¡Viven!

Columbus Day

Pasadas más de 48 horas de permanecer bajo observación médica, los ministros de Unidas Podemos que forman parte del Gobierno presidido por Pedro Sánchez ya están fuera de peligro. Los facultativos han salvado sus vidas después de titánicos esfuerzos por arrancar sus almas puras de la guadaña de La Parca.

La tremenda sobreexcitación a la que se vieron sometidos los ministros de la coalición de ultraizquierda en la mañana del 12 de octubre superó lo imaginable, hasta el punto que el equipo médico habitual se temió que ocurriera lo peor en fecha tan señalada: Día de la Fiesta Nacional de España, 529 Aniversario del Descubrimiento de América y Festividad de la Virgen del Pilar, patrona de la Guardia Civil ¡Demasiado para el cuerpo!

A los acontecimientos antes expresados hay que añadir el momento de especial emoción que significó cuando el Rey Felipe VI ‒ataviado con el uniforme de capitán general del Ejército de Tierra‒, saludó militarmente en el Paseo de la Castellana de Madrid a todas las altas autoridades allí presentes. El cúmulo de circunstancias ilusionantes llegó a tal extremo que casi cercena el paso por la Tierra de los ministros de Unidas Podemos y acaba con el sentar de sus posaderas en la mullida poltrona de sus despachos.

Día de la Hispanidad

Pero hay más. Nada menos que la visión a muy corta distancia del relucir del Toisón de Oro que portaba Felipe VI, el saludo de la reina Leticia y el de la Infanta Sofía. Todo ello provocó tal desaforada excitación que la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz y los ministros Alberto Garzón (Consumo), Ione Belarra (Derechos Sociales) e Irene Montero (Igualdad) tuvieron que hacer ímprobos esfuerzos para no caerse de espaldas y producirse una grave lesión medular.

Parece ser que el ministro Alberto Garzón quedó tan prendado del marcial saludo del Rey Felipe VI que estuvo a punto de abrazar con efusión al monarca. Pero se contuvo. La que quedó paralizada por los destellos del Toisón de Oro fue la ministra de Justicia, la socialista Pilar Llop, que tras recibir el saludo real se mantuvo inmóvil, como Don Tancredo. Dio la errónea impresión de ser un desaire, cuando en realidad no fue más que una especie de vahído momentáneo que aguantar en pie. 

El rey Felipe VI a su llegada a la parada militar del 12 de octubre. El presidente Pedro Sánchez en la modalidad de “firmes espatarrao”: piernas abiertas y ligeramente arqueadas, pies en paralelo y brazos alicaídos a lo largo del cuerpo
Desmedida excitación al paso de la Legión

Tras los saludos oficiales y junto al resto de miembros del Ejecutivo, los ministros se apresuraron en acudir a las dos tribunas ministeriales habilitadas a ambos lados del palco real. Un grupo estaba encabezado por el presidente Pedro Sánchez y el otro por la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño. Sentados, ya sosegados, aspirando aire fresco, se dispusieron a observar con la emoción a flor de piel la ceremonia castrense que se iba a desarrollar a continuación.

El primer vuelco de sus corazones fue contemplar con admiración como un paracaidista del Ejército del Aire con una gran bandera de España aterrizaba delante de sus narices. Parece ser que los ministros sentados junto al presidente del Gobierno lanzaron vítores y gritos de ¡¡¡oootra, oootra, oootra!!! Los del grupo de Nadia Calviño estuvieron tentados de gritar lo mismo, pero una mirada de la vicepresidenta les hizo desistir del intento.

Los momentos culmen de su sobreexcitación llegaron cuando vieron desfilar a pie a pocos metros de ellos un sinfín de banderas de España, el paso marcial de más de dos millares de militares de tierra, mar, aire y guardias civiles, con fusiles al hombro y con la bayoneta calada… de esas que pinchan. Y a los legionarios del otrora llamado Tercio de Extranjeros, con su cabra y todo. Y a los capitanes de Compañía exclamar ¡Viva España! al pasar ante el Rey. Y toda la Unidad responder al unísono con un ensordecedor ¡Viva! Maravillados se quedaron.

De izquierda a derecha, los ministros Grande-Marlaska (Interior), Escrivá (Seguridad Social), Robles (Defensa), Montero (Igualdad) y Albares (Exteriores) instantes antes de aplaudir al paso de las unidades militares a pie

Una ministra hizo ademán de lanzar un ramo de claveles, pero sus compañeras la detuvieron. “¡No lo hagas, se los comerá la cabra y quedarás mal ante Pedro!”, le gritaron. Antes vieron volar aviones y helicópteros. Y en tierra pasar a una mínima cantidad de vehículos con cañones y ametralladoras, de los que disparan proyectiles que hacen pupa. “¡Qué chulis! Deberíamos pedirle a Margarita que nos regalara un avión y un tanque para cada ministerio”. “¡Calla, que contaminan y se supone que estamos en contra!”.

En el plano sonoro, escucharon con la máxima atención y hasta con lágrimas en los ojos el himno nacional durante el izado de la bandera, las estrofas de la canción “La muerte no es el final” y el toque de oración. Para evitarles sustos y desmayos, la escuadrilla acrobática “Águila” del Ejército del Aire voló por encima de sus cabezas en el preciso instante en el que se producía una descarga de fusilería en honor a los caídos de todos los tiempos por España. 

Cuentan que en las dos tribunas reservadas al Gobierno se escucharon frases en voz baja de “quise ser militar, pero me suspendieron en las pruebas. No se lo digas a nadie, que me la juego”. Otra: “pues yo tuve un pretendiente de Marina, pero preferí un intelectual antifascista”. Algún ministro susurró algo así como “me hace ilusión desfilar al paso de la oca”. Pero no hay garantía de que nada de lo anterior sea cierto. Por fortuna, la retransmisión en directo de televisión española no mostró ni un solo plano de las tribunas gubernamentales, lo que impidió que los teleespectadores pudieran percibir la satisfacción a raudales de los ministros, en algunos casos contenida a duras penas.

El paso de la Legión arrancó los mayores aplausos y vítores del público que presenciaba el desfile en directo. También de los ministros, en especial de Unidas Podemos, fervientes admiradores del Tercio de Extranjeros
Las corsarias es un pasodoble feminista

Me aseguran que la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, casi rompe a llorar al escuchar los sones de la canción “Banderita”. Parece ser que llegó a tararear eso de “banderita tu eres roja, banderita tu eres gualda…”, pieza musical de la obra cómico-lirica “Las corsarias”, que data de 1919 y que cuenta las peripecias de un barco pirata tripulado sólo por mujeres. “No te lo creas Yoli, le susurraron al oído. En realidad es un pasodoble feminista cuya verdadera estrofa es “feminista tu eres roja, feminista tu eres malva…”. 

El ministro de Universidades, Manuel Castells no estuvo presente en la parada militar. Al parecer, no consideró oportuna su presencia a tenor de su muy elevada talla intelectual, distante años luz del resto de humanos allí presentes. Pero existen discrepancias de opiniones. Hay quienes comentan que se enfadó y ése fue el motivo de su ausencia.

El Felipe VI saludó uno a uno a todos los  altos cargos de la nación. De rojo, la secretaría de Estado directora del Centro Nacional de Inteligencia, Paz Esteban, y la secretaria de Estado de Defensa, Esperanza Casteleiro

Quería vestirse de legionario, llevar el primer botón de la camisa desabrochado para mostrar que es un hombre de pelo en pecho y desfilar con un tomo de la Enciclopedia Universal Ilustrada Espasa-Calpe sobre el hombro. Pero se lo desaconsejaron. “Manolo, ni das la talla ni a tus 79 años estás para esos trotes”. ¡Pero es que…! ¡Ni es que ni nada, no tienes edad y punto! ¡Pues no voy, hala!”. ¿Será cierto o es una falacia?

Un detalle final. El presidente Pedro Sánchez lleva más de tres años al frente del Ejecutivo y ha inventado una nueva modalidad de la posición de firmes. Dista de la  que impera en el ámbito militar de todo el mundo y enseñan en las clases de gimnasia y educación física de colegios públicos, concertados y privados de toda España. Vamos, la que data de tiempos de los romanos y practican hasta los niños.

El ministro de Universidades, Manuel Castells no asistió al desfile del 12 de octubre. Al parecer, se enfadó porque quería vestir de legionario y desfilar con un tomo de la Enciclopedia Ilustrada Espasa-Calpe sobre el hombro

Consiste en mantener las piernas abiertas ‒que se aprecie bien a las claras que están abiertas‒ y ligeramente arqueadas, los pies en paralelo y los brazos alicaídos a lo largo del cuerpo. Aunque en Presidencia del Gobierno ni lo confirman ni lo desmienten, la nueva modalidad parece ser que está en trámites de obtener el registro oficial de la Oficina Española de Patentes y Marcas bajo la denominación de “firmes espatarrao”. 
 

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