“Nos han dejado solos ante Rusia”

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La guerra comenzó y la diplomacia no fue más que un diálogo de sordos. La OTAN sabía de sobra que Rusia nunca la aceptaría en sus fronteras, y menos en Ucrania. ¿Por qué ha fracasado la diplomacia? 

Durante semanas, los EEUU, como portavoz de la OTAN, y los rusos han ido escalando tensiones y blandiendo cada uno sus potenciales bélicos y amenazas recíprocas. Negociaciones que se desarrollaron en un entorno hostil, aunque se calificaron de diplomacia. 

La OTAN ha sido incapaz de responder a las preocupaciones rusas sobre su ampliación, ni de tranquilizar a Putin sobre su seguridad. Como resultado, Rusia reconocía las repúblicas rebeldes ucranianas del Donetsk y Lugansk, rompiendo así los acuerdos de Minsk, para que a renglón seguido violaría las fronteras de Ucrania en una muestra flagrante de desprecio al derecho internacional. 

Es evidente que las negociaciones entre americanos y rusos habían fracasado dando paso a una guerra condenable en el corazón de Europa, en el siglo XXI, ante los ojos de una OTAN que creía poder recuperar el prestigio de antaño, roto por su vergonzosa salida de Afganistán, pero que ha vuelto a ser de nuevo humillada. Ya no se trata de una relación de equilibrio político o de seguridad en la zona, sino de una relación de fuerza que amenaza a Occidente. Ahora es Putin quien se acerca a la OTAN. Vista la debilidad occidental, Putin acaba de amenazar a Suecia y Finlandia. Siguiendo esta lógica, Moldavia y Georgia podrían estar en peligro. Parece que Putin está desbocado. 

Biden, Blinken, Johnson y Macron, hablaban y porfiaban en nombre de Ucrania. Incluso amenazaban a Rusia, en caso de invasión, con respuestas duras y costosas. Ahora mismo, al igual que todos nosotros, EEUU, la OTAN y la UE están viendo el partido desde las gradas, mientras Volodymir Zelensky, que se creía respaldado por todos ellos, acaba de proclamar su soledad, dándose cuenta de que ni EEUU ni Europa iban a sacrificar nada por Ucrania. Mientras, la UE, que ha estado en su papel, como de costumbre, ausente y con muchas voces y muchas reuniones acá y allá, insistiendo en las inútiles sanciones económicas mientras coordina la acogida de refugiados. E incapaz de dar una respuesta militar desde la OTAN.  

El aislamiento, político y económico, de Rusia no hará más que aumentar tensiones bélicas, además de económicas, que retrasarían sine die la deseada recuperación post-Covid-19 agravando la presión inflacionista por la interrupción del suministro del gas. Es el precio de la burocracia europea por no disponer de alternativas energéticas verdes. De hecho, la energía nuclear acaba de ser declarada verde, tarde y mal.  

Por otro lado, mirar hacia el gas de Argelia podría ser una solución, pero no sin consecuencias. Esto colocaría a la Junta militar argelina en un serio dilema. Argelia, aliada de Rusia, ya había anunciado su incapacidad técnica de suministrar gas a toda Europa. Y es muy probable que Rusia impida a su aliada hacer negocios con sus enemigos a sus expensas. En todo caso, el gas pasaría por la apertura del gasoducto Magreb-Europa (GME), donde Marruecos tiene la última palabra. 

Putin ha decidido recuperar la URSS al anunciar, en su discurso a la nación, que había sido un error desmantelar el poderío. Sus tanques pasean hoy, en Kiev, con bandera soviética. La expansión de la OTAN hacia Rusia ha sido una ocasión de oro para Putin. Pero ¿qué necesidad vital tenía la OTAN en expandirse hacia Rusia? ¿Y a Ucrania no le hubiera sido viable proclamar su neutralidad integrándose en la UE? 

Es hora de volver a la mesa de negociaciones directas entre Zelenski y Putin y que Occidente permanezca en sus gradas en modo de convidado de piedra. Nada puede hacer la OTAN o la UE para defender la soberanía y la integridad territorial de Ucrania. 

El fracaso de la diplomacia es el reflejo del también fracasado orden mundial que los EEUU y la UE intentar construir no sólo a espaldas de Rusia sino teniéndola como adversaria en vez de integrarla en su seno. ¿Democracia?, la UE acaba de mantener una cumbre con más de 50 países africanos donde más del 80% de ellos están formados por Juntas Militares golpistas. 

“Nos han dejado solos” es la frase más repetida de los ucranianos y ucranianas ante la incompetencia de la OTAN y de la UE que han vuelto a salir corriendo con el rabo entre las piernas. 

La diplomacia había fracasado porque era fácil porfiar cuando ni la OTAN ni la UE arriesgaban vidas que hoy pagan los ucranianos y ucranianas. 

 

 

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