendo cuando defiende la camiseta de su club de toda la vida, el Barcelona. Messi es uno en el club azulgrana y otro muy diferente con Argentina.

Muchos achacan este desequilibrio de rendimiento por la diferencia de nivel entre los compañeros que tiene en el Barcelona y los que tiene en la selección, considerando que puede brillar más con el equipo que le paga ya que el nivel de los futbolistas del club azulgrana es superior al de los de Argentina, lo cual le permite desarrollar más su fútbol y dedicarse plenamente a tareas ofensivas donde brilla más. En muchos casos se entiende que el rosarino debe emplearse más con Argentina en tareas de construcción de juego e incluso de lucha y brega, mientras, por el contrario, el Barcelona es un equipo que tiene más el control del juego por el estilo de fútbol que practican y Messi solamente se tiene que dedicar más en exclusiva a la labor de abrir las defensas rivales.

En cambio, otra corriente de opinión insiste en que a Messi le falta el carácter suficiente para llevar el peso de la selección albiceleste en las grandes competiciones, sobre todo en la cita mundialista, teniendo en cuenta la comparación con la gran figura y el gran icono del fútbol argentino, Diego Armando Maradona, que logró echarse a la selección a sus espaldas, brillando en plan estelar, para lograr ganar el Mundial de México de 1986 y conducir al combinado albiceleste a la final del Mundial de Italia 90, donde solamente sucumbieron ante la campeona Alemania y de penalti. 

Messi sí logró llegar a la final del Mundial de Brasil de 2014, en la que Argentina perdió ante Alemania, pero no logró brillar al nivel que lo hizo Maradona en su época. Al ‘pelusa’ se le recuerdan actuaciones verdaderamente fantásticas, como la famosa jugada ante Inglaterra en los cuartos de final del Mundial de México, en la que dribló a todo inglés que le salió al paso para batir con tranquilidad a Peter Shilton o la espectacular acción ante Brasil en los octavos de final del Mundial de Italia, en la que dejó solo a Caniggia para que éste encarase a Taffarel y le batiese convirtiendo el gol que permitía a Argentina seguir adelante en la competición eliminando a uno de los grandes favoritos del momento.

Desde Argentina se ha utilizado en este sentido la expresión ‘pecho frío’ para describir la falta de carácter de Messi cuando juega con el combinado nacional, en contraposición al genio y personalidad de un Diego Armando Maradona que lideraba totalmente al combinado nacional.

Las cifras estadísticas desvelan que Messi es uno con el Barcelona y otro muy distinto con Argentina, sobre todo en lo concerniente al promedio goleador. El rosarino alcanza un promedio de 0,90 goles por partido en el Barcelona (casi a gol por encuentro disputado), lo que es un dato superlativo, pero, en cambio, con la selección de su país llega a un 0,51 únicamente, lo que significa un gol cada dos partidos.

Baja ante Marruecos

El siguiente partido al de Venezuela fue el disputado contra Marruecos, con victoria 0-1 para Argentina, y ahí directamente Messi causó baja por unas molestias musculares, evitando así el desplazamiento a tierras marroquíes, aunque poco después ya estaba entrenando con su club de cara a los próximos compromisos del Barcelona.

Según el diario marroquí Al Ahdaz al Magrebiya, esta baja incluso le supuso la pérdida de dinero a la Asociación del Fútbol Argentino porque el contrato por el partido amistoso contemplaba el pago de un millón de euros para que Argentina disputase el encuentro, siempre y cuando Messi jugase al menos 70 minutos, y con la ausencia de Messi la cifra se rebajaba a 550.000 euros.

Desde Marruecos hubo bastante descontento por la no participación del rosarino, que era el gran reclamo para el partido amistoso disputado en Tánger, debido a la repentina baja del atacante por molestias físicas, tras la cual regresó rápidamente a la disciplina del Barcelona donde al poco tiempo ya reinició los entrenamientos.

Argentina sigue preparando la próxima cita internacional importante que tiene, que es la disputa de la Copa América 2019, a celebrar en Brasil. Una competición que la selección albiceleste lleva sin ganar desde 1993 y que, por lo tanto, tampoco a podido saborear Messi, como ocurre con el tan anhelado Mundial que se echa en falta para completar el amplio palmarés que sí acumula con el Barcelona. Messi gana muchos títulos con el Barcelona y nada con Argentina. En su patria se siguen preguntando, ‘¿qué pasa con este pibe?