Un nuevo ataque contra una base militar iraquí fuerza el abandono de la distensión

Irán busca alianzas para recuperar su posición frente a Estados Unidos

photo_camera PHOTO/HO/PRESIDENCIA IRANI/AFP - El presidente iraní Hasán Rohaní y el emir de Qatar, Tamim bin Hamad al-Thani, en Teherán el 12 de enero de 2020

La distensión, que parecía más cerca que nunca con la oferta pública de cooperación de Estados Unidos a Irán, ha vuelto a disiparse. Un nuevo ataque este lunes contra la base aérea de Balad, del Ejército iraquí y donde operan tropas estadounidenses en misiones de entrenamiento, ha dejado un saldo de cuatro soldados iraquíes heridos, entre ellos, un oficial de la fuerza aérea iraquí y tres militares rasos. 

La instalación militar, localizada en la provincia iraquí de Salah al-Din, a unos 80 kilómetros del norte de la capital Bagdad, ha sufrido el impacto de al menos ocho cohetes Katyusha, de fabricación rusa, sobre una de las puertas de entrada, la pista de aterrizaje y un restaurante ubicado dentro del recinto.

Mapa del Irak en el que se localiza la base aérea de Balad

Este ataque, del que todavía se desconoce su autoría, ya ha sido condenado por el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, en un mensaje a través de su cuenta de Twitter: “Estoy indignado por los informes de otro ataque con cohetes contra una base aérea iraquí. Rezo por la pronta recuperación de los heridos y pido al Gobierno de Irak que responsabilice a los autores de este ataque contra el pueblo iraquí […] Estas continuas violaciones de la soberanía de Irak por parte de grupos no leales al Ejecutivo de Bagdad deben terminar”, escribió en la red social.

Cabe destacar, en este punto, que el presidente del gigante norteamericano, Donald Trump, también ha utilizado Twitter este lunes para enterrar cualquier ápice de distensión, que sí se había vislumbrado en los últimos días con la oferta pública del presidente estadounidense de cooperación con Irán: “El asesor de Seguridad Nacional me sugirió que las sanciones y las protestas están ‘ahogando’ a Irán y que les obligará a negociar. En realidad, no podría importarme menos si negocian. Dependerá totalmente de ellos, pero con dos condiciones: no armas nucleares y no muertes de manifestantes”, publicó. 

Fotografía de archivo de un F-16 estadounidense en la base militar deBalad, Irak

Por su parte, Irán tampoco parece dispuesto a sentarse en una mesa con EEUU. El jefe de Hizbulá, -grupo de origen libanés designado como “terrorista” por Washington con fuertes vínculos con la República Islámica dentro del denominado “eje de la resistencia”- Hassan Nasrallah, ha asegurado en un discurso público que ha llegado el momento de que “los aliados de Irán comiencen a trabajar para tomar represalias por el asesinato del general iraní Qassem Soleimani”. 

“Las fuerzas de resistencia son serias y apuntan al gran objetivo que propuse”, señaló el líder del grupo, en referencia a la meta que se han propuesto desde Irán de que EEUU sea expulsado de Oriente Medio. Las medidas que adoptarán como venganza ocurrirán “en los próximos días, semanas y meses”, pues es “un camino largo”, añadió Nasrallah.

Mientras, la postura oficial que ha adoptado la República Islámica es la de buscar y reforzar alianzas en la región, frente al bloque occidentalista liderado por EEUU. Todo ello motivado porque, tras la muerte de Soleimani, los acontecimientos que han marcado la agenda política regional -el ataque contra las bases de Al Asad y Erbil y el derribo del avión ucraniano por “error humano”- han dejado a Irán fuertemente debilitado y criticado en la esfera internacional. En la práctica, esto se ha traducido en la celebración de reuniones del más alto nivel entre delegaciones iraníes y de otros tres países, a saber, Qatar, Pakistán y Siria.

Cientos de estudiantes en la Universidad Amir Kabir, en el centro de Teherán

Sobre el primer caso, cabe resaltar que el emir qatarí, Tamim bin Hamad al-Thani visitó Irán este domingo para reunirse con el presidente nacional, Hasán Rohaní, en un encuentro en el que ambos mandatarios acordaron tomar “decisiones significativas” para impulsar las relaciones bilaterales, según informó la agencia estatal de noticias IRNA. En cuanto a las tensiones regionales, Rohaní aseveró que “Irán seguirá del lado de Qatar”, a lo que Al-Thani respondió con un mensaje de gratitud: “Estamos agradecidos por las posturas de la República Islámica sobre Qatar en los años pasados, particularmente cuando estábamos bajo sanciones”.  Asimismo, los dos dirigentes anunciaron, durante la rueda de prensa conjunta, que acordaron “resolver todas las cuestiones regionales a través del diálogo”. 

