El anuncio del ministro etíope de Agua, Riego y Electricidad se produce dos días después de que Egipto, Etiopía y Sudán hayan logrado un acuerdo inicial

La Gran Presa del Renacimiento Etíope entrará en funcionamiento en 2021

photo_camera PHOTO/GIOIA FORSTER - Construcción de la Gran Presa del Renacimiento Etíope en el noroeste de Etiopía

La Gran Presa del Renacimiento Etíope (GERD, por sus siglas en inglés), el macroproyecto de ingeniería valorado entre 4.000 y 6.000 millones de dólares, comenzará a funcionar en 2021. Así lo ha anunciado el ministro de Agua, Riego y Electricidad del país africano, Seleshi Bekele, quien también ha asegurado que a principios de dicho año se comenzará a generar electricidad.

En unas declaraciones recogidas por la agencia Bloomberg, el responsable etíope ha aseverado que “dos de las turbinas comenzarán a funcionar en 2021, y las 11 restantes estarán operativas el año siguiente”. “Las pruebas y la producción de electricidad comenzarán en 2021 y eso depende solo de la velocidad de nuestra construcción […] Etiopía planea llenar la presa en un período de cuatro a siete años, dependiendo de la cantidad de lluvia”, ha explicado al respecto. En estos momentos, el proyecto se encuentra al 70%.

El ministro de Agua, Riego y Electricidad de Etiopía, Seleshi Bekele

Este anuncio se produce tan solo dos días después de que los tres países implicados en la que ya ha sido denominada una auténtica “guerra por el agua”, Egipto, Etiopía y Sudán, hayan alcanzado un acuerdo inicial sobre la gestión de la GERD, en un encuentro celebrado en Washington. 

En concreto, las delegaciones de las tres naciones, que conforman el denominado Comité Técnico Tripartito, han logrado un entendimiento sobre el llenado de la instalación, el principal foco de disputa entre las naciones. El borrador inicial, al que han contribuido el secretario del Tesoro estadounidense, Steve Mnuchin, y el presidente del Banco Mundial, David Malpass, contempla la hoja de ruta inicial a seguir, vertebrada en los siguientes puntos: en primer lugar, se recoge que el llenado de la GERD “se ejecutará en etapas y se llevará a cabo de manera adaptativa y cooperativa, teniendo en cuenta las condiciones hidrológicas del Nilo Azul y el impacto potencial del llenado en los embalses aguas abajo”. En segundo lugar, el documento estipula que la operación de llenado “tendrá lugar durante la estación húmeda, generalmente de julio a agosto, y continuará en septiembre sujeto a ciertas condiciones”.

Vista general de la Gran Presa del Renacimiento Etíope (GERD), cerca de Guba en Etiopía, el 26 de diciembre de 2019

En tercer lugar, el acuerdo inicial prevé que “la etapa de llenado de la GERD proporcionará el rápido logro de un nivel de 595 metros sobre el nivel del mar y la generación temprana de electricidad, al tiempo que proporcionará medidas de mitigación apropiadas para Egipto y Sudán en caso de sequías severas durante esta etapa”. En cuarto y quinto lugar, se establece que “las etapas posteriores de llenado se realizarán de acuerdo con un mecanismo que determinará la liberación de agua en función de las condiciones hidrológicas del Nilo Azul, y teniendo en consideración los objetivos de llenado de Etiopía sobre la generación de electricidad y las medidas de mitigación apropiadas para Egipto y Sudán durante períodos prolongados de años secos, sequías y sequías prolongadas”. El punto final determina la creación de “un mecanismo efectivo de coordinación y disposiciones para la solución de controversias”.

Cabe recordar, en este punto, que el principal asunto de confrontación es que, si bien para Etiopía puede suponer el aumento del suministro de electricidad en un 150%, lo que implica un revulsivo sin precedentes para su desarrollo, para Egipto puede significar la reducción de su acceso a agua dulce en un 25% durante tres años o más, en un contexto marcado por la cada vez más acuciante escasez del recurso hídrico y las fuertes sequías. Por ello, el primer país abogaba por un plazo de 12 meses de llenado y 6 años hasta su plena capacidad operativa, mientras que el segundo se decantaba por los 21 meses y los 12 años. Esta es la razón de que se hayan tardado casi cinco meses en cerrar un acuerdo -periodo en el que se han celebrado cinco rondas negociadoras-, el cual deberá ser ratificado finalmente el próximo 29 de enero en la capital estadounidense.

Vista general de la Gran Presa del Renacimiento Etíope (GERD), cerca de Guba en Etiopía, el 26 de diciembre de 2019

En cuanto a la fecha de puesta en marcha, las autoridades etíopes esperan que 2021 sea el año indicado. En un principio, cuando se anunció el proyecto hace casi una década en 2011, la agenda marcaba el mes de diciembre de 2020 como punto de arranque, con la entrada en funcionamiento de dos turbinas con una capacidad de generación de 1.500 megavatios de electricidad entre ambas.

Por ello, con la firma del acuerdo que retrasa la actividad de la GERD, los medios etíopes han recogido un sentimiento mayoritario de la población de descontento, puesto que afirman que las autoridades del país han cedido ante los intereses de El Cairo. El ministro de Asuntos Exteriores etíope, Gedu Andargachew, ya ha refutado este pensamiento y ha reivindicado que Etiopía no ha comprometido su interés nacional. 

Mapa de África Oriental que muestra el Nilo y la Gran Presa del Renacimiento Etíope

En cualquier caso, es importante mencionar que aún queda un punto conflictivo por resolver en esta semana. Según ha informado el medio local Ethiopian Monitor, “se espera que las tres naciones mantengan conversaciones técnicas y legales sobre la tasa a la que Etiopía extraerá agua del Nilo para llenar el embalse de la presa”, una cuestión que no se abordó durante la reunión en Washington de este miércoles. 

El exministro egipcio de Recursos Hídricos y Riego, Mohamed Nasr Eldin Allam, declaró al medio Ashraq Al-Awsat que todavía “hay varios problemas que los tres países no lograron resolver, principalmente los procedimientos y las reglas para operar la presa”, por lo que la postura más prudente que puede adoptar Egipto es la de un “optimismo cauteloso”.

Sin embargo, los analistas y los observadores de las negociaciones se muestran más positivos al respecto. “Esto es progreso”, ha señalado el director del Instituto de Agua de la Universidad de Carolina del Norte, Aaron Salzberg. “Los países se están quedando en la mesa y se está formando una visión para el manejo cooperativo y adaptativo de la GERD, basado en la hidrología y en los impactos sobre el flujo de agua”, ha agregado. 

Cuando se complete la presa, será la central hidroeléctrica más grande de África y la séptima más grande del mundo. En el proyecto están participando empresas internacionales como la italiana Salini Impregilo, la francesa GE Hydro France, y las chinas Gezhouba Group Corp, Voith Hydro Shanghai y Sinohydro Corp.

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