El presidente iraquí, Barham Saleh, se ha reunido con su homólogo estadounidense, Donald Trump, en un momento en el que Irán está potenciando el diálogo regional

Irak defiende su neutralidad y su soberanía en el polvorín de Oriente Medio

photo_camera PHOTO/AMEER AL MOHAMMED - El presidente iraquí, Barham Saleh

“La escalada del conflicto regional está amenazando nuestra soberanía. Estamos verdaderamente en el ojo de la tormenta […] Y la soberanía de Irak es crucial para Oriente Medio”, ha advertido el presidente iraquí, Barham Saleh, en su discurso en el Foro Económico Mundial de Davos. “No nos interesa elegir aliarnos con uno a expensas de otros, siempre y cuando se respete nuestra soberanía […] Nuestras políticas y relaciones diplomáticas deben ser impulsadas únicamente por nuestros intereses nacionales”, ha reiterado el mandatario.

Estas declaraciones se enmarcan en un momento en el que dicho país de Oriente Medio está sufriendo las consecuencias de haberse convertido en un polvorín donde dos superpotencias antagónicas -Estados Unidos e Irán- compiten entre sí. El pasado 3 de enero, una operación estadounidense acabó con la vida del general iraní Qassem Soleimani y del vicepresidente de las milicias iraquíes pro-iraníes Hashd al-Shaabi -también denominadas Fuerzas de Movilización Popular (PMF, por sus siglas en inglés), Abu Mahdi al-Muhandis. Desde entonces, se han sucedido represalias que han ocasionado daños materiales y personales, como el ataque contra las bases iraquíes de Al Asad y Erbil, que dejó un balance de 11 soldados estadounidenses heridos, si bien este miércoles se ha conocido que más militares han sido traslados a Alemania para recibir tratamiento médico.

En esta línea y con motivo de la celebración del Foro Económico Mundial de Davos, cabe destacar que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo iraquí, Barham Saleh, se han reunido por primera vez desde que estallara la tensión con Irán.

Según ha informado la Casa Blanca al término del encuentro bilateral, “los dos líderes acordaron la importancia de continuar la asociación económica y de seguridad entre EEUU e Irak, incluida la lucha contra el grupo terrorista Daesh”. “El presidente Trump reafirmó la firme inquebrantabilidad del compromiso de EEUU con un Irak soberano, estable y próspero”, reza el comunicado. 

Asimismo, “durante la reunión, se discutió la reducción de las tropas extranjeras y la importancia de respetar las demandas del pueblo iraquí para preservar la soberanía del país”, explican desde la Administración Trump. Cabe recordar, en este punto, que a raíz del ataque de principios de enero, el Parlamento iraquí aprobó el primer paso para aprobar la salida definitiva de las tropas extranjeras de su territorio, incluyendo las estadounidenses. La moción fue posteriormente remitida al primer ministro, actualmente en funciones, Adel Abdul Mahdi y, hasta el momento, no se han conocido más avances significativos. 

“Estamos en un número muy reducido. Hemos bajado a 5.000 [efectivos]. Y veremos qué pasa”, declaró Trump al inicio del encuentro. Preguntado sobre cuál es el plan para sacar a las tropas de Irak, el mandatario estadounidense respondió que “les gusta lo que estamos haciendo y nos gustan, y hemos tenido una muy buena relación. Solo puedo hablar por mi Administración, no hablaré por administraciones pasadas, francamente. Pero hemos tenido una muy buena relación”. 

En cambio, los dos mandatarios sí mostraron un mayor acuerdo explícito sobre la lucha contra el terrorismo yihadista. El presidente iraquí mostró su agradecimiento a la coalición internacional contra Daesh liderada por EEUU, la denominada Operation Inherent Resolve, y también reconoció el papel fundamental que Irán desempeñó en la derrota territorial del grupo extremista en 2017. 

