Opinión

Alemania en tres dimensiones

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Decía Thomas Carlyle que la historia del mundo no es otra cosa que la biografía de algunos grandes hombres. Pero los 16 años de liderazgo de Angela Merkel ha matizado la sentencia del historiador para concluir afirmando que la historia de la Europa moderna es la biografía de algunos grandes hombres y mujeres. La madre canciller de la Alemania del siglo XXI se ha retirado de la política activa tras unas elecciones en las cuáles tres cuartas partes de los alemanes han refrendado en las urnas el modelo de las grandes coaliciones de gobierno, basado en un proyecto común y cohesionado de país, como fórmula política sobre la cuál Alemania quiere seguir creciendo como potencia autónoma, como líder de Europa y como aliado atlántico. Tres dimensiones mancomunadas en una estrategia única que ha situado a Alemania, después de la crisis financiera y de la pandemia, en la primera fila del orden mundial. 

La victoria del vicecanciller social demócrata, Olaf Scholz, por un estrecho margen sobre la CDU cristiano demócrata, y con las terceras opciones de los verdes y los liberales, pronostican la continuidad de un Gobierno basado en la coalición de tres de las cuatro fuerzas mayoritarias en el Bundestag. La negociación ahora entre los nuevos líderes, que representan además las cuatro grandes fuerzas ideológicas de la Unión Europea, abre la puerta a un periodo de estabilidad que deberá de alcanzarse mediante acuerdos fundamentados en la moderación y la convergencia en un proyecto alemán común. Con problemas similares al resto de socios europeos como son la recuperación económica o la contención de la deuda, y desafíos igualmente similares al resto de potencias globales en cuestiones como la digitalización, la descarbonización y la evolución demográfica. 

La coalición semáforo entre social demócratas, verdes y liberales, siendo la más probable presenta alguna fisura en sus bases que se manifestará en la negociación política que ahora empieza. Entre otras, el débil compromiso atlántico de los verdes que no ven con buenos ojos una OTAN reforzada, en pleno debate europeo sobre la necesidad de redefinir los parámetros de la seguridad de la Europa democrática en el nuevo orden de competencia entre potencias. Pero el compromiso euro norteamericano en la defensa de la sostenibilidad y la lucha contra el cambio climático, jugará como un importante factor político para avanzar en el diseño se una sociedad segura, no solo en términos de reducción de las amenazas criminales sino también de la seguridad ambiental. Menos probable se antoja la coalición Jamaica con la CDU a la cabeza del tripartito, aunque no es descartable. Como tampoco lo es una nueva gran coalición que incluyera nuevamente a los dos grandes partidos en el Gobierno. 

Pero el carácter ejemplificador de las elecciones alemanas no termina en la estabilidad que anticipan los resultados. El fracaso de los poscomunistas y de la extrema derecha, Alternativa por Alemania, sitúan la política alemana en un amplio espacio de consenso en torno a las instituciones, el proyecto europeo y la superación de influencias populistas y desestabilizadoras. Si la valoración histórica de una trayectoria política se mide en la capacidad de influencia que un líder traslada a sus sucesores, su impronta, el legado en Alemania de Angela Merkel anticipa un futuro de cambio en la continuidad, sobre el cuál deberíamos de reflexionar en España, un país en cuya historia actual no abundan las biografías de algunos hombres grandes.