Aunque las relaciones entre los dos países gozan de una salud envidiable, los desarrollos recientes en la región han demostrado que Irán no puede fiarse del todo de las intenciones de Qatar. Este último Estado está jugando un doble juego a raíz de la muerte de Soleimani con EEUU e Irán, pues mientras se hacía público que el dron que impactó contra el convoy que transportaba al general iraní y a Al-Muhandis fue lanzado desde Qatar, el ministro qatarí de Asuntos Exteriores, Mohammed bin Abdulrahman al-Thani, le ofrecía sus condolencias a las autoridades iraníes y les aseguraba que su país estaba del lado de la República Islámica.

En el segundo caso, el protagonista ha sido el ministro de Asuntos Exteriores de Pakistán, Shah Mahmood Qureshi, quien se encuentra de gira por Oriente Medio y posteriormente EEUU. Qureshi se ha reunido este lunes con su homólogo iraní, Mohammad Javad Zarif, en la capital Teherán. Si bien no han trascendido detalles del encuentro, IRNA ha desvelado que el ministro paquistaní le ha transmitido a Zarif que “Pakistán continuará desempeñando su papel en la reducción de la tensión de la región”, porque “la región no puede permitirse ningún otro conflicto”. Para ello, es imperante “reducir la escalada de tensión entre Irán y EEUU”. Qureshi también ha mantenido un encuentro con la máxima autoridad de la República Islámica, el ayatolá Alí Jamenei.

En esta línea, cabe recordar que Pakistán ha desempeñado en los últimos meses un rol de mediador entre Irán y Arabia Saudí, sobre todo, tras los ataques contra el corazón petrolero de Saudi Aramco y cuya responsabilidad nunca llegó a esclarecerse de forma oficial. El primer ministro paquistaní, Imra Khan, ya declaró, durante el pasado mes de octubre, que su país aspiraba a ser “un facilitador del diálogo”, debido a sus “lazos fraternales” con las dos naciones. 

El ministro de Asuntos Exteriores de Pakistán, Shah Mahmood Qureshi, y el presidente iraní, Hasán Rohaní, en Teherán el 12 de enero de 2020

En referencia al tercer y último caso, solo se conoce que el primer vicepresidente iraní, Eshaq Jahangiri, ha recibido en el complejo gubernamental de Sa’dabad, en Teherán, al primer ministro sirio, Imad Khamis. Sobre la mesa están los últimos asuntos regionales e internacionales, “especialmente, el asesinato de Qassem Soleimani y la respuesta de Irán”, de acuerdo con IRNA. 

Cabe destacar que la actitud de Siria en este contexto se asemeja a la de Qatar. Inmediatamente después de la muerte de Soleimani y Al-Muhandis, la agencia estatal de noticias SANA publicó un comunicado en el que se condenaba enérgicamente “la agresividad traicionera y criminal estadounidense”, al mismo tiempo que se responsabilizaba a EEUU de la inestabilidad de Irak.

Sin embargo, este viernes Reuters desvelaba que informantes tanto en Siria como en Irak ayudaron al gigante norteamericano a acabar con el general iraní y el líder de las milicias iraquíes pro-iraníes Hashd al-Shaabi. En concreto, el informe de inteligencia apuntaba a dos sospechosos empleados de la compañía aérea privada siria Cham Wings, utilizada por Soleimani para volar a Bagdad desde Damasco. 

El vicepresidente iraní Eshaq Jahangiri y el primer ministro sirio Imad Khamis, en Teherán el 13 de enero de 2020
Un nuevo frente abierto en Irán

A la situación de debilidad que está atravesando la República Islámica por sus acciones de política exterior, se le une la tremenda inestabilidad que lleva azotando al país desde el pasado 15 de noviembre. Las calles han acogido oleadas de protestas antigubernamentales que han sido fuertemente reprimidas por las autoridades iraníes, dejando un balance de más de 1.500 muertos en apenas tres meses. 

Ahora, los manifestantes han vuelto a copar las principales arterias de la capital, Teherán, y de otras ciudades importantes para condenar el “error humano” que derribó al avión ucraniano este 8 de enero y mostrar solidaridad con las 176 víctimas mortales, nacionales de Irán, Canadá, Reino Unido, Alemania, Suecia, Afganistán y Ucrania.

Una mujer asiste a una vigilia con velas, en memoria de las víctimas del Boeing 737 de Ukraine International Airlines, en Teherán el 11 de enero de 2020

“¡Muerte a los mentirosos!” clamaban los jóvenes y estudiantes, protagonistas de la movilización en las inmediaciones de la Universidad Tecnológica Amir Kabir. “La renuncia [de los responsables] no es suficiente, un juicio es necesario” era otro de los lemas de las protestas.

La indignación, que ha prendido de nuevo en la República Islámica, puede tener consecuencias impredecibles para un país debilitado y ansioso de recuperar su posición frente a EEUU. Habrá que comprobar, entonces, si lo hará a cualquier coste y, en ese caso, cuál sería. 

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