Este miércoles, el general mayor estadounidense, Alexus Grynkewich, aseguró que Daesh “ciertamente sigue siendo una amenaza”. “Tienen el potencial de resurgir si les quitamos presión durante demasiado tiempo”, advirtió el militar, quien también explicó que, por el momento, la organización terrorista habría fracasado en su restablecimiento al no haber sabido aprovechar bien las manifestaciones en Irak.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el presidente de Irak, Barham Saleh, durante una reunión bilateral en el Foro Económico Mundial de Davos, Suiza, el 22 de enero de 2020
Las protestas sociales no cesan

Sobre las acuciantes tensiones sociales que las autoridades iraquíes están enfrentando desde el pasado mes de octubre, el presidente quiso recordar cómo antes de que estallaran se encontraban en un momento esperanzador. “El flagelo de Daesh había sido derrotado. Teníamos esperanzas entonces porque Irak se encontraba en el umbral de una nueva era, cuando finalmente pudimos atravesar las décadas pasadas de sanciones, guerra y atrocidades y trabajar juntos hacia las oportunidades económicas que los iraquíes merecen. Todavía creo, a pesar de todo, que Irak puede ser un catalizador para el cambio, aunque también soy consciente de que mi país atraviesa desafíos realmente difíciles. Los manifestantes, principalmente jóvenes, han estado arriesgando sus vidas para exigir un cambio. Quieren que sus voces sean escuchadas y respondidas”, declaró Saleh, quien también condenó “los vergonzosos actos de violencia” que ya han provocado la muerte de cerca de 600 manifestantes y han dejado casi 20.000 heridos. 

El país de Oriente Medio lleva sumido en el caos los últimos cuatro meses. Con un gobierno en funciones -ya se han cumplido los 50 días tras la renuncia de Adil Abdul-Mahdi-, la ingobernabilidad está deteriorando, todavía más, la desastrosa situación económica. Los bloques políticos no consiguen llegar a un acuerdo sobre el candidato a jefe del Ejecutivo: desde Sairún, la coalición encabezada por el clérigo chií Muqtada al Sadr que ganó las últimas elecciones legislativas de 2018, abogan por una figura que “sea independiente, sin doble nacionalidad y familiarizado con las luchas iraquíes”. Desde la Alianza Al-Binaa -vinculada a Irán al igual que Sairún-, ya han ofrecido algunos nombres, pero su candidato definitivo “solo será anunciado directamente cuando obtenga la aprobación del presidente iraquí”. 

Una vista por encima de la sentada antigubernamental en la plaza Tahrir de la capital iraquí, Bagdad, el 24 de diciembre de 2019
Irán mueve ficha

Mientras, la República Islámica, que también está enfrentado manifestaciones contra el sistema políticos de los ayatolás, está moviendo ficha en el tablero regional. El ministro iraní de Relaciones Exteriores, Mohammad Javad Zarif, ha manifestado en su cuenta de Twitter que “Irán permanece abierto al diálogo con sus vecinos, declaramos nuestra disposición a participar en cualquier trabajo complementario que sea de interés para la región, y damos la bienvenida a cualquier paso que restaure la esperanza a su gente y les brinde estabilidad y prosperidad”.

Anteriormente, Zarif ya había publicado en el perfil de la red social que “Teherán debe dar alta prioridad a la expansión de la cooperación con sus vecinos y con los países de la región”. 

Este mensaje se produce tan solo un día después de que el director de la Oficina de Presidencia de Irán, Mahmud Vaezi, declarara que “la política del Gobierno iraní ha sido siempre la de mantener buenas relaciones con los países de la región, puesto que es algo beneficioso para Teherán y Riad que resuelvan sus problemas y no permitan que el régimen sionista y los enemigos del islam se aprovechen de las diferencias”.

Arabia Saudí es vecino de Irán […] Las tensiones han empeorado por la participación saudí en la guerra de Yemen”, agregó.

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