Opinión

¿Qué pretende el régimen argelino?

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El régimen de los generales en Argelia está mostrando una agresividad sin precedentes hacia Marruecos desde que pusieron a Abdelmadjid Tebboune en la Presidencia de la República. Lanzan sin cesar y sin pruebas graves acusaciones y amenazas contra su vecino. Comportamientos y situaciones creadas que pueden salpicar a España.

España, a pesar de la lejanía y de ser ajena a los problemas que enfrentan a los dos países, se vio implicada el año pasado a causa del caso Brahim Ghali, líder del Frente Polisario que entró en España con pasaporte diplomático argelino con la falsa identidad de Benbettouch aun teniendo DNI español. Este caso causó una de las crisis más graves entre España y Marruecos y aún subyacen sus consecuencias.

Este año 2022, España sigue presente a su pesar en esta situación de tirantez creada por Argelia contra Marruecos. Está presente a pesar de todos los pesares en un artículo que publica el órgano oficial del Ejecito argelino “Djeich” (Ejército) en su primer número de enero. Se trata de un artículo de la redacción que lleva como título “La amarga verdad histórica” que se refiere a Ceuta, Melilla y las islas adyacentes en el Mediterráneo acusando a la Monarquía marroquí de abandonarlas a España. Además, añade como caso novedoso e insólito las islas Canarias que Marruecos nunca reclamó ni reclama.
El artículo pretende que “hechos históricos amargos” confirman la contradicción en las que vive “el régimen marroquí del Majzen”, que, siendo expansionista, por una parte, acepta al mismo tiempo que sus territorios y ciudades sigan siendo ocupadas por España.
  
El rey de Marruecos, prosigue el medio oficial castrense, “el Emir de los Creyentes¨ sigue la misma política que la de sus antepasados que traicionaron a sus pueblos y se aliaron con el colonialismo. Entregaron islas y ciudades como regalo a España y Portugal”. Cita a Ceuta y Melilla - resaltando que la primera fue ocupada por Portugal en 1415 y la segunda por los españoles en 1497 – algunas islas en el Mediterráneo a pocos kilómetros de la costa marroquí cerca de Cabo de Agua.

Pero lo que más sorprende es que llega a culpar a Marruecos por no recuperar las islas Canarias que, según la revista: “Es un archipiélago compuesto por siete islas habitadas por un millón de habitantes situada a 100 kilómetros de Marruecos en su litoral atlántico mientras se encuentra lejos de su ocupante, España, en más de mil kilómetros”.

El órgano oficial del Ejército argelino afirma, entre otras cosas: “el régimen del ‘Emir de los Creyentes’ en vez de obrar por la recuperación de  sus territorios y sus derechos, no encuentra (otra cosa) más que la ocupación de territorios ajenos y falsificar a su favor verdades históricas”.

Los mismos argelinos sobre todo los opositores exiliados, como el exdiplomático Mohamed Zitout, del movimiento opositor Rachad, y Anwar Malek, como también el joven Oualid Kebir criticaron y se mofaron de la forma y el fondo de este insultante artículo que muestra el alto nivel de ignorancia y refleja la verdadera talla de los redactores del artículo. Oualid Kebir resaltó en un video el flagrante error de la revista castrense al culpabilizar a los antepasados del actual monarca marroquí, que pertenece a la dinastía alauí, que fue fundada en el siglo XVII sobre la supuesta entrega de Ceuta, Melilla y las islas adyacentes que tuvieron lugar, dos siglos antes; en el siglo XV.

En efecto, la ocupación de estas posesiones tuvo lugar en el caso de Ceuta durante la dinastía de los Benimerín (1244-1465) mientras Melilla durante la dinastía de los wattásidas (1472-1554). Entre esta última dinastía y la dinastía alauí gobernó otra dinastía; la dinastía Saadí (1554 a 1659). Queda pues muy evidente que el intento de colgar el ‘sambenito’ a la actual dinastía no solo está fuera de lugar, sino que se trata de una cuestión de evidente mediocridad de nivel y de talla.  

Pero lo insólito es lo referente a las islas Canarias que el órgano oficial del Ejército argelino sitúa como próximo a Marruecos con 100 kilómetros. Con ello inconscientemente reconoce al Sáhara como territorio marroquí al ser el punto más cercano entre las islas y el litoral. También omite que Marruecos nunca revindicó estas islas para culpar de dejadez a su Monarquía

El órgano castrense se olvida que las codicias del régimen militar argelino, durante los años setenta, no se limitaban solamente en su pretensión de crear un inviable Estado ficticio en el actual Sáhara marroquí para lograr una salida al océano Atlántico, sino tenía también los ojos puestos en las islas Canarias. Contrariamente a lo que afirma hoy, en esos años nunca se refirió a estas islas como marroquíes - aunque es verdad que la población guanche es de origen bereber - sino apoyaba y financiaba la separación de las islas de Canarias de España dando cobijo al "movimiento por la autodeterminación e independencia del Archipiélago Canario"(MPAIAC) y a su líder Antonio Cubillo del mismo modo y con la misma intención que el apoyo ofrecido al Polisario. Esta es la cruda realidad de una desmesurada codicia geopolítica megalómana de un populismo “revolucionario antiimperialista” que lideraba el Tercer Mundo y pretendía convertirse en el Japón del Mediterráneo en detrimento de sus vecinos.

En esos años los pseudo revolucionarios en Argel ofrecieron a Cubillo no solo dinero, sino una emisora de radio para emitir su propaganda y al mismo tiempo movilizó sus petrodólares y su diplomacia para hacer ingresar a Canarias como miembro independiente en la OUA al igual que la RASD. Marruecos jugó un papel muy importante logrando hacer fracasar el intento argelino gracias al apoyo de varios países amigos miembros de la OUA, pero no pudo tener la misma suerte con la RASD cuyo ingreso fue mortal para la credibilidad de la OUA.

El régimen de Argel llegó a la conclusión de que tener el Sáhara y al mismo tiempo las islas Canarias era tarea ardua, incluso imposible porque supone enfrentarse a Marruecos y al mismo tiempo a España. Por ello tuvo que abandonar su proyecto canario y conformarse con el tema saharaui. Negoció a tal fin con el Gobierno de UCD retirar todo apoyo ofrecido al MPAIAC y cerrar su emisora siendo el Sáhara marroquí la contrapartida. En este contexto, el Gobierno de Suárez aceptó que su partido UCD reconociera al Polisario y tolerar en España una representación como movimiento armado. El Polisario por su parte aceptó liberar a pescadores canarios que se encontraban secuestrados en Tinduf después de haber sido asesinados sus compañeros y hundir el pesquero en que faenaban en un ataque terrorista.  

Sorprende pues que la memoria del régimen militar argelino sea tan corta y se olvide tan pronto de la estrecha relación que mantenía entre la “causa canaria” y la “causa saharaui”, entre el movimiento independentista MPAIAC y el movimiento separatista del Frente Polisario.

Que el régimen de los generales que tiene el poder en Argelia padezca hoy amnesia, real o ficticia e interesada, no supone ningún problema. Pero jugar en patios ajenos con mala fe y con la intención de crear problemas para enfrentar países y pueblos amigos es algo miserable y de poca monta. Es inaceptable, tanto a nivel moral como a nivel del derecho internacional. Comportamientos que hoy día, en el siglo XXI, pueden ofrecer la impresión y proyectar una mala imagen de que estamos probablemente frente a un Estado paria que camina hacia el Estado canalla. En este caso, sí que estamos ante un grave problema y nos legitima a formular la pertinente pregunta: ¿que pretende el régimen argelino?