Más de 80 muertos en cuatro meses de protesta contra el golpe militar que abortó la revolución sudanesa

Nueva “democracia” militar

PHOTO/ARCHIVO - Protestas en Sudán

“La situación es muy compleja y tiene difícil salida. Vamos hacia atrás porque están regresando a los ministerios personas del régimen de Al-Bashir y los servicios de inteligencia están volviendo a gobernar con claridad en aspectos cotidianos. Se ve en la represión de las últimas manifestaciones, porque no solo están las Fuerzas de Apoyo Rápido y los antidisturbios, sino que también muchos oficiales sin uniforme se dedican a vigilar. Es un regreso al pasado en el que la seguridad ha sido reforzada”, explica a MUNDO NEGRO un analista con casi 15 años de experiencia en Sudán.

Los comités de la resistencia, que desde los barrios de las principales ciudades del país lograron la caída del dictador Omar Hassan al-Bashir en 2019, miden ahora sus fuerzas y se reservan desde una nueva clandestinidad, sin ceder un ápice en sus exigencias. Tras más de 80 muertos –según fuentes oficiales– y 150 presos políticos de entre 16 y 60 años de edad –según la Asociación de Profesionales Sudaneses–, los manifestantes insisten en la “no negociación con los militares, no alcanzar ningún compromiso, y que los militares regresen a las barricadas. Desde Omdurman a Port Said y la región de Darfur exigen un Gobierno civil”, explicaba tras la manifestación del pasado 14 de febrero Hiba Morgan, corresponsal de Al-Jazeera en Jartum.

PHOTO/ARCHIVO  -  El general al-Burhan

En la escalada de tensión también han sido detenidas figuras relevantes del Consejo Soberano con el que terminó el autogolpe de Estado que encabezó Abdel Fattah al-Burham el pasado 25 de octubre. Entre ellas están Mohamed al-Faki, miembro del Consejo, el exministro Jaled Omar Yousef y el portavoz de las Fuerzas de la Libertad y el Cambio, Wagdi Saleh.

Los intentos liderados por la Unión Africana y la ONU de crear un diálogo entre civiles y militares no avanzan ante el ausente equilibrio de fuerzas. Al-Burham rechazó “un diálogo inclusivo que abarque a todas las fuerzas políticas y sociales del país, excepto al Partido Congreso Nacional (NCP, por sus siglas en inglés)”. El NCP era la formación que dirigía Al-Bashir y en la que Al-Burham militó, teniendo un papel clave, al que ahora no se hace referencia, en la lucha contra la insurgencia en la guerra de Darfur.

protestas sudan

Para Al-Burham la solución pasa por enmendar la Constitución, formar un Gobierno de transición compuesto por tecnócratas y organizar elecciones “libres y justas” en julio de 2023. A lo que Amal Hamdan analista del Instituto CHR Michelsen alega que “Sudán va a copiar los errores cometidos por otros Estados africanos que han fracasado en garantizar una Comisión Electoral Independiente (CEI). La actual Constitución otorga a los militares la autoridad para nombrar a la CEI que designará a sus aliados para consolidarse en el poder”.

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