Violentas manifestaciones contra la carestía de la vida en Argelia

Paco Soto

Pie de foto: La Policía antidisturbios vigila un edificio institucional en una ciudad cerca de Bejaïa, capital de la Pequeña Cabilia.

Diversas ciudades argelinos son escenarios desde hace varios días de manifestaciones y protestas diurnas y nocturnas, algunas violentas, contra la carestía de la vida, según informaron los medios del país magrebí. En la noche del martes al miércoles se produjeron nuevos disturbios en varias localidades de la wilaya (provincia) de Bejaïa, capital de la Pequeña Cabilia, y en la propia ciudad. Las protestas también se extendieron a otras ciudades como Tiaret, en el oeste de Argelia. Los manifestantes acusaron al Gobierno de haber incrementado la carestía de la vida tras la aprobación de la Ley de Finanzas de 2017. Algunas protestas acabaron en violentos enfrentamientos con la Policía. En Tiaret, los disturbios empezaron en el barrio de Sonatiba, cuando centenares de manifestantes se concentraron delante de un edificio del Estado para expresar su radical oposición a la Ley de Finanzas. El descontento se extendió a otros barrios y a lugares neurálgicos y céntricos de la ciudad. Según informaron medios locales, algunos manifestantes lanzaron piedras y objetos contundentes contra varios vehículos, bloquearon una carretera y quemaron neumáticos.

Las fuerzas de seguridad utilizaron gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes, que lanzaron piedras a los agentes y quemaron madera y neumáticos en las calles de Tiaret y otras ciudades afectadas por el descontento popular. En la Cabilia, además de Bejaïa, los disturbios callejeros se produjeron en localidades como Akbou, donde los manifestantes intentaron asaltar los edificios de la delegación local de Hacienda y de Sonelgaz (firma estatal de producción eléctrica). Según informaciones periodísticas, la delegación de Hacienda fue incendiada por los manifestantes. En Akbou, los enfrentamientos entre manifestantes y policías duraron hasta las dos de la madrugada. Los disturbios también fueron importantes en Seddouk.

Pie de foto : Unos manifestantes se enfrentan a la Policía en las calles de Bejaïa.

Situación tensa en Bejaïa

La situación sigue tensa en Bejaïa, donde los comercios de la ciudad están cerrados tras varios días de protestas callejeras. Los comerciantes también cerraron sus negocios en muchas otras localidades de la wilaya de Bejaïa. En el municipio de Tazmalt, grupos de jóvenes encolerizados se enfrentaron violentamente a agentes antidisturbios de la Gendarmería, y los comerciantes cerraron las puertas de sus locales para “rebajar la tensión”. Algunos testigos de los disturbios callejeros aseguraron a los periodistas que los comerciantes “tienen miedo” de abrir sus tiendas, porque han “recibido amenazas no identificadas”.

Además, en algunas localidades, según varios testigos, aparecieron saqueadores procedentes de otras regiones que se aprovechan de los disturbios para cometer actos delictivos. Algunos ciudadanos reprocharon a los manifestantes la comisión de actos violentos que no solucionan los problemas y empeoran la convivencia, como atacar edificios del Ministerio de Educación, empresas privadas, sucursales bancarias y comercios. En este sentido, la Asociación de Comerciantes de Akbou hizo público un comunicado condenando la violencia y dejando claro que su colectivo no es responsable de los disturbios, y denunciando “la desestabilización y el saqueo de bienes públicos por parte de fuerzas ocultas”.

Pie de foto: Noureddine Bedoui, ministro del Interior de Argelia.

“Manos extranjeras”

Así las cosas, el ministro del Interior, Noureddine Bedoui, calificó de “intolerable” la violencia desatada en varias ciudades argelinas, y aseguró que “la ley será aplicada” en los municipios donde se han producido disturbios callejeros. Bedoui afirmó que la violencia fue provocada por “manos extranjeras” que utilizan “apoyos locales” para que creen una situación de caos y desestabilicen el país. Según la agencia APS, el titular de Interior declaró que utilizar la violencia y cerrar los comercios es “un acto de incivismo” que el Gobierno no puede tolerar. “El Estado argelino saca su fuerza de la madurez de sus ciudadanos y de su comprensión”, manifestó Bedoui, quien recalcó que “el Estado y el presidente Abdelaziz Bouteflika se preocupan por el poder de compra de los argelinos”.

No es la primera vez que las autoridades argelinas analizan el malestar social existente en el país desde parámetros estrictamente de seguridad y defienden la tesis del complot internacional. Lo suelen hacer a menudo los regímenes dictatoriales y autoritarios, como el franquismo en España durante casi 40 años. En lugar de condenar la violencia pero también afrontar valientemente los problemas sociales y económicos que sufre el país, los dirigentes argelinos prefieren utilizar el recurso de ‘fuerzas en la sombra’ o de una ‘mano negra extranjera’ que mueven los hilos del descontento popular. Muchas veces, según Argelia, esta ‘mano negra extranjera’ es Marruecos, su gran rival en el Magreb. Por otra parte, algunos periódicos críticos con el Gobierno, como ‘El Watan’, también se sumaron a las condenas de la violencia callejera. 

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