Los jueces autorizaron sin embargo que los demandantes recurran al Tribunal Supremo, la máxima instancia judicial del Reino Unido

La Justicia rechaza la demanda contra la suspensión del Parlamento británico

photo_camera REUTERS/DANNY LAWSON - El primer ministro británico, Boris Johnson, pronuncia un discurso durante una visita a West Yorkshire, Gran Bretaña, el 5 de septiembre de 2019

Después de que Boris Johnson suspendiese la actividad del Parlamento y de que la Cámara de los Comunes rechazar la postura del ‘Brexit’ a las bravas y sin acuerdo defendida por el primer ministro británico, la Justicia le sigue dando la razón al ‘premier’ respecto a su controvertida decisión de cerrar la cámara parlamentaria. Así, el Tribunal Superior de Londres desestimó este viernes la demanda presentada por la empresaria Gina Miller contra la suspensión excepcional de las sesiones parlamentarias dictada por Johnson; lo que se suma a la pasada decisión del Tribunal de Sesiones de Edimburgo, que determinó el cierre parlamentario como acción ajustada a la ley. 

Los jueces autorizaron sin embargo que los demandantes recurran al Tribunal Supremo, la máxima instancia judicial del Reino Unido, que analizará el caso el próximo 17 de septiembre.

Al término de la vista, Miller dijo estar "decepcionada" por la decisión de la corte, aunque celebró la posibilidad de recurrirla e insistió en que "es crucial que el Parlamento esté abierto" en estos momentos críticos para el país.

Junto con el ex primer ministro conservador John Major, la activista alega que es inconstitucional la inusual suspensión del Parlamento entre el 10 de septiembre y el 14 de octubre decretada por Johnson, en su intento por ejecutar el ‘Brexit’ sin oposición en la fecha prevista del 31 de octubre.

Los magistrados del Superior indicaron que la semana próxima precisarán las razones de su negativa a aceptar la demanda a trámite.

Este no es el único contencioso planteado en el Reino Unido contra la polémica decisión del jefe del Gobierno, que llegó al cargo sin pasar por las urnas el pasado julio con el principal objetivo de sacar al país de la Unión Europea (UE).

El pasado miércoles, el Tribunal de Sesiones de Edimburgo (Escocia) concluyó que la decisión gubernamental se ajusta a la ley, si bien los diputados que impulsaron la demanda allí han anunciado que recurrirán el fallo.

El juez Raymond Doherty de la corte escocesa explicó al emitir su dictamen que la acción del Gobierno "no contraviene la ley" porque la potestad de suspender la Cámara de los Comunes "es un poder reservado al Ejecutivo".

Hay en marcha además un proceso en Irlanda del Norte, promovido por el activista Raymond McCord, que cuestiona la legalidad del cierre del Parlamento así como la posibilidad de una salida brusca del bloque europeo el 31 del mes próximo. 

Boris Johnson se esforzará al máximo para evitar la independencia de Escocia

Por otro lado, el conservador Boris Johnson afirmó este viernes desde Escocia que se esforzará "a fondo" para evitar la independencia escocesa, en un momento en que la salida del Reino Unido de la Unión Europea ha provocado un aumento del apoyo a la secesión.

El jefe del Ejecutivo británico insistió en un artículo publicado en el Daily Telegraph en que, tras el ‘Brexit’, no habrá razones para que los escoceses quieran abandonar el Reino Unido, ya que recibirán la ayuda financiera de la administración central. "Apoyaré a los granjeros escoceses y evitaré que (la ministra principal escocesa) Nicola Sturgeon cree una frontera internacional con Inglaterra", indicó.

Está previsto que Johnson anuncie la inversión de 51,4 millones de libras (más de 57 millones de euros) adicionales en el sector agrícola escocés durante los próximos dos años. Esta cantidad se sumará a los 160 millones de libras (178 millones de euros) que el ministro de Economía, Sajid Javid, destinó en su "revisión del gasto" para el ejercicio 2020-21 presentada el pasado miércoles.

El objetivo del gabinete conservador es tratar de contrarrestar el creciente deseo independentista que reflejan las últimas encuestas y que los expertos atribuyen a la caótica gestión del ‘Brexit’, que fue rechazado por el 62% de los escoceses.

La región celebró un referéndum de independencia en 2014, en el que el 55% optó por seguir siendo parte del Reino Unido, sin embargo, la victoria del ‘Brexit’ en el conjunto del país reabrió el debate sobre una posible vuelta a las urnas y, dicen los analistas, ha inclinado a defensores de la permanencia en la UE hacia la secesión.

El último sondeo de YouGov para el diario The Times reveló que el apoyo a la independencia -que hasta este año se situaba estable en torno al 45% que obtuvo en la consulta de 2014- se coloca en el 49%, frente al 51% que rechazaría la separación.

La ministra principal escocesa se ha comprometido a impulsar un nuevo referéndum antes de que finalice la actual legislatura en 2021, lo que puede tensar más las relaciones con Londres.

Johnson continúa así con su ronda de visitas a distintas ciudades del país, después de estar ayer en West Yorkshire (norte de Inglaterra), en lo que se interpreta como un arranque de la campaña electoral, ante la probable convocatoria de comicios generales.

El Parlamento vetó el miércoles el adelanto electoral que ha pedido Johnson, si bien el Gobierno ha presentado una moción para volver a intentar obtener el apoyo de dos tercios de la cámara el próximo lunes. 